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— ¿En qué trabajas?— preguntó temeroso sentado en el mismo sillón donde había ocurrido todo la noche anterior.

Había salido del trabajo directo a casa de Minhee hace más de una hora y no habían cruzado palabra, apenas llegó Kang le abrió la puerta para que pasara.

— No te metas.

— Minhee.

— ¿Por qué chingados hablas tanto?— murmuró irritado.

— Solo quiero ser tu amigo.

— Aww, que lindo— dijo irónico— Desafortunadamente eres mi puta.

— Que vulgar.

— Que irritante.

— ¿Qué te hice?

— Solo no me agradas, sé que en el fondo no eres tan santo como intentas aparentar.

— ¿Santo? yo no aparento eso.

— Como digas.

— ¿De dónde lo sacas?

— Llegué a observarte en la universidad.

— ¿Por qué?

— Eso hago con todos.

— ¿Te gusta observar personas y luego tratarlas como trapo?

— Que divertido, ¿no?

— ¿Por qué no quieres llevarte bien conmigo?

— ¿Tu porqué quieres hacerlo? eres raro, solo hay sexo entre nosotros, que te quede claro, no soy amigo de personas falsas.

— ¿Por qué sigues diciendo eso? no me conoces.

— Eres el tipo de persona que no hace lo que quiere para no quedar mal y se deja de los demás porque teme que si se comporta como se siente estaría haciendo algo mal, ¿o me equivoco?

¿Me espías? ¿quién te dijo eso?

No quiso responder algo, solo miró a otro lado.

— No todos podemos hacer lo que queremos.— murmuró un par de minutos después.

— Claro que sí, se trata de iniciativa.

— Crees que sabes todo.

— No lo sé todo pero es una habilidad que tengo el saber cómo funcionan las cosas, no lo llamaría habilidad, solo no soy un simple idiota como otros.

— Igual puedes estar inventando.

— Te dije que todos mentimos y que soy sincero.

— Te contra dices.

— No siempre miento, lo hago, pero no siempre.

— ¿Qué puede suceder entre nosotros si esto llega más lejos?

— ¿A qué viene la pregunta?

— Quiero saber si pierdo mi tiempo.

— No soy el guardián del tiempo, no sé que puede pasar, igual puedes suicidarte mañana y todo terminaría.

— Quisieras.

— Anhelo.

— No me odias.

— No, no lo dije.

— No te debo caer tan mal.

— Tu existencia me da igual.

— No fue lo que dije.

— No me caes cien porciento mal, admito que me gustó cogerte, sirves para eso.

— ¿Acaso siempre piensas en sexo?

— Siempre es mucho tiempo, se volvería aburrido. Sé que también te gustó hacerlo pero no lo vas a decir, te intentas engañar diciendo que no y que estuvo mal pero no tan en el fondo sabes que si vuelve a pasar estarías bien con eso.

— Por tu culpa tengo u-

— Si, ya sé, ya sé, por mi culpa estás traumado y tú vida está arruinada, blah, blah, blah.

— ¿Quién te educó así? caes tan mal— habló irritado cruzando los brazos.

Minhee rió fuerte encendiendo un cigarrillo, inhaló y después sopló el humo en la cara de Hyeongjun.

— Te gusta que sea así, ¿no?

— No me gustan los patanes.— le hizo mala cara.

— Dame tu teléfono.

— ¿Para que?

— Si tanto quieres ser mi amigo te daré mi número, es lo que la gente hace.— le sacó el teléfono del pantalón desbloqueando al instante— Ponle contraseña, pueden ver lo que tienes ahí.

— No tengo nada que ocultar.

— Ya lo tendrás.— terminó de anotarlo y lo lanzó al otro sillón— Puedo intentar ser tu follamigo.

Hyeongjun lo miró mal.

— Llámalo como quieras, me voy.— se levantó pero no dió ni un paso cuando ya estaba tirado en el sofá de nuevo.

— No te vas, tenemos algo pendiente.

— Al parecer consigues todo a la fuerza.

— No estás luchando— sonrió de lado— No te estoy obligando mucho.

Hyeongjun rodó los ojos posando su vista en Minhee segundos después.

— Me conformo con follamigos— enredó sus brazos en el cuello de Kang iniciando un beso intenso que Minhee respondió de inmediato.

Sentía culpa aún, creía que era algo que no podría evitar pero si el pelinegro se estaba quejando tanto de fingir y no hacer lo que quería entonces haría lo que pasara en el momento sin importar qué.

Unos minutos bastaron en los que el mayor lo tocaba sin pudor y eso provocó que el bulto en su pantalón creciera sin que se diera cuenta hasta que el otro se alejó.

— Puedes quedarte en la otra habitación— tomó su teléfono y llaves— Llego mañana.

Hyeongjun quedó aturdido un segundo.

No sabía que había pasado, su cuerpo estaba respondiendo a lo que sentía y de repente nada.

— Minhee tonto.

Sonó su teléfono.

Era Serim.

Sonrió en grande, había extrañado mucho poder escuchar su voz.

Se apresuró a responder con la misma gran sonrisa.

"Holi"

Faltaban pocas horas para volver a verlo, lo único que quería era abrazarlo.

𝑏𝑎𝑏𝑦𝑑𝑜𝑙𝑙 // 𝑠𝑒𝑙𝑚𝑠𝑜𝑛𝑔 // 𝑚𝑖𝑛𝑖𝑠𝑜𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora