Camila

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LAUREN

Era la extraña la forma en la que pensaba en ella, cuando estaba aquí, en el suelo de una sucia carretera.

Recuerdo está mañana.

Estaba en la biblioteca, eran las 9:00 a.m. ella llegaba a la misma hora.

Caminaba por los estantes de libros y tomaba uno, iba a la mesita más alejada y se sentaba a leer.

Me había aprendido sus gestos cada que leía.

Me gustaba admirarla y cada...

Ella levantó la vista y me miró.

Era la cuarta vez en la semana que me pillaba viéndola.

Fingí acomodar los libros, quise ver si ya no me veía.

Tenía una hermosa sonrisa... La más hermosa.

- Jauregui, hoy saldrás tarde. Debes esperar a que llegue Matt

- pero señor Cowell, no puedo salir tarde. Mi transporte deja de salir a partir de las 10 de la noche. El vigilante llegará hasta después de las 10

- ese no es mi problema, te quedas a cargo. Yo debo resolver otros asuntos

Intenté moverme pero sentía todo pesado. No sentía dolor... Aún no.

Solo pude mirar a mi lado unos segundos. Mi mochila y todo lo que tenía dentro, estaba regado.

Solté un suspiro tembloroso, algo escurría por mi nariz.

Intenté pedir ayuda al tipo frente a mi pero no podía no hablar.

- Ese idiota... Te puedo cubrir Lauren. Me preocupa que te vayas caminado a casa

- Sasha, estoy bien. Solo será hoy - le sonreí a mi compañera - no vivo tan lejos

- claro, lo dices como si supieras volar... - su vista se desvío a algo detrás mío - iré a poner café, ahora regreso - me guiño el ojo

- espera Sasha, falta acomodar todos eso libros...

- hola - ¡ella aquí!

- h-hola - ¡era más hermosa de cerca! - ¿Necesita algo señorita?

- solo quería darle esto - me dio un papel. Oh... Dios

Cuando levanté la mirada, ella se iba a toda prisa, totalmente roja.

Desdoble el papel.

"Nos vemos mañana a las 7:00, se que esa es tu hora de salida"

Comencé a sentir ese dolor, el hombre corrió a su coche y se fue.

¿Me dejó aquí?

El dolor comenzó aparecer. Estaba muriendo, en esta maldita carretera...

Pero...

Jamás me tomé el tiempo de apreciar tan hermosa noche. Tantas estrellas. La Luna.

Mi familia estaba mal económicamente desde que murió mi padre. Yo tenía que encargarme de mis hermanos. Por eso tenía tiempo completo en mi trabajo.

Mi mochila se iluminó. Una llamada.

- ¿Que te pondrás mañana? Estoy tan impaciente. Más que tú incluso

- no lo sé. Tengo miedo de que el Señor Cowell me pida esperar a Matt

- por eso no te preocupes. Si pasa, yo espero a Matt

- pero...

- Laure, tendrán una cita con una chica ¡No te puedes perder esto!

- está bien - me solté de ella, esa sacudida me dejó aturdida

Espere con Sasha su taxi y se fue a los 20 minutos.

Me quedé afuera, esperando por Matt, el vigilante. No estaba enojada por qué llegara tarde, estaba preocupada. Escuché que su hija estaba enferma. El tenía dos trabajos, ambos tan alejados uno del otro.

Entonces lo vi, venía en bicicleta. Pedaleaba con fuerza pero se veía cansado.

- oh Lauren ¿Estuviste esperando tanto tiempo? - se veía sudoroso y agotado

- si pero no sé preocupe - se quitó la chaqueta negra y me la extendió - no, estoy bien

- te veo temblar desde acá muchacha. Te servirá más a ti que a mi - la termine aceptando

- gracias señor, Matt. Se la regresaré mañana

- quedatela. Es un regalo - paso una mano por mi cabello - ve a casa

Quite mi mochila para poder ponerme la chaqueta. Mierda... Estaba tan calentita. Volví a ponerme mi mochila.

Iré a casa.

El camino era frío, solitario y oscuro.

A medio camino, ya estaba agotada. Mis piernas ardían.

Mis hermanos pequeños esperaban por mi. Tenía que llegar, ellos no podían dormir si no les contaba un cuento.

Saque la nota de aquella chica.

Aún no podía creerlo aunque tuviera la nota en mi mano.

Pero me di cuenta de algo. La desdoble más.

*Me gustan tus ojos. Me llamo Camila. Espero saber tu nombre mañana*.

No pude reaccionar. Me cegó una luz y luego...

Aquí estaba, en el suelo. Iba a morir desangrada, sola.

Pero sabía al fin el nombre de esa chica bonita.

Un coche se detuvo a mi lado. No por que lo vi, ya tenía los ojos cerrados, lo escuché.

Sentía los párpados pesados, por eso tuve que cerrarlos.

- llama a una ambulancia, Peter - escuché la voz de una mujer

- será mejor que la llevemos nosotros

No pude avisarle a mi madre. No pude.

Solo tuve fuerza para apretar el papel en mi mano. No quería perderlo.

- date prisa, está perdiendo mucha sangre

- eso intento, Kate

Pude abrir los ojos... Solo poco.

Di un parpadeo y ahora todo estaba blanco.

- resiste, quedate con nosotros - estaba... ¿En el hospital? - vamos, resiste... No nos dejes. Resistente

Camila.

- no te vayas...

Aventuras Jotas Où les histoires vivent. Découvrez maintenant