desdichada madurez'

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¿Cuál es la gracia de madurar?

Si sólo arrastra consigo toda la magia y pureza qué pueda nombrarse.
Los alegrías son efímeras, pues se cuidan las emociones, las 'palabras genuinas' escasean sentir y realidad.
No son vastos, ni impacientes, no hay ansia, no hay sed de aquella curiosidad que emanaba de tus ojos, ni destellos, amor o calidez de ningún tipo.
Detesto la revaloración de todo aquello que me rodea, el temor es constante.
La madurez se encuentra presente, y me temo, me aleja de todo lo que alguna vez amé.
Me hunde en la sombría decadencia de la normalidad humana, sí, ésa de la que solía mofarme.
Murmuro para mí... qué desperdicio es seguir con vida barada aquí cuando no hay motivos que hagan a éste corazón latir!

Quisiera regresar, a los años en los que gozaba de la libertad que se asigna al convertirse en infante, dónde no existía ni consciencia de un mañana, ni el temor de ser yo misma, las penas no se hacían presentes en tanto no les diera valor alguno.

Quiero volver a ser una niña pequeña o una adolescente, tanto cómo mi anhelo permanecer así por siempre.

sentires corpóreosWhere stories live. Discover now