Lee Min-si llega como nueva al instituto Hyosan siendo hermana de Lee Su-Hyeok.
Pero no sabía que su primer día de clases se volvería en un caos
Tampoco se percataria que se enamorara en medio de esa situación tan infernal.
Su presid...
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—Ya llamamos a la policía, pronto estaremos bien –hermano mío, quién se va a creer que hay zombies en un instituto?–.
—Agh !, No vendrá nadie –puedo aventarle una silla ?–.
—Tambien tenemos miedo, ok ?! –.
—Por eso les digo que llamen a la policía !–.
—Entonces hazlo tú !!–.
—Yaa, basta chicas no tienen que pelear en un momento así ! –Gyeong-su hablo, y la verdad estaba de acuerdo con el–.
—Por que te metes estúpido ?–Ahhh, Na-yeon fuck you–.
No preste más atención a esos dos, parecían enemies to lovers.
—Ay !, Mierda –Gyeong-su se quejo, así que saliendo de mis pensamientos rápidamente gire a ver qué pasaba—.
Un maestro, creo yo, había entrado al aula, al parecer no estaba infectado pero nadie sabe.
—Si están vivos ?–.
No, somos un holograma.
—Señor dígame, está bien ?, Lo mordieron ?–.
—No... Tranquilos, estoy bien, estoy bien –repitio–.
—Chicos, vamos a bloquear la puerta –ordeno empezando a acomodar una mesa—Vamos, ya ayuden, por favor –.
Todos no acercamos a ayudar.
Empecé acomodando unas sillas y mesas del lado donde estaba el chico de lentes, un rato después se acercó mi hermano para ordenar donde lo pusiéramos.
Me irritó, no miento, no me gusta que me den órdenes pero en estos momentos eso no se cuestiona.
Un rato después terminé de acomodar una torre junto con Nam-ra así que voltee a ver al maestro y examinarlo, digo, dijo que están bien pero, ¿Lo estará?.
Barrí su cuerpo de arriba-abajo y no tarde en notar una mordida en su brazo, me alarme así que tome lo primero que encontré mis costados esperando que fuera mi hermano.
Jale el suéter de estos dos que no sabía quién eran viendo la mordida.
—Que pasa Min-si ? –me preguntó mi hermano, así que tratando de no tartamudear conteste–.
—Su brazo –dije jalando el suéter del el otro que había tomado–.
—Lo mordieron en el brazo ! –grito On-jo, que bien que no fui la única que se dio cuenta–.
Mi hermano en un movimiento rápido se puso delante de Nam-ra y delante mío, sin todavía soltar el suéter de Nam-ra me aferre más a el.
—Tranquila Min-si –susurro en mi oído y tomo mi mano, pero no podía tranquilizarme–.
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