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La mañana siguiente inició con un día lluvioso, por lo que, cuando sus pies desnudos tocaron el suelo, Jungkook sintió el frío calarle hasta los huesos. Se acercó a la ventana mirando las gotas caer en el techo del primer piso y sobre el patio trasero que veía por la misma. Antes de salir, se revisó en la pantalla del celular que no tuviera una imagen desastrosa, pero intentar arreglar su cabello sin un peine era imposible. Se resignó abriendo la puerta, encontrando el lugar silencioso.

La puerta de la habitación de Taehyung estaba abierta, lo que significaba que el otro ya estaría despierto. Aun así, la casa se encontraba en un silencio interrumpido únicamente por el choque liviano de las gotas. Caminó hacia el baño en la puerta de al lado y se lavó la cara. Se cercioró de lavarse bien los dientes y bajó al primer piso.

Ahí, el olor a café le inundó las fosas nasales antes de encontrarse con la imagen de Taehyung ya vestido y preparado para ir a la universidad, trabajando el desayuno en la cocina con Yeontan sentado en el suelo, mirándolo fijamente y con un pequeño suéter cubriendo su torso.

— Hola —Jungkook saludó, captando la atención de ambos, pero con distintas reacciones porque Taehyung le sonrió, pero el perro le ladró.

De hecho, Yeontan se puso de pie, corriendo hasta a él de forma defensiva hasta dar varias vueltas a su alrededor sin dejar de mirarlo. Jungkook le sonrió, porque le parecía bastante gracioso y adorable. Se acercó a Taehyung hasta sentarse en uno de los bancos frente al desayunador y miró al mayor que le sirvió una taza de café.

— Gracias.

— ¿No dormiste mal?

— No, ¿por qué?

— Por el polvo —Taehyung respondió, pero Jungkook volvió a negar—. Tengo clases más temprano que tú, así que te dejaré la llave para que cierres al salir.

— ¿Vas a dejarme tu llave? ¿No te da miedo que te robe?

— Lo único valioso en esta casa es Yeontan, y dudo mucho que se deje llevar por ti —el mayor responde, encogiéndose de hombros.

Jungkook se ríe, aceptando aquello, recibiendo un buen desayuno, las llaves de la casa y una caricia en su cabello por parte del mayor como despedida. Por los dedos largos, la caricia casi se sintió por toda su cabeza, con una suavidad extrema y mucho mimo. Jungkook ya no sintió el frío con el que despertó y que abrazaba toda la casa. Observó a Yeontan corriendo detrás de Taehyung hasta la puerta principal donde cogió un paraguas, un abrigo y se fue de ahí lanzándole un beso a su can que se quedó un buen rato de pie frente a la puerta, procesando que lo había dejado.

— Tan —Jungkook llamó, silbándole suavemente, con ello logrando que el perro le mirara, pero sin moverse— Ven, hazme compañía mientras desayuno.

Pero Yeontan no parecía a gusto con la idea, así que caminó con pasos cortos y apresurados hasta su cama posado en la sala, al lado del sofá largo y se echó ahí, dándole la espalda a Jungkook. Aunque estaba acostumbrado al rechazo, no estaba a favor de él, pero Yeontan se había vuelto una excepción: porque el perro no se alejaba de él por creer en rumores tontos, si no porque era un desconocido.

De cierta forma, le recordaba a sí mismo la primera vez que Taehyung le había ofrecido la amistad, y como había terminado aceptando al mayor hasta el punto de considerarlo el segundo amigo más cercano, Hoseok encabezando la lista, claro está.

Terminando el desayuno, fue por su mochila y se vistió para luego dirigirse al baño, siendo ordenar su cabello su prioridad. Yeontan le siguió, tal vez curioso por lo que hacía o tal vez receloso de que dañara algo de su territorio. No le ladró, pero se la pasó corriendo detrás de él hasta que Jungkook terminó listo para ir a la universidad.

¿Cómo ser un buen novio? ♥️  𝕋𝕒𝕖𝕂𝕠𝕠𝕜Where stories live. Discover now