Capítulo 4

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Ryan

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Ryan

En cuanto entra a su habitación, prácticamente huyendo del lugar, me maldigo a mi mismo por ser un maldito cobarde y no tener la valentía suficiente y admitir que tiene razón.

Sí nos conocemos, nos conocemos más de lo que ella cree, porque aunque me siga diciendo lo contrario, conozco cada rincón de su cuerpo, lo recorrí con mis manos y su sabor es algo que no he podido olvidar desde que por error la hice mía en aquella habitación.

<<Olvídalo, Ryan>>

Pero no, no hago ningún intento de seguirla. Me quedo en medio de sala de estar, con la mirada puesta en las escaleras por donde se marchó, deseando poder ir detrás de ella y exigirle una explicación. Preguntarle si se acuerda de mí, aunque juzgando por nuestra interacción, estoy seguro que no tiene la menor idea de que pasó una noche conmigo.

No es hasta unos minutos después que logro salir de mi trance y reparo mi alrededor en busca de una distracción, lo cual resulta ser todavía peor, ya que termino aspirando todo el cálido hogar que me llena de una sensación amarga y melancólica.

Mi estómago se frunce con las fotografías enmarcadas de Ada y Connor colgadas en la pared; lucen realmente felices, una pareja enamorada y ahí no hay lugar para mí.

¡Dios! ¿En qué diablos estaba pensando al venir aquí?

Debí decirle a Connor que no podía traer a su esposa devuelta a casa, que era una jodida guantada en el estómago verlo junto a ella mientras él le acariciaba el cabello con sus manos y le susurraba lo hermosa que lucia en aquel vestido, ese mismo cabello que yo tuve enredado en mis manos mientras la follaba.

Estoy realmente jodido.

Me obligo a tomar una bocanada de aire cuando mis pensamientos se vuelven frustrantes, intentando aliviar la tensión de mis músculos, gracias a que las paredes llenas de fotografías de su vida perfecta a lado de una mujer que lo ama logran asfixiarme y hacerme sentir diminuto, todo en este lugar que ellos llaman hogar me hace querer morir porque no sólo son los celos, si no saber que yo pude tener todo esto con ella...

Que yo pude tener un hogar cómo este, con miles de fotografías de nosotros en mis paredes, que yo pude ser el que terminara casado con la mujer que consideraba el amor de su vida y la razón de su existir en aquel entonces.

Y ahora no tengo nada.

Estoy completamente sólo y sigo cometiendo errores donde sólo los inocentes salen pagando las consecuencias y es que Connor no se merece lo que le hice, mi hermano no se merece que la persona que volvió a encender mi deseo después de años sea su mujer.

El peso de la realidad que me negué a asumir se vuelve insoportable, no resisto más, reprimo un grito de frustración, tomo mi chaqueta y no me molesto en mirar en dirección a las escaleras que subió Ada antes de salir por la puerta y marcharme, porque esta es la persona que soy y sé que siempre acabo rompiendo las promesas que hago a las personas que me importan.

La Noche Que Nunca ExistióWhere stories live. Discover now