"A veces estar rodeado de todo el mundo es lo más solitario, porque te das cuenta de que no tiene a nadie a quien recurrir"
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Miro a mi hermano sentado del otro lado, esta sedado; No podía hacer nada por el, tenia miedo de dejarlo solo pero se que estará bien sin mi. Seguiré pagando el hospital al igual que todo lo que necesitara, y aunque ser bombero es un trabajo peligroso, el jamás le faltaría algo.
Y aunque era un buen bombero en Seattle, sentía que no era mi lugar; pedí una transferencia a los Ángeles, un lugar grande en donde Peter jamás me encuentre.
-Me tengo que ir, Lucas.-Susurro, esperando un reacción que no viene.
Me levanto en silencio para salir de la habitación.
-Vas a estar bien.- La voz de Lucas em detiene a mitad de camino.- Lamento que tengas que estar huyendo.- siento todo el aire salir de golpe como si me hubieran dado un golpe en el estomago.
Salgo de la habitación sin mirar atrás, tal vez era un egoísta por dejarlo pero si Peter se entera que el esta aquí pensara que yo también, es mejor estar separador.
Me subo a mi camioneta con todas mis cosas que no son muchas y empiezo mi camino.
Casi toda mi vida estuve en Hershey, Pensilvania. Hasta que murió mi madre y mi hermano era menor de edad para cuidarme, desde los 9 años estuve en centros de acogida, de casa en casa pero todo mundo jamás se quedaría conmigo. El único amigo que tuve fue Evan Buckley nos unimos demasiado aun cuando se hermana se fue a Boston, éramos casi hermanos aunque sus padres siempre me odiaron.
Hasta que se fue, me dejo solo. tuve que aprender a sobrevivir.
Después de dos años que se fue entre a la marina, estuve casi 3 años pero salí de ahí con reconocimiento, y aunque podía avanza no me quede, no me sentía yo.
A los 23 años no sabia que hacer con mi vida, entrene para ser bombero en cual es irónico, fui del agua al fuego.
A los 24 ya había pasado todos los exámenes y era un bombero, me instale primero en New York pero el me encontró, me transferí al otro lado del pais, Seattle pero aun no me sentía yo.
Ahora tengo 26 y no se que hacer con mi vida, entonces bisque a la única persona que estuvo ahí.
Me dejaron transferirme al 118, y estoy en espera de encontrarme a mi sin que el me encuentre primero.
Miro la entrado con temor, tengo puesto el uniforme pero estaba nervioso, hace casi 8 años que no veo a Evan.
Camino derecho y firme hacia la oficina del capitán, todo mundo me mira.
Toco la puerta de la oficina al cual escucho el pase para entrar.
-Capitán Nash, soy Oliver Morgan su nuevo integrante. - El me mira un segundo, y se levanta.
-He oído cosas buenas de ti, es bueno tenerte en el equipo- El sonríe dando me su mano, la acepto apretándola y devolviendo la sonrisa. -Ven, te voy a mostrar al equipo.- Lo sigo hasta la pequeña cocina donde veo a algunas personas mirarme. - Les presento al nuevo integrante del equipo, Oliver Morgan. -
Todos se acercan y sonríen
-Hen.- La mujer me sonríe y asiento con la cabeza.
-Chim.- El parecía divertido con la situación, extiendo mi mano al cual el acepta.
-Eddie.- Me miro y sonrió levemente, pero lo podía ver; estaba en el ejercito.
-¿Donde esta Buck?- Pregunto el capitán.
-Fue por unas cosas a su locker.- Eddie responde, y lo soy, soy un gran observador. Eddie se volvió el amigo de Evan, espero no tener problemas con el.
Se escuchan unos pasos subir y me preparo para verlo, el no sabe que me transferí aquí; ni siquiera sabe que soy bombero.
-Oigan chicos, no encontré... Oliver.- Es estaba subiendo hablando de otras cosas cuando alzo la mirada y me miro, mi nombre sonó como un susurro.
-Ev.- Susurro, le sonrió con cariño; Dios ha cambiado demasiado, no parece el mismo niño que se fue.
Todos nos miran sin entender que esta pasando, Eddie se tensa cuando Evan corre hacia a mi aplastándome con fuerza.
-Lo siento por dejarte.- El me susurro aun sin dejarme de abrazar.
-Esta bien. Todo esta bien.- Susurro.
-¿Que esta pasando?- Chim pregunta, Evan y yo nos separamos viendo a todos los cuales no saben que esta pasando.
-Si, lo siento.- Evan le dice.- Es un amigo de la infancia.- Todos parecen querer hacer preguntas pero nadie habla.
Cuando el Capitán esta por hablar suena la alarma, es hora de ponerse en marcha.
