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❝¿SUEÑO? ❞

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¿SUEÑO?

                        ASTARTE COMENZÓ a removerse incómoda, sus manos se aferraron a las sábanas de su cama, su pecho subía y bajaba con gran fuerza e intensidad, sus párpados cerrados se apretaron con fuerza y la pesadilla que estaba teniendo c...

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                        ASTARTE COMENZÓ a removerse incómoda, sus manos se aferraron a las sábanas de su cama, su pecho subía y bajaba con gran fuerza e intensidad, sus párpados cerrados se apretaron con fuerza y la pesadilla que estaba teniendo comenzaba a empeorar.

Edward estaba sentado en el sofá de su habitación, la miró al segundo tratando de indagar en su mente, allí solo pudo ver qué tenía un mal sueño. En si, los sueños de Astarte solían ser cambiantes y bastantes abiertos, podían tratar de cualquier cosa sin sentido pero aterraba lo reales que llegaban a parecer.

Para colmo, Princesa estaba del otro lado de la puerta rasqueteando con sus patitas, intentando entrar, algo que lo ponía nervioso y hacía bastante ruido.

Se quiso acercar preocupado, pero ella respiro una bocanada de aire y quedó mirando el techo unos segundos en blanco, parecía realmente asustada. La profesora se sentó en la cama y removió sus cabellos de su rostro, miró delante y dió un salto cuando notó su silueta.

Edward tragó en seco al notar su mirada, Astarte entrecerró sus ojos totalmente concentrada en notar quién era... Pero ella al segundo pensó en él mismo, en su alumno, se tapó con las mantas queriendo cubrir un poco más su cuerpo y se giró a prender la luz de su mesita de noche, al volver la vista el cobrizo no estaba.

Se sintió asustada, se levantó rápido para abrirle a Princesa que comenzó a ladrar yendo directo a la ventana, cerró la puerta y tomó a la cachorra que estaba alerta.

—No me dejes sola, no estoy teniendo una buena noche —Le pidió a la perrita antes de acostarse, dejándola a su lado.

El pequeño animal se recostó a su lado, Astarte abrazó a Princesa y trato de conciliar su sueño, en verdad su corazón latía demasiado rápido, entre la pesadilla y la imagen de su alumno en su habitación, creyó que estaba perdiendo la cabeza.

¿Había soñado con su alumno? ¡No, por Dios! Eso no podía ser.

—Duermete, Astarte —Se rogó a si misma queriendo no pensar en Edward Cullen, el adolescente al que le daba clases.

𝐓𝐄𝐀𝐂𝐇𝐄𝐑'𝐒 𝐏𝐄𝐓; Edward CullenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora