𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐏𝐚𝐧𝐝𝐚 | ᴛᴜʀɴɪɴɢ ʀᴇᴅ [ʀᴏʙᴀɪʀᴇ]

XVII

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—Mamá muévete.... — decía la joven susurrando — Deja de asustarme mamá... ¡Mamá! — grito furiosa, con lágrimas en los ojos.

— ¡Ling suficiente! — la mayor se interpuso entre las afectadas principales, dispuesta a para la escena — Llegaste muy lejos...

Todas las mujeres se acercaron a la ahora fallecida, para cantar las palabras del ritual, asegurándose de que viajará con Sun Yee y tuviera un descanso

pleno y tranquilo, algo que se merecía, entre comillas.

— Madre — llamó Ming, mirando a quien llamaba — aún respira, deberíamos llevarla a un hospital...

— Ming, ¿crees que haya posibilidad de que Batari sobreviva? — pregunto la mas alta de las tías.

— La tía Batari fue demasiado benefactora para nuestro linaje — aportó la mayor, acariciando el pelaje carmesí que poco a poco se hiba despaneciendo — Esperemos que no nos deje tan pronto...

Siete pandas jalaban de los mechones de una panda de tamaño descomunal, todas jalaban con fuerza, siendo la unión de todas estas lo que movía el gigantesco cuerpo de la mas grande, la madre de la mas pequeña.

— ¡El pelo me da cosquillas! — comentaron las más espontáneas de toda la familia.

— ¡LingLing, NiNi, callense! — regañó la mayor.

Empezaron a jalar y retroceder para que la de mayor tamaño entrará por completo en el círculo, siendo motivo de algunos resbalones y quejidos por parte de las pandas, no es ofensa, pero la más grande pesaba demasiado y era difícil moverla, aún con seis pandas gigantes y uno relativamente grande.

Mientras se adentraban en el círculo con más facilidad, el señor Gao subía las escaleras para estar a la par con el eclipse de Luna roja, el cual se estaba desvaneciendo, lo cual era algo crítico, ya que no podían esperar a la siguiente luna roja.

— ¡Están locas! — grito Aaron T, señalando a las amigas de la panda menor asustado — ¡Ese panda casi nos mata! ¡¿y qui-quieren que cantemos?!.

— Lo sabemos pero por favor, una melodia desde el corazón basta para activar el círculo — volvió a pedir la más alta de las tres.

— Robaire, ¿que dice jefe? — pregunto el menor de todos, sabiendo que alguien importante para el moreno estaba en medio de todo eso.

— Lo haremos.

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Jihng fa sām sān
Gán āk sáu sām
Yùhn hei gwāi wái
Jiht ngh fāan san

—

¡Fuerte!, ¡Con todo el corazón! — grito el señor Gao, en los asientos más altos del domo, frente a la luna roja.

— ¡CANTEN!, ¡EL CÍRCULO NO FUNCIONA!.

Jalaban con fuerza mientras cantaban, todas menos la panda más pequeña, y se los digo sin mentiras, la menor no cantaba el coro porque no se lo sabia, sin embargo, unos ruidos llamaron la atención de las dos más jóvenes, mirando a las amigas de la menor.

Ambas sonrieron, la menor mirando a sus amigas, y la otra sonriendole a su sobrina, alegre de que haya encontrado amigas tan buenas como esas, de las de verdad, de las que no te dejan si en las peores.

— ¡Oh! — aquello hizo dudar a las dos menores, provocando que la mayor dejará de cantar y ambas miraran hacia allá —¡I've never met nobody! — era 4-town — ¡never met, never met, never met!, ¡Like!, ¡Like!, ¡YOU! ¡Yeah!.

Una nota tan alta, fue capaz de hacer funcionar el circulo, pero un momento, como unas personas que no conocen a esas personas, cantan con el corazón una canción que crearon para la industria. Bueno, eso se debía a que alguien se la dedicaba a otro alguien. ¿Jamás les han dedicado una canción?.

Jihng fa sām sān
Gán āk sáu sām
Yùhn hei gwāi wái
Jiht ngh fāan san

— ¡Yeah!, ¡I've never met nobody! — cantaban y bailaban, mientras que varios miraban para cualquier lado, el líder miraba a la panda de la chica que le gustaba.

— ¡Like you!.

— ¡Had friends and l've had buddies! — empezaron a cantar las dos, haciendo que por una parte, la mayor sintiera cosas en el estómago.

— ¡It's true!, ¡But they don't my tummy!, ¡The Way you do!, ¡I've never met nobody like you! — el señor Gao alzó la espalda ceremonial, y la luz de la luna roja alcanzó a los pandas —, ¡YOU'RE NEVER NOT MY MIND! ¡OH MY!, ¡OH MY!.

— ¡I'm never not by your side, your side, your side! — cantaban ambas.

— ¡I'M NEVER GON'T LET YOU CRY!, ¡OH CRY!, ¡DON'T CRY! — los pandas empezaban a elevarse, todos, y al ver eso, Robaire dedico el siguiente verso de la canción a ese preciso momento, mirándola — ¡I'LL NEVER NOT BE YOUR RIDE, OR DIE!, ¡ALRIGHT! — con una lagrima callendo de su ojo, los pandas se elevaron y desaparecieron.

El destello azul desapareció, junto con las mujeres de la familia, todas y cada una. Nadie sabía a dónde habían ido, y los más temerosos eran Jin y Robaire, el mayor por que su esposa e hija fueron allí y eran su motor en todo, y el moreno porque el de verdad deseaba intentar algo con la mayor, la quería.

Justo el día anterior la tuvo recién en sus brazos, le acarició el cabello y la espalda, incluso se tomaron la mano unos momentos y fueron los momentos más mágicos de su vida entera, y ahora no sabía dónde estaba, cayó de rodillas en la pila de escombros luego de cantar, siendo rápidamente consolado por sus mejores amigos.

— Ayer estaba conmigo.... Hace unos minutos la estaba abrazando — creyó que la había perdido para siempre.

Esas horas con Ling para el significó mucho más que, los meses tal vez, que pasó con sus parejas anteriores, dejando aparte que Ling portaba mejor físico que todas las otras mujeres, ella tenía una chispa que lo cautivo, una cosa particular que la hacía invaluable para el.

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