my only [hanknow/banginho]

Capítulo 22

Lo primero que hizo Minho al llegar a su departamento fue ir a su habitación a lanzarse a la cama. Ni siquiera saludó a Jisung cuando este lo hizo, pues iba demasiado sumergido en sus pensamientos. No podía sacar de su mente todo lo que Chan le había dicho. Se reprochaba a sí mismo por irse y dejar a Chan allí, de todas formas nada de lo que había dicho era mentira. 

Estaba a punto de quedarse dormido cuando sintió su teléfono vibrar en la cama. Lo buscó torpemente y atendió la llamada sin siquiera ver quién era.

—¿Hola?

—Minhonnie, ¿ya llegaste a casa? Perdona por lo de esta tarde, no quise hacerte enojar, solo... creo que me dejé llevar por la rabia que me dio cuando me contaste... lo siento Honnie. 

Minho sonrió, se le hizo muy tierno la rapidez con la que Chan había dicho todo eso. 

—Channie, no estoy molesto, mucho menos contigo –al otro lado se escuchó un suspiro aliviado.

—Me alegra oír eso, no soportaría que te enojes conmigo...

—No podría enojarme contigo, supongo que me fui así nada más porque me dijiste cosas tan ciertas... de algún modo me dolió, porque no es nada más que... la triste verdad –. Ambos se quedaron en silencio, pero no era incómodo para ninguno de los dos. 

—Te quiero, Honnie –soltó de pronto el rubio y Minho se sonrojó a más no poder, al mismo tiempo que sentía cosquillas en su estómago.—Sé que llevamos poco tiempo de conocernos, pero siento que te quiero, y no quiero que estés mal... 

Chan no podía creer que estuviera diciendo todas esas cosas, pero necesitaba decirlo.

—También yo, Chan –no lo pensó dos veces y de inmediato se puso nervioso cuando reaccionó. Escuchó una pequeña risita de Chan y terminó por sonrojarse.  Estuvieron hablando por lo que parecieron horas, hasta que Minho soltó un tierno bostezo y luego sus ojos comenzaban a pesar y cerrarse de a poco.

—¿Minho? –el rubio no recibió respuesta y sonrió enternecido —Duerme bien, pequeño –susurró despidiéndose, sin embargo no cortó la llamada. Escuchaba su respiración tranquila y le alegraba saber que estaba bien en ese momento. Luego de unos minutos colgó finalmente. 

Jisung entró a la habitación y comenzó a ordenar algunas cosas en su bolso.

—¿Con quién hablabas? –le preguntó a Minho alzando su voz para no ser ignorado. Minho dio un pequeño salto en su lugar por la sorpresa que se llevó y frotó sus ojos, sin voltearse hacia el peli negro.

—Con un amigo, ¿por qué?

—Ni siquiera me saludaste al llegar –ignoró su pregunta.

—Estaba muy cansado, quería dormir. 

—¿Duermes al teléfono? 

Minho prefirió no responder y se acomodó más en la cama, con la intención de conciliar el sueño nuevamente. Sin embargo no le fue posible ya que, a parte de que no dejaba de pensar, Jisung insistía en que le dijera con quién hablaba tanto y pedía tantas explicaciones que ya casi lo sacaba de quicio.

—¿Sabes, Jisung?, ya me estoy cansando de esto.