CAPÍTULO XXVII

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---TUL 

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---TUL 

Tul no podía creer lo que acababa de ver en la televisión, después de lograr hacer llegar las memorias SD, que el sistema judicial aceptara encarcelar a todos los implicados, pasó la noche aún en casa de Máx esperando a que la policía lo sacara de ahí, pero con El Diablo prófugo, ahora tendría que escapar por su cuenta y lo más pronto posible.

Tomó una mochila con un cambio de ropa, apenas y ha amanecido pero en la casa todo es un caos, los guardaespaldas están alterados y corriendo de un lado a otro, seguramente han recibido órdenes de Nattapol, pero nadie ha entrado a la habitación, tal vez era señal que aún no lo conectan con el operativo policiaco y siguen protegiéndolo o la otra razón podría ser que Máx les haya pedido que lo mantengan con vida para matarlo en persona. 

El modelo buscó por toda la habitación algo que pudiera usar para defenderse de los guardias, que ni siquiera sabía si seguían detrás de la puerta, al no encontrar nada descartó la idea enseguida, luego miró por la ventana, la distancia era suficiente para producir vértigo y una caída sería una muerte segura.

Podía medir más de 1.80 metros pero sería reducido por los más de 10 escoltas que había dejado Máx en la casa, así que respiró profundo como si el valor para actuar se encontrara en el oxígeno a su alrededor, dejó la mochila detrás de la puerta y se atrevió a abrirla. Para su sorpresa sólo el chico con el que había discutido antes estaba afuera a unos metros, parecía inquieto pero le saludó con una sonrisa.

- ¿Saben algo de Nattapol? No me he podido comunicar con él, ¿Saben si está bien? - Realmente quería saber si había escapado con vida pero también si había posibilidades de que él también pudiera salir de ese lugar antes que todo empeorara.

- El señor Nattapol no es tan fácil de apresar, seguramente estará bien, por favor vuelva a su habitación.- El chico le hizo señas con las manos mientras seguía colocando un sensor en el pasillo.

- Tengo hambre, necesito algo de comer ¿Puedo ir a la cocina? sé que todos están ocupados ahora.- Tul se encargó de dar una mirada tímida y una sonrisa dulce al chico para que le permitiera caminar hasta la gran cocina en el primer piso. El chico estaba tan ocupado que le dijo que sí con tal de quitárselo de encima.

Tul trató de no correr, sus emociones estaban a punto de colapsar, tenía tanto miedo que sentía que sus piernas no lo sostendrían para bajar las escaleras así que disimuló tomando el pasamanos de la forma más disimulada posible. 

A cada paso que daba analizó la actitud de los guardaespaldas que aún quedaban en la casa, al parecer 3 o 4 habían salido, pudo contar cinco con sus ojos pero escuchó a otro haciendo triturando documentos en una de las oficinas. Aún eran muchos, debía encontrar una forma inteligente de escapar. Dio algunos pasos más hacia la cocina y respiró un poco más tranquilo, los escoltas estaban tensionados pero él no era la razón, se estaban preparando para el allanamiento por parte de la policía, estando en la cocina logró escuchar que tenían 20 minutos para salir, pero ¿hacia dónde? ¿lo llevarían con ellos? debía salir de ahí. 

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