Elsa

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"NO ME LO PUEDO CREER", resuena una voz enfadada desde el despacho del director del periódico.
"Elsa tienes que entender de donde vengo pero no podemos publicar ese artículo, está bien pero no puede ser..."
"¿QUE ESTA SOLO BIEN? Es el mejor artículo que he escrito en este periódico, y el mejor de toda la planta"
"Sí pero no puedo publicarlo. La manera en la conseguiste la información... no puedo aceptarla."
Elsa se sienta de brazos cruzados fulminado al director del periódico con sus ojos grisáceos.
"Es más, vamos a tener que despedirte, no podemos dejar que sigas así..."
"No, no, no. Esto se acabó me voy de aquí. Pienso seguir el artículo que tenía a medias. ¡Adiós!."
Sale del despacho dando un portazo y un golpe a una mesa que da un escalofrío a todos sus compañeros. Respira y camina hacia su mesa.
Uno de sus compañeros se le acerca. "Lo siento, va a ser raro no tenerte por aquí". Elsa sonríe para si, mira a su compañero "Volveré, pienso seguir el rastro de esos documentos que nos filtraron la semana pasada. Tendrán que contratarme de nuevo" El compañero abre los ojos y se acerca más a Elsa para hablar en susurros. " Ese caso implica a gente muy importante no puedes ponerte a investigar sin el respaldo de estar en un periódico..."dice nervioso y con admiración. "Sigo siendo periodista y una muy buena, lo voy a demostrar" Mete la última libreta que tenía en la mesa en su mochila. Se despidió de su compañero y se marchó.

De camino de vuelta a su minúsculo piso estaba pensando en cómo iba a continuar con lo que había dicho. Lo único que tenía era la dirección de una casa a la que una fuente anónima había acusado de tener que ver con movimientos ilegales de algo que no querían desvelar. Era como tener una X en un mapa pero desconocer el tesoro. Esta casa además no era cualquier casa, sino la residencia de verano del alcalde de Brisbane, en Australia. Casa que estaba en la costa, rodeada de vegetación. Le habían dicho que al haberles dado tan poca información lo más probable es que fuera falsa, y que sólo sirviera para meter a los periodistas en un problema por entrar en una propiedad privada. Pero este tipo de reto era lo que Elsa necesitaba, para demostrarse que tenía razón, un periodista sigue su intuición y a veces para conseguir la mejor información se utilizan métodos poco ortodoxos... 

Una vez en casa, se quitó las botas altas negras y se tumbó en el sofá de cuero marrón oscuro. Encendió la televisión aún no eran ni las 12:00. Los cojines abrazan y envuelven su cuerpo, sus ojos se entrecierran mientras la voz de la periodista de las noticias suena más lejana. Se quedó dormida.

Notó como algo se subía encima de ella y empezó a lametear le la cara. "Walle, abajo" dijo a su dálmata de 2 años. Elsa se incorpora y limpia la cara con las mangas de su camisa, mientras acaricia al perro empieza a escuchar la televisión. En la tele sonaban las noticias de cotilleos, el periodismo de las revistas de corazón. Elsa lo despreciaba pero se quedó mirándolo. Salía la mujer del alcalde, una mujer florero que a Elsa no le gustaba por los abrigos de piel que llevaba. Y este caso no era distinto, podría ser diciembre pero llevaba una chaquetita de la piel de algún animal. "Pues no, estas vacaciones nos marcharemos lejos. A ver si convenzo a mi marido y me lleva a París que..." Elsa no necesitó escuchar más. Dejó de acariciar a Walle y apoyó su espalda en el respaldo del sofá pensativa. Sacó su portátil de la mochila, empezó a mirar mapas, sacó su libreta ahí tenia apuntada la dirección. La distancia la podría hacer en coche hasta una zona concreta y luego caminar para no despertar sospecha. No había casi fotos de la casa, eso podría significar que o había mucha seguridad o que estaba muy oculta, igualmente Elsa no tardaría mucho en descubrir cómo entrar. Solo había que llevarse el equipo apropiado... Miró a Walle "creo que ya tengo plan para estas Navidades".

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2022 ⏰

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