Capítulo 5

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Bella Carusso

     La sonrisa de él, remueve cosas en mi interior que pensé que había perdido. Pero era difícil desaparecer sentimientos, lo tenía claro.

—Tyler Finnick —mi voz suena totalmente fría.

Asiente sin decir nada más y arranca, sabiendo a donde tenemos que llegar.

Mi celular comienza a vibrar sabiendo quién se ha puesto histérico porque no tiene respuestas mías. Le reportaban de mí cada cinco minutos y ya se había pasado el tiempo límite. Por suerte de donde estaba a donde íbamos no era tan lejos, el club náutico donde sería el almuerzo quedaba cerca.

Hay guardias en la entrada cuando llegamos, Matteo está histérico al lado de ellos y una vez ve llegar una sola camioneta conmigo le pide a todos que alcen sus armas.

Mis guardias bajan totalmente tranquilos ignorando que hay más de diez armas apuntandoles.

Matteo definitivamente no me conocía.

—Señora Carusso —la chispa de burla de Finnick me hace mirarlo.

Le doy una sonrisa y tomo su mano para bajar de la camioneta.

Una vez Matteo ve mi primer tacón salir de la camioneta se pone en alerta y da la señal de bajar las armas.

—Bella —ruge.

Me acomodo el cabello y camino hasta él.

—Cariño —ignoro su temperamento.

—¿Me puedes explicar qué mierdas está pasando? —su tono de voz es bajo pero en él se esconde algo peor.

—No sé de que estás hablando —le quito importancia.

—Dónde está la guardia que te tenía vigilada

—Así que me admites que me tenías vigilada —me burlo interrumpiendo su discurso.

—No cambies mis palabras porque esta vez

—Esta vez qué, cariño —me acerco —. Estás pasando mis límites y yo te lo advertí, Matteo. A mi nadie me coloca reglas. He decidido cambiar mis guardias personales. Finnick, preséntate.

—Señora —asiente y mira fijamente a Matteo con un toque de burla que me dan ganas de sonreír —. Tyler Finnick, el nuevo jefe de guardia de la señora Carusso.

—Nikolau —gruñe Matteo —, señora Nikolau.

—No he recibido esas órdenes, señor —Finnick me mira —. La señora me ha pedido expresamente que la llame Carusso.

—Carusso murió para ella hace muchísimo tiempo, se ha vuelto loca —niega.

Ruedo los ojos y camino de vuelta a la camioneta.

—No te dejaré pasar esto, Bella —la amenaza de Matteo me hace frenar un momento pero luego sigo.

Me subo en la camioneta y todos se dispersan entrando al club, dan pase directo y aparcamos en uno de los restaurantes que hay en la zona.

Jordan #2 |C.A|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora