ocho

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Brisa Domínguez

4 meses después;

"Mmm, hay algo más, me estás mintiendo"

"No te miento"

"A mi no me va a pasar nada. ¿y si me pasa, que? algún día no voy a estar mas de todas formas"

"Ma, no digas eso. Sos muy joven todavía"

Mi mamá se rió.

"Bueno, ¿te gusta?"

"No me gusta, es mi cliente y es como una amiga en todo caso"

Habían pasado cuatro meses desde el último día que compartí tiempo con Angie, ni más ni menos.
Observe cómo las flechas del reloj se iban girando, mi mamá se fue y casi no preste atención a cuando salió, cuando el reloj marco las 20:45 vi salir a Alejandro de su oficina junto a su bolso de trabajo y unas carpetas en su mano. ¿Qué podría salir mal?

"¿Me abrís el sector siete?"

"Si"

Caminé por ese pasillo que no visitaba hace cuatro meses, sentía la vista de los demás presos fijada en mi, a medida que pasaba todos se callaban.
Llegue a la última celda y me encontré con una Angie ojerosa y golpeada, que escribía en un cuaderno sentada de cuclillas.

"Hola, Angie"

Esta no se movió, ni siquiera respondió.

"¿Como estás?"

"¿Acaso te importa?" respondió.

"Angie, por algo lo pregunto"

"¿Si tanto te importa porque no volviste antes?"

"No podía"

"Bueno" respondió.

"¿Como estás?"

"Bien"

"¿Te duele?" intenté acariciar su mejilla, pero ella se alejó. "Angie, ¿me podes perdonar?"

"¿Porque dejaste de venir a saludarme durante cuatro meses?"

"¿Qué dibujabas?"

"A mi mamá"

"¿La extrañas mucho"

"Si"

"Si queres puedo ir a buscarla para que venga a verte, podes recibir visitas"

"Brisa, mi mamá está muerta"

Mi sonrisa desapareció y todo mi cuerpo se tensó, ¿como que su mamá falleció? si hablé con su papá y me dijo que estaba todo bien.

"fue hace dos meses" su voz sonaba tartajosa.

su respiración se aceleraba cada vez más y luchaba contra ella misma para no soltar las lagrimas acumuladas en sus ojos.

"Le pegaron un tiro en el pecho"

"¿Quien fue?"

"Yo sé quien fue, pero no puedo hacer nada"

"¿Por qué Angie? hay que hacer algo"

"Fue tu jefe, yo sé que fue el"

"Angie, ¿que pasa?"

"La mataron por mi culpa" Veía su mirada llena de rabia y sus lágrimas caer por su mejilla.

Angie se apoyó en la reja y como pude acaricié su pelo, intenté calmarla pero solo lloraba más, me molestaba no poder ayudarla.

"Mi mamá me acariciaba el pelo antes de dormir, ¿sabes? me decía que nunca había que perder la esperanza, que todo lo que quiera ser lo iba a lograr y ella iba a estar mirándome contenta"

Secó las lagrimas de su cara y prosiguió.

"Nunca te das cuenta de lo qué tenes, hasta que lo perdes, ¿es una frase simple no? pero hay tanta verdad en ella. Cuando yo salga de acá, mi mamá no va a estar esperándome como siempre que me mandaba alguna cagada"

"Desde donde este, tu mamá siempre va a estar con vos en tu corazón"

"Si, lo sé. Yo siento que esta ahí aunque no pueda hablarle, su calor me acompaña a todas partes"

Una sonrisa se formó en su cara y me la contagió a mi, era tan fuerte, tenía una manera especial de ver las cosas.
"Es realista." recordé las palabras que Claudia me había dicho aquella vez que fui a su casa.

"Perdón por no venir a verte estos días"

Angie se giró y me miró.

"No pasa nada, entiendo que no podías, ademas, encontré algo lindo en esto de extrañarte"

"¿Me extrañaste?"

"Sí, me había acostumbrado a que vengas todos los días"

"¿Que encontraste de lindo en extrañarme?"

"Me di cuenta que generas cosas lindas en mi. nunca extraño a nadie, pero a vos te extrañé"

"Yo también te extrañe" respondí.

"Bri, no me vuelvas a dejar sola, por favor"

No, Angie, no podría volver a dejarte sola acá.

rejas | brangie (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora