Visita

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Después de su diagnóstico, Tsukishima se tomó los dos días de descanso, claro que el jueves después tuvo una visita cómo ya se lo había prometido a su amigo.

Yamaguchi llegó a la casa y penoso llamó a la puerta, ¿Penoso? ¿Por qué? No era la primera vez que pasaba toda una tarde ahí, hasta se había quedado a dormir múltiples veces. Bueno, la razón era que un muchacho de estatura media, ruidoso y con el cabello llamativo, le había insistido en acompañarlo a ver al de gafas, y claro que no iba a ir solo, ya que consigo trajo a otro chico más alto que el promedio, con el cabello negro y expresión molesta, así es, Hinata y Kageyama también habían venido a visitar a su querido bloqueador, uno de los tres fue obligado a ir más que nada. Aún así esperaron pacientes a que les abrieran.

Kei bajó lentamente las escaleras hasta llegar a la puerta principal y abrió soltando un pequeño saludo, sólo que se quedó helado al ver a el dúo más irritante de toda la escuela, frunció el ceño y sin pensarlo cerró la puerta en sus caras. El de pecas estaba que se desmayaba de los nervios, le esperaba un reproche y estaba considerando en hacer una carta para dejársela a sus padres si es que no salía vivo de esta.

-Erm.. de seguro fue a acomodar algunas cosas antes de dejarnos pasar-. Dijo Tadashi, su voz estaba levemente temblorosa.

-¿Enserio? No se le veía muy feliz-. El más bajito decidió contestarle, ladeando su cabeza en el proceso.

-No se le ve muy feliz porque no quiere vernos, idiota-. Golpeó el hombro de Hinata, Tobio seguía con su expresión de siempre, la verdad no estaba para nada sorprendido, de hecho se lo veía venir.

Al rato salió la madre de Kei, se había quedado regañando a su hijo por haber sido tan descortés con sus amigos. Se disculpó y les dejó pasar, avisando que ella en una hora más tenía que salir a comprar algunas cosas para la cena, obvio los invitó también a quedarse, se le notaba feliz, nunca pensó que un grupo de jóvenes quisieran tanto a su hijo cómo para venir a verlo.

-Kei está arriba, pueden subir con confianza-. Sonriente, señaló las escaleras, y de paso dijo que si ocupaban algo que solo le dijeran al rubio.

Todos asintieron. Arriba, en frente de la puerta, Tadashi estaba tomando una decisión, tocar o no, se podía decir que el pobre chico estaba casi temblando, cómo si fuera una situación de vida o muerte, claro que no le duró mucho porque Hinata abrió la puerta sin más, pasando cómo perro por su casa.

-¡Hey, Tsukishima!-. Gritó. -¿Acaso estás tan enfermo cómo para saltarte un entrenamiento? -. Se le veía con el ceño levemente fruncido, le estaba haciendo una rabieta, regañando que si no estaba por morirse que fuera al menos a ver cómo jugaban para que se le quedara el conocimiento.

-Que ruidoso eres.. -. Kei estaba leyendo, sentado a los pies de su cama con las rodillas pegadas a su pecho, no les estaba mirando porque no tenía interés.

-¡Que malagradecido! Hasta Kageyama vino a verte -. El pequeño se cruzó de brazos, soltando un gruñido, si que se estaba aguantando las ganas de golpearlo.

-¿Enserio? Hasta acá puedo notar cómo lo llevas de la correa -. Solo para soltar ese comentario venenoso quitó la vista de su libro, sonriendo sarcásticamente.

-Maldito-. Tobio apretó los puños, poco le importaba que estuviera enfermo ese salado, si decía otra cosa lo iba a golpear.

El muchacho de pecas estaba al borde del colapso, mejor interrumpía antes de que se agarraran a gritos. Se puso en medio de ellos, respiró profundo y luego habló.

-Bueno, el punto es que ya todos estamos aquí, deberíamos calmarnos y convivir-. Les sonrió a todos, sus manos estaban apretando su camisa, tratando de que estas dejaran de sudar.

Los tres busca problema se miraron y no tuvieron más opción que aceptar, todos se sentaron en el suelo, en frente del más alto de la habitación, este mencionado dejó su libro de lado para al menos verlos, con desprecio pero los miraba, un progreso. Al rato, gracias a que Yamaguchi hablaba, todos estuvieron conversando tranquilamente, bueno, a veces se insultaban pero era normal, todo siguió así hasta que la señora Tsukishima entró para avisar que regresaría en una hora, que podían ver televisión si querían, agradecieron los invitados por la amabilidad de la madre de Kei.

-Vaya, ni parece que seas su hijo-. Hinata comentó ya que la señora había dejado el cuarto. -¿Seguro que no eres adoptado? -. Río.

-No, y cállate antes de que lo haga yo con un golpe -. Lo miró desafiante hasta que consiguió la reacción que quería, miedo.

Siguieron y siguieron, solo que después a Kageyama le dió sed, no tuvo pena en hablar y solo decir. "Dame agua", vaya manera. El de lentes renegó pero aún así se levantó y le dijo que le acompañara a la cocina, así que ambos en silencio fueron, y digo en silencio porque no sé estaban ni ofendiendo por el simple hecho de que el contrario respirara, al parecer se podían llevar bien si se lo proponían.

Mientras el pelinegro tomaba agua con calma, Tsuki limpió sus gafas, aquí pasó algo raro, Tobio le miró, le miró tan atento cómo si estuviera tratando de encontrar una imperfección, notó que sus pestañas eran largas, su nariz formaba una perfecta curva, sus cejas eran cortas pero tan expresivas, y sus labios, tenían un ligero color rosa, se veían.. suaves.

-Oye, ¿Tienes algún problema? -. Preguntó el que estaba siendo observado, la verdad lo notó desde el principio pero aún así lo iba a molestar.

-Eres feo -. Mentira, claro que no lo era y su cara le delataba, estaba rojo de las mejillas y obviamente estaba entrando en pánico.

-Tu cara no me dice eso -. Recargó un brazo en la barra de la cocina y le sonrió de lado, viéndolo directamente a los ojos mientras se acomodaba sus lentes.

Kageyama ya no contestó, si algo sabía era que no le gustaban las chicas ni Tsukishima, pero, ¿Por qué le parecía sumamente atractivo ahora? Fácil, jamás se dió el tiempo de verlo tan detenidamente, por el odio que le causaban sus comentarios solo lo insultaba de regreso y listo, pero ahora sabía que en verdad el muchacho era guapo.

-Bueno, bueno, respira porque no quiero pagar tu servicio médico si te llega a faltar el aire -. Él, al contrario de su acompañante, era bastante observador, por lo que notó que cuando Tobio se sonrojaba se le podían notar muy leves pecas que salían con el sol, pecas que estaban acomodadas por su nariz y mejillas, cerca de sus ojos azules.. Maldita sea, le pareció lindo y por eso ya no quiso molestarlo, sabía que acabaría igual.

-En fin, a todo esto, Rey, ¿Qué haces aquí? -. Le preguntó solo para que se le bajara lo colorado.

-El enano me arrastró con él-. Aunque estuviera tonto, supo el porqué preguntó eso de la nada, agradeció.

-Si pero, en lo que mi madre abría la puerta tú pudiste irte a casa -. Se cruzó de brazos ahora, esperando una respuesta, no la clase de respuesta enojona que siempre recibía, por alguna razón esperaba algo más que le mantenía ansioso.

-Yo... -. Se quedó callado otra vez, es verdad, pudo haberse ido a su casa sin importar lo que Hinata dijera. -Nada más tenía curiosidad de tu enfermedad -. Bueno, no estaba mintiendo, si tenía curiosidad.

-Bien, pues estoy tomando vitaminas ahora y no iré al entrenamiento por una semana, ahí tienes -. Se adelantó primero para subir las escaleras. -Deja el vaso en el fregadero -.

Kageyama se quedó solo en la cocina pensando, al parecer puede hablar con el rubio si se lo propone y cuando no lo está insultando le cae un poco mejor, también que le pareció algo atractivo, pero claro que no lo admitiría aún, tampoco que en la mañana antes de entrar a clase y en el entrenamiento estuvo viendo a todos lados para ver si en cualquier momento llegaba.

...

Yo de nuevo, el creador de la historia jajdksj sinceramente me puse a pensar de que siento que ellos dos se podrían tolerar si se lo proponen, pero por lo mismo de que se insultan no lo han intentado, así que quise poner la situación que me imagino casi todos pasamos, pedir un vaso de agua xd. En fin, me pregunto si la gente lee esto, byeeeee.

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⏰ Last updated: Apr 12, 2022 ⏰

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