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Me dediqué a escuchar la canción, había algo que me llamaba la atención como la primera vez. Algo en aquellas palabras que salían de la boca de Mashiho decían mi nombre.

"El último tren de regreso a ti se ha ido, si me hubiera apurado no sería tarde para arrepentirme. En mis borrosos ojos sólo tú te dibujas claramente. Si este inútil orgullo me hubiera dejado, de haber perdido la oportunidad es ahora que me arrepiento.

Sea cual sea la razón, me odio por no haberme acercado, con cualquier motivo esta situación se hubiera evitado. No te vayas, no me dejes, mira hacia atrás y por favor no te vayas. Si te alejas más puede que solo me derrumbe...

Incluso un tonto lo sabría, que alguien como tú no hay, de nuevo voy hacia ti, un paso más, yo nunca me detendré, no puedes alejarte. Lo sé porque soy un tonto que no puede vivir sin ti, de nuevo voy hacia ti, un paso más, yo nunca me detendré, siempre estaré en tu camino.

¿Soy solo yo que te extraño? ¿Cuánto te habrás tu alejado de mí? En ese ideal de momentos que juntos compartíamos, me acostumbré tanto que ahora es mi vida diaria.

No te vayas, no me dejes, mira hacia atrás y por favor no te vayas. No hay errores irrevocables, detén los días que ya no tienen sentido.

Por más tiempo que pase, mi desesperación no cambia, te busca, todas las noches te busco.

Tú que tanto anhelo
Tú que aún más anhelo
Tú que también me hieres
No lo sé, no lo sé, no lo sé, no lo sé.

Nunca podré dejarte

Nunca podré dejarte ir...

¿Cómo podría dejar que te vayas?
Mis pasos cada vez son más pesados y caminan hacia ti.
De nuevo voy hacía ti, un paso más, yo nunca me detendré, no puedes alejarte.

Incluso un tonto lo sabría, que alguien como tú no hay. De nuevo voy hacia ti, un paso más, yo nunca me detendré, siempre estaré en tu camino..."

Me quedé quieto, mudo. Todos mis sentidos se centraban ahora en aquella melodía, en la letra, en pensar que... él la había escrito pensando en... mí.

Las piernas se me tambalearon y me sentí débil. Eran las palabras del hombre que yo amaba, eran los sentimientos que yo jamás había reconocido. Pero... ¿Y si no era como yo creía? ¿Si aquella canción no hablaba de mí si no... de Jeongwoo?

Los pensamientos comenzaron a chocar entre sí en mi cabeza, provocando un completo caos en ella. Pero ahora, las dudas comenzaron a atormentarme cruelmente, ¿Estaría pensando en mí? ¿Me extrañaría? ¿Me amaba? Deseé llevarme las manos a la cabeza para intentar acallar las voces en mi mente, pero sólo me limité a quedarme inmóvil.

Había algo en esa canción que gritaba mi nombre, estaba seguro. Pero no quería perecer tonto y hacerme absurdas ilusiones aun teniendo el corazón roto y el dolor abismal en mi pecho. Sentí mis ojos humedecerse, al menos esa canción me describía también.

Deseaba tener la respuesta, tener alguna especie de poder o magia que me mostrara lo que yo quería saber. Me sentí... como si aún viviera en Venecia y él... estuviera a lado mío.

La cabeza me comenzó a darme vueltas, pidiéndome la razón que ya no la hiciera escuchar; pero el corazón, latiendo adolorido contra mi pecho, me rogaba que lo dejara seguir allí, que, aun sintiendo dolor, le gustaban los recuerdos.

Yo no sabía a quién obedecer, ambos eran tan fuertes y yo tan débil, pero entonces, algo se removió dentro de mí. La fierecilla que llegué a pensar que ya no existía, se movía con cautela en mi interior, escuchando atenta cada palabra en esa canción y ya no pude luchar contra ella, se había vuelto igual de vulnerable como yo, pero esa era la cuestión, ambos lo éramos y ninguno de los dos teníamos la fuerza suficiente para ganarle al otro.

Simplemente me quedé allí, escuchando, inmóvil, hasta que sentí que una lágrima cayó por mi ojo y resbaló por mi mejilla.

Al menos me alegraba una cosa, su sueño se había cumplido; sus canciones habían sido tocadas por un artista; al menos él era feliz, ¿no? Aun cuando la canción sonara triste, pero... es sólo una canción, escrita ya hace tiempo, estaba seguro. De pronto me embargó la curiosidad ¿Dónde estará él? ¿Y Jeongwoo? ¿Seguirán juntos? Entonces dejé escapar otro par de lágrimas.

Aquella canción era lo único que me hablaba de Haruto, no estaba seguro de que me decía.

No supe a qué hora llegó Yoshi y se situó a mi lado. Me miró.

- ¿Cuántas fotos has tomado? - me preguntó, pero no respondí. Entonces me miró de verdad y notó el rastro húmedo que habían dejado las lágrimas- ¿Qué tienes? - inquirió visiblemente preocupado.

-Es su canción- musité sin apartar la vista del artista sobre el escenario.

- ¿Su canción? - repitió sin comprender.

Desde el día en que llegué y le conté a Yoshi todo, no había mencionado nada relativo a la historia de Haruto y Jeongwoo, aunque la llevara conmigo día y noche, impregnada en mi piel y no se lograra salir de mi cabeza.

-Él escribe canciones- farfullé- es compositor- lo di por hecho- y esa es su canción.

- ¿Se la escuchaste tocar alguna vez?

¿A caso Yoshi creía que no era verdad?

-Mira la pantalla- dije- El nombre del autor- especifiqué.

Yoshi lo hizo, justo se estaba terminando la canción.

- ¿Haruto? - preguntó sin entender, luego de un corto silencio abrió los ojos y me miró- ¡Haruto! - soltó acordándose.

-Quiero irme- dije dándome la vuelta.

- Claro, entiendo- por eso Yoshi me caía tan bien, no hacía más preguntas después de que veía que ya no obtendría respuestas-. Llévate mi camioneta- sacó las llaves de su bolsillo y me las ofreció.

-Pero tú...

-Yo mañana paso por ella- me aseguró-. Mañana nos tenemos que reunir para seleccionar las fotos que presentaremos a la revista. Anda, llévatela- insistió.

-Debo conseguir un auto, ¿no? - suspiré y tomé las llaves.

-No estaría mal, pero ya. Mañana nos vemos.

-Hasta mañana.

Salí de ese lugar apenas pude, trataba de contener las lágrimas después de la charla poco casual que había tenido con Yoshi. Subí a su intimidante camioneta plateada y luego encendí el motor, haciéndolo rugir bajo de mí. Conduje hasta casa ignorando las ganas de llorar que me embargaban, pero era casi imposible.

Se trataba de Haruto. Bueno, todo en mi mundo se trataba de Haruto, pero esta vez había sido directo en la realidad, fuera del mundo en mi cabeza. Quise bloquear los pensamientos en ella, que si era para Jeongwoo, que si era para mí; porque todo eso sólo me provocaba un dolor infinito, porque, ¿Qué posibilidades habría si fuera mi canción? Haruto me extrañaría, pero ya había pasado un mes desde que me fui de Venecia y ya me habría venido a buscar si es que... me amaba. Entonces todas las ideas que giraban a entorno a esa, se desbarataron en mi cabeza. No era mi canción. Era para Jeongwoo, pero si se trataba de Jeongwoo, ¿Por qué mencionaba la palabra "compartíamos"?

Giré el volante hacia la derecha, haciendo rodar las llantas de la camioneta a esa dirección.

孤独 ; 𝐌𝐚𝐧𝐮𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐡𝐢𝐛𝐢𝐝𝐨┊ hasahiWhere stories live. Discover now