Los ojos de Giyu se abrieron junto al sol de la mañana. Mirando a su alrededor, vio que estaba en su habitación en la mansión Kanroji y que Tamayo y Mitsuri todavía dormían desnudas. Estaban agarrando y acariciando su torso, impidiéndole levantarse. La mano de Tamayo estaba sobre su estómago mientras que la mano de Mitsuri estaba sobre su pecho. A cambio, sus manos estaban alrededor de sus cinturas.
"Mmmgh... no te vayas..." murmuró Mitsuri cuando lo sintió salir de la bodega en la que lo tenían.
"Maestro..."
"Chicas... tengo que ver a Ume hoy porque quiere mi opinión sobre la ropa para su show", frunció el ceño.
En el espacio de dos semanas, había entablado una relación poliamorosa con dos de sus compañeras y se mudó de su apartamento de lujo a vivir en la mansión de la chica más rica y exitosa de Japón. En proporción, no fue una gran mejora, pero a él le pareció así.
Al levantarse de la cama, vio que Tamayo y Mitsuri se abrazaban con su pérdida. Se puso la camiseta sin mangas azul oscuro, los pantalones marrones y un par de calzoncillos bóxer negros antes de salir del dormitorio y bajar las escaleras. Se dirigió hacia la puerta, se puso un par de tenis rojos y salió.
Después de un breve viaje a la ciudad, caminó por la acera hacia otro edificio de apartamentos. Al pasar por el vestíbulo, seleccionó el piso en el que vivía Ume. Observó las luces viajar hacia arriba en un silencio aprensivo. Con un ¡ding!, la puerta del ascensor se abrió y entró en el bonito edificio de apartamentos. El hombre de cabello azabache entró y vio a Ume sentada en la mesa de la cocina, bebiendo un poco de jugo de naranja como desayuno.
"Hola, ¿cómo estás?"
"¡Ah!" Ume gritó. Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver al apuesto joven parado en la cocina. Estaba apoyado en la pared con una mirada fría en sus profundos ojos azules. Ume se levantó de la mesa.
"Estás aquí. Umm... tengo la ropa lista... así que... sí, me sigues..."
"Muéstrame el camino", le dijo Giyu, tomando su mano. Un sonrojo cruzó el rostro de Ume y sintió el calor subir por sus mejillas. Agarrándolo con fuerza, lo condujo a través del apartamento a una habitación oscura. Dentro de la habitación no había nada más que una silla roja y un pequeño escenario con un poste de hierro adjunto. Ume le hizo un gesto para que se sentara en la silla, y así lo hizo. Era extremadamente cómodo, por lo que se recostó y relajó su cuerpo y mente.
"Está bien... déjame prepararme", le dijo Ume antes de que ella desapareciera en una cortina detrás del escenario, dejando a Giyu solo en la oscuridad. Su mente reflexionó sobre qué tipo de sorpresa le esperaba. Sabía que, considerando las últimas semanas, el sexo probablemente estaba involucrado.
"¡Tarán!"
De pie en el escenario estaba una hermosa Ume; Giyu se puso rojo al ver su atuendo. Era un micro-bikini de hilo blanco con hilos negros que dejaba poco a la imaginación; era lo suficientemente pequeño como para dejar un espacio en su pecho. La parte de atrás de su traje de baño formaba una tanga con una cola de conejo negra. Su figura voluptuosa y tetona estaba a la vista, y las únicas otras cosas que llevaba puestas eran un par de tacones altos, orejas de conejo negras, puños de camisa y un corbatín en el cuello. No es de extrañar que sea una modelo de lencería, pensó Giyu.
Ume eligió una lista de reproducción de canciones de su teléfono y un ritmo electrónico palpitante recorrió la habitación. Fue lo suficientemente fuerte como para que Giyu pudiera sentir su cuerpo vibrar. El ritmo en sí contenía el gemido de placer sexual de una mujer, lo que lo llevó a suponer que se trataba de una muestra de pornografía. No era su tipo de cosas, pero no se quejaba.
