Capítulo 22

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Emily

Presionaba el botón del ascensor con desesperación. Quería salir de allí cuanto antes.

Estuve a punto de contarle sobre mi condición. Algo que me prometí no revelar a nadie dentro de la empresa. Con Moira me vi obligada por la situación, pero... con el odioso, era algo completamente diferente. Él no podía saber.

El enojo estuvo casi por ganar la partida, pero gracias a Dios me di cuenta al momento en que él me pregunto.

Las puertas se abrieron. Entre de inmediato y presioné el botón del primer piso. La puerta estaba casi por cerrar cuando de pronto una mano impide que esta cierre.

¡Maldición!

Estaba a punto de pegarle cuando la puerta se cerró y volvimos a estar solos una vez más.

—¿Es sordo? ¡Déjeme en paz!

—No, pero parece que tú sí —dijo señalándome con brusquedad.

—¡Déjeme tranquila! —volví a decirle.

—¿Me va a decir que demonios le impide trabajar en algo tan sencillo como una colección? ¡Es su deseo y se lo estoy concediendo!

—¡Que no quiero trabajar contigo!

—¡Maldición! —exclamo furioso. Podría jurar que la vena del cuello se le brotó. —Si no presento una colección para la próxima temporada, mi área cerrara —confesó—, porque las últimas colecciones no se vendieron como esperábamos; no tuvieron tanto éxito.

Hablaba tan alterado que, comenzó a darme miedo. Me tuve que alejar de él.

—Por favor... —Pidió bajándole un poco al tono e intentando calmarse. —... Solo... Haga esta colección. Si resulta o no, no la volveré a molestar más, pero por favor, ayúdenos a mantener el área.

Fue en ese momento, donde recordé las palabras de su madre en mi sala de estar. "Darte una colección, es cómo poner toda su área en tus manos."

—Quítese o le lleno, la cara bonita que tiene, de moretones.

Él se hizo a un lado una vez la puerta del ascensor de abrir y salí de allí casi corriendo.

Solo quería paz. De lo contrario, no podría pensar con claridad.

Me dirigí hacia la puerta de salida, donde al salir, me encontré frente a frente con Moira. Inmediatamente me saludo. Al verme molesta, me invito a tomar un té en la cafetería de la empresa. Quería salir del lugar, pero no le rechazaría a Moira su amable invitación.

—¿Cómo te has sentido últimamente? Hace mucho no nos vemos.

—Pues alterada. Siempre que lo veo me altera.

—¿Ahora porque estás enojada con el jefe? —pregunto, cruzándose de brazos e interesada de saber que había pasado.

—Pago por un cuadro una cantidad excesiva y me dice así no más, "quédese con el cuadro" —Imite. —Que no le interesaba el cuadro.

—¿Y cuánto pago? ¿Por qué dices que es excesiva?

—¿Te parece poco 100,000 dólares? —su boca se abrió de inmediato. —Si lo sé. De locos, ¿no?

—Vaya, es mucho dinero, pero... ¿Qué fue lo que hizo darte el cuadro?

—No lo sé exactamente. Lo más seguro se obsesionó conmigo. —Moira se echó a reír a carcajadas. —¿Qué? Puede ser verdad. Bueno, una posibilidad.

—Emily, deberías saber que, el jefe no se obsesiona con las personas. Si no al revés. Se obsesionan con él.

—Yo no estoy obsesionada con él. Yo solo quiero que me deje tranquila.

Querido Lee (Versión DongHae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora