LONG BEFORE WE BOTH THOUGHT THE SAME THING

Parte única

Harry se llevó a los labios la botella de cerveza, odiaba su sabor, pero era lo único que calmaba los nervios que sentía. No era alguien precisamente sociable y definitivamente no era alguien que encontrarías en medio de una fiesta; sin embargo ahí estaba, en casa de Louis Tomlinson, el capitán del equipo de fútbol, rodeado por un montón de gente con la que nunca habló a pesar de que estaban en las mismas clases, ni siquiera entendía bien qué hacía allí.

¿Cómo el chico nerd del salón había terminado en la fiesta de los populares? Seguro era una pregunta que todos se hacían, o al menos eso era lo que sentía el rizado, estando en un rincón sintiendo algunas miradas furtivas sobre él. Se dispuso a buscar otra bebida, pero antes de que fuese inundado por su amargo sabor alguien le detuvo.

—¿Qué crees que haces Hazz? —reconoció de inmediato aquella voz femenina, se trataba de Taylor, la única amiga que logró hacer desde que se mudó a la ciudad.—No estas acostumbrado a beber, a este ritmo vas a terminar borracho incluso antes de que llegues a verlo.—susurró.

—Yo solo... Necesito un poco de aire.

La razón por la cual estaba tan lejos de su zona de confort era simple, esa quizá sería la última vez que podría ver a su crush, la última vez que podría sacar de su pecho lo que siente y rayos, necesitaba hacerlo por el bien de su cordura. Lo había intentado varias veces, pero siempre que Louis estaba cerca se congelaba, era incapaz de responder una frase completa y aún así, aquel castaño de ojos azules siempre le sonreía de aquella manera tan cálida y seductora que el ojiverde podría derretirse con solo verlo.

Pero él siempre estuvo fuera de sus ligas, alguien tan atractivo, tan carismático y encantador, tenía a sus pies a todo el mundo y ciertamente podría escoger a quien quisiera ¿por qué iba a escoger al chico de lentes con ropa anticuada que se sentaba en frente del salón?

Taylor siempre le decía que no se menosprecie a sí mismo, que tal vez tenía oportunidad, pero realmente no creía que se lo dijese en serio. Si, Louis era amable con él y a veces intentaba entablar una conversación, pero así era él, como un sol iluminando los días de todos. ¿Qué le había llevado entonces a ir allí? simple, un momento de estupidez; cuando se había resignado a no verlo nunca más, recibió un mensaje del chico (asumió que por error) invitándolo a la fiesta de graduación que había organizado.

Podía simplemente haber ignorado eso y seguir con su vida, pero cualquiera en su posición mataría por ir, es decir, allí estarían todas aquellas personas por las cuales todos en el colegio suspiraban, atletas, porristas, músicos, aquellos quienes en su mayoría ni volteaban a ver a gente como él. Tal vez era una especie de señal, tal vez necesitaba ir allí y encarar todos sus temores para por fin ser libre de todas aquellas fantasías que tenía con Tomlinson, algunas inofensivas, otras bueno, nunca las diría en voz alta.

—¿Mejor? —preguntó la chica cuando llegaron al patio trasero de la casa, no había nadie allí, seguramente no deberían estar ahí, pero Harry al fin podía sentirse medianamente sereno, así que sonrió tenuemente en señal de aprobación, mientras que la rubia pellizcaba una de sus mejillas en señal de complicidad.

Aquella atmósfera íntima fue rota cuando escucharon el ruido de algo cayendo sobre el pavimento. Ambos se precipitaron a ver de qué se trataba.

—Lo siento....no quería interrumpir —Louis se encontraba a pocos metros de ellos, con las mejillas coloradas, cerca de él se encontraban un par de latas de cerveza vacías.

—Oh no, no interrumpes nada —aclaró la muchacha —Harry se siente un poco mal y quería refrescarse ¿Puedes hacerle compañía un rato?—El rizado volteó la cabeza demasiado rápido, mirándola con absoluto terror, ella le dio un pequeño empujón hacia la dirección donde se encontraba el otro chico— Deje adentro mi bolsa, volveré cuando la encuentre.— añadió lanzándole un guiño discreto, ella no volvería, lo sabía, nunca en su vida había llevado una cartera consigo.