♪➪𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙧𝙮, 𝙢𝙮 𝙙𝙚𝙖𝙧 𝙝𝙪𝙨𝙗𝙖𝙣𝙙.

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El pasar de los años afecta el físico, aunque el alma permanece joven y vital, dos antes jóvenes cuerpos ahora convertidos en pieles levemente arrugadas por el incierto tiempo, sabias anécdotas que contar y recuerdos, tanto dulces como amargos son resguardados por un desgastado cuerpo y una amable sonrisa.

Sano Manjiro y Keisuke Baji estaban felizmente casados desde hace 3 décadas, ahora ambos contando con la edad de 65 hermosos años colmados de aventuras, momentos tanto felices como melancólicos y la dulce compañía de su pareja. Todo era muy acaramelado hasta que resultó que tanto azúcar llegaría a afectarle a el pequeño rubio y cambiar completamente su vida, así poseyendo diabetes a la edad de 60 años. El anteriormente vital y activo Manjiro había decaído hacia mucho tiempo, dejó de tener una buena condición física y a comer con más frecuencia debido a el estrés y ansiedad, sin contar que en su familia había un gen diabetico. Que sus dos progenitores tuvieran aquella condición no le resultó beneficioso en lo absoluto. Contando con lo anterior, los riesgos de tener diabetes señalaban a que tarde o temprano aquella enfermedad crónica llegaría a afectarle en sobremanera.

Baji, preocupado en demasía intentó de todo para ayudarle a su querido esposo para mantener controlada aquella letal enfermedad, todo siendo en vano al no contar con la aceptación absoluta de Manjiro, quien aún no lo aceptaba por completo y solía rechazar algunas veces el tomar las pastillas. Todo fue hasta que a Keisuke se le ocurrió una solución, con letales resultados.


Baji le daba los medicamentos recetados con los postres favoritos del rubio, así logrando que el pequeño Sano ingiriera las pastillas que le ayudarían. Lo que el de ojos gatunos no sabía era que su esposo era consciente de lo que Keisuke hacía, y cuando él susodicho se iba, removía aquella pastilla y comía gustoso aquel manjar con ímpetu. Se sentía mal al mentirle a su amado esposo, y se prometió a sí mismo no volver a hacerlo, lo que no sabía era que su tiempo se había agotado.

El pelinegro ahora canoso se dirigía tranquilamente hacia el supermercado para comprar la despensa del mes mientras hablaba con su mejor amigo, Chifuyu

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El pelinegro ahora canoso se dirigía tranquilamente hacia el supermercado para comprar la despensa del mes mientras hablaba con su mejor amigo, Chifuyu. Casualmente se lo había encontrado mientras salía, el de ojos azules le dijo que iba a comprar comida para su querido gatito y la despensa mientras su esposo, Kazutora, cuidaba gustoso de Peke J.

La conversación que tuvieron mientras caminaban fue amena, contaban lo que recientemente les había pasado y Chifuyu le enseñaba una qué otra foto que le tomaba a el gatito negro que Matsuno amaba con todo su corazón. Este ya era muy mayor, y a Keisuke le sorprendía lo mucho que lo cuidaron como para que permaneciera tanto tiempo con vida, pensó que sería lindo que el y su esposo perduraran tanto tiempo juntos al igual que el gato a pasado tantos años de una vital salud y inconmensurable energía. 

Al ya estar en el interior de la tienda, procedió a buscar la comida que necesitaba comprar. Pan, lácteos, carne, verduras y frutas. Lo suficiente como para sobrevivir un mes, los dos estaban pensionados y tenían el dinero suficiente para subsistir, pero tampoco eran adinerados. La medicina de el rubio era cara, no podía negarlo, pero haría lo que sea por el, y sabe que son necesarias para que el de ojos negros pueda vivir al menos un poquito más.

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⏰ Last updated: May 01 ⏰

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ꏍ➯𝘿𝙤𝙣'𝙩 𝙘𝙧𝙮, 𝙢𝙮 𝙙𝙚𝙖𝙧 𝙝𝙪𝙨𝙗𝙖𝙣𝙙. «BᴀᴊɪKᴇʏ»Where stories live. Discover now