En en su tercer año Lyra va a empezar a sentir los cambios de la adolescencia, con demasiados sentimientos extraños floreciendo dentro de ella y descubriendo verdades que podrían costarle lo que mas aprecia solo por querer hacer lo que piensa que es...
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-AHI HAY UNA TIENDA DE ANIMALES MÁGICOS -dijo Harry- Puedes mirar a ver si tienen algo para Scabbers. Y Hermione se puede comprar una lechuza.
Así que pagaron los helados, cruzaron la calle para ir a la tienda de animales.
No había mucho espacio dentro. Hasta el último centímetro de la pared estaba cubierto por jaulas. Olía fuerte y había mucho ruido, porque los ocupantes de las jaulas chillaban, graznaban, silbaban o parloteaban. La bruja que había detrás del mostrador estaba aconsejando a un cliente sobre el cuidado de los tritones de doble cola, así que los cuatro amigos esperaron, observando las jaulas.
-Pobres... sufren estando encerrados -dijo Lyra mirando a un conejo- Los animales tiene que ser libres...
-Mirale el lado positivo Nix -dijo Hermione, tratando que distraer a Lyra- Van a ser comprados por familias que los van a querer.
Lyra hizo una mueca pero no dijo más nada.
El cliente de los tritones de doble cola salió de la tienda y Ron se aproximó al mostrador.
-Se trata de mi rata -le explicó a la bruja- Desde que hemos vuelto de Egipto está descolorida.
-Ponla en el mostrador -le dijo la bruja, sacando unas gruesas gafas negras del bolsillo.
Ron sacó a Scabbers y la puso junto a la jaula de las ratas.
-Hum -dijo la bruja, cogiendo y levantando a Scabbers- ¿cuántos años tiene?
-No lo sé -respondió Ron- Es muy vieja. Era de mi hermano.
-¿Qué poderes tiene? -preguntó la bruja examinando a Scabbers de cerca.
-Bueenoooo... -dijo Ron.
La verdad era que Scabbers nunca había dado el menor indicio de poseer ningún poder que mereciera la pena. Los ojos de la bruja se desplazaron desde la partida oreja izquierda de la rata a su pata delantera, a la que le faltaba un dedo, y chascó la lengua en señal de reprobación.
-Ha pasado lo suyo -comentó la bruja.
-Ya estaba así cuando me la pasó Percy -se defendió Ron.
-No se puede esperar que una rata ordinaria, común o de jardín como ésta viva mucho más de tres años -dijo la bruja- Ahora bien, si buscas algo un poco más resistente, quizá te guste una de éstas...
Señaló las ratas negras.
-Bueno, si no quieres reemplazarla, puedes probar a darle este tónico para ratas -dijo la bruja, sacando una pequeña botella roja de debajo del mostrador.
-Vale -dijo Ron- ¿Cuánto...? ¡Ay!
Ron se agachó cuando algo grande de color canela saltó desde la jaula más alta, se le posó en la cabeza y se lanzó contra Scabbers, bufando sin parar.