Capítulo 6

12 4 0
                                    

La cabeza me seguía dando vueltas cuando desperté. Lo primero que vi fue la mano de Stefan reposada sobre la cama en la cual yo descansaba después de ese extraño incidente. Apenas se acomodaron los sucesos en mi mente, Stefan buscó empezar con la interrogación. Y en este momento, no tengo ni la más mínima paciencia.

— ¿Cómo se te ocurrió, Victoria? — pregunta con un tono cargado de frustración— Ya no sé qué pensar después de lo que hiciste.

— Acabo de despertar y tengo un terrible dolor de cabeza— le digo con honestidad— ¿Podrías dejar de atosigarme con esa mirada?

Esa mirada era peor que las otras. Se nota su enojo, sin el más mínimo intento de disimularlo. Su expresión seria no parece tener chances de cambiar a una más simpática, como lo estuvo haciendo en los pocos momentos que compartimos juntos. Sus ojos pardos siguen brillando, aunque la desilusión se desprende de ellos cuando posa su mirada sobre mis ojos desafiantes.

— No quiero enojarme contigo, pero ¿Tienes idea del riesgo al que te has expuesto? Eres la única persona que decide correr como una loca hacia el corazón del bosque prohibido, desafiando a todos los males inexplicables que en él habitan.

— Escuché una voz— le digo con absoluta honestidad— Me estaba llamando— le explico.

— No había ninguna voz, yo estaba allí, a tu lado— dice negando con su cabeza.

— Te lo juro, Stefan. Sé qué suena muy descabellado, pero el árbol me llamó.

— Me preocupa que esto pase a mayores— murmura como si yo no estuviera escuchando.

Se arrima un poco de su asiento hacia mi cama y posa su mano sobre la mía. Yo sigo estando recostada porque siento que si hago el esfuerzo de levantarme vomitaré encima de su camisa.

— No me voy a rendir con esto, te ayudaré a llegar al fondo de este asunto— su voz se vuelve más suave.

— Pronto se va a solucionar.

Le regalo una sonrisa genuina, debo hacer un esfuerzo y conservar mis buenas actitudes. No quiero pelear con él ni con otras personas. Quiero sentirme con energías para poder continuar con mi estúpido plan de escape.

— Estoy siendo tan impaciente contigo, de momentos olvido que tú eres la que se siente peor de nosotros dos— comienza a hablar con algo de arrepentimiento— Es difícil para ambos, pero detesto tratarte mal.

— No exageres, Stefan. Estamos un poco tensos los dos— le digo restándole importancia al asunto.

— Adoro que seas considerada hasta cuando estás molesta, creo que estás volviendo a ser tú— dice con mejor humor que antes.

— Es que estoy cansada, si no estaría peleando no sabes cómo— bromeo robándole una sonrisa.

— Descansa un poco, vendré en un rato para acompañarte hasta donde están tus guardias.

Posa sus finos labios sobre mi mano que sostiene con la suya. Es su intención de despedirse, pero yo lo tironeo hacia mí, necesito más respuestas antes de que se vaya.

— ¿Me dejarás con ellos? — pregunto horrorizada.

— Son tus guardias, Victoria— dice con obviedad— Además, no puedo acompañarte, tu padre no quiere verme ahí.

— ¿Qué le hiciste a mi padre? — bromeo.

— Nada, pero se enteró de que te ayudé a escapar de Ignis— responde haciendo una mueca graciosa.

— Carajo, Stefan— maldigo soltando un suspiro— ¿Por qué tengo la impresión de que no me llevaré bien con mi padre? — continúo bromeando.

— De hecho, nunca te has llevado bien con él— responde rascando su nuca.

Recuérdame en el aroma de los tulipanes [En proceso]Where stories live. Discover now