Proposición

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Sé quedó largos minutos en silencio, desviando la mirada y acomodando la cámara nuevamente en parte de su rostro y pecho. Y, aunque traté de verla, es imposible ver algo más que sus ojos y labios con la máscara que está usando.

—No sé qué responder — se sinceró, aun con la vista fija en otro lado. 

—No tienes que responderme nada, supongo que de eso se trata el fanatismo, ¿no? Me encanta lo que haces, me fascinas toda tú sin importar qué. Lo siento si te hago sentir incomoda con mi insistencia y mi acosamiento.

—Me gusta que me acoses — sonrió ladeado—. Y, siendo sincera, eres el primero que me deja en claro de maneras diferentes lo mucho que te gusta lo que hacía. 

—¿Ya lo has decidido, entonces? Vas a dejar de transmitir — afirmé.  

—He tenido tiempo para pensar y lo mejor para mí es dejar esa vida de lado y comenzar de nuevo. 

—No importa, ya te había dejado en claro que me sigues encantando aun si nunca más vuelvo a verte. Me conformo con hablarte cada día y saber de ti. 

—¿Por qué te gusta tanto verme? Hay muchas mujeres que son mejores y más bella de lo que soy yo. 

—No sé, pero desde la primera vez que te vi siendo tan espontánea y desinhibida quedé hechizado. He visto muchas otras mujeres, como bien dices, muy hermosas y que hacen videos similares a los tuyos, pero ninguna es capaz de hacerme vibrar como tú sí lo haces. 

—No sé cómo agradecerte. Me hace sentir muy bien que me digas eso — su sonrisa es hermosa, pero me recuerda a la mujer que ahora mismo se encuentra al lado de mi habitación, y eso es una gran ofensa a la mujer que está frente a mí en un pantalla.

Sacudí la cabeza ante mis pensamientos y reí nervioso. Mi Laura; la mujer de mis sueños y mis fantasías, la que ahora mismo se está mostrando ante mí, no tiene ningún punto de comparación con ella. 

 —¿Pasa algo?

—No, solo me quedé pensando una cosa. 

—¿Qué cosa?

—No sé cómo decírtelo, no quiero que pienses mal de mí. 

—Conmigo no tienes que ser tímido, lo sabes. 

—No es por timidez, es que no quiero asustarte y que me dejes de hablar.

—Dímelo con confianza. 

—En vista de que no vas a grabar nada para otros, ¿por qué no lo haces solamente para mí? Quiero seguir deleitándome con tu experiencia y todo eso que aún no has mostrado a nadie. Sé que aún no liberas toda esa sensualidad que estoy seguro que posees y que yo muero por descubrir.

—¿Me estás proponiendo que me grabe mientras me masturbo solamente para ti?

—Algo así, pero tú también recibirás tu beneficio.

—No quiero dinero, si es eso lo que piensas por lo que lo hacía — en su tono de voz percibí molestía.

—No quise ofenderte, es que no supe explicarme mejor. Me refiero a que podríamos tener encuentros cuando queramos. Tú me das todo ese potencial y yo te doy todo de mí.

—¿A qué te refieres con exactitud con ese «todo de mí»?

—Ya sabes a lo que me refiero, Laura. Quiero ser el único hombre que pueda disfrutar de todo lo que tú eres y brindas. Te aseguro con la mano en el corazón que tú eres la única mujer que despierta un indescriptible deseo por todo mi ser.

—Eres muy lindo con las palabras. Supongo que de esa manera es que te ganas el paraíso en las piernas de una mujer, ¿no?

—Mientras esa mujer me guste, no tengo porqué cohibirme. Hasta el cansancio te aseguraré lo mucho que me encantas. Entonces... ¿aceptas mi proposición? Te juro que lo que pase entre los dos de ahora en adelante, según lo que decidas, se quedará únicamente entre tú y yo.






Obsesión[✓]Where stories live. Discover now