Seis

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—¡Niños, despierten!— Escuché, todavía medio dormida.‎

‎Era la voz de mi madre.‎

‎—Ambos son realmente encantadores.‎

‎¿Ambos?‎

‎Decidí abrir los ojos, dándome cuenta de dónde estaba, más bien, sobre quién. De hecho, Donghyuck y yo estábamos en el auto con mi padre, quien nos habia llevado a casa.‎

‎Ambos nos habíamos dormido uno encima del otro; mi cabeza estaba descansando sobre su hombro mientras que la suya estaba sobre la mía.‎

‎Inmediatamente la retiré, avergonzada, lo que despertó al coreano abruptamente.‎ Este comenzó a gemir de dolor antes de sostener la parte posterior de su cabeza.‎

—Donghyuck, hemos llegado a tu casa—. Mi padre le dijo, sonriéndole  minetras mostraba todos sus dientes.‎

‎—Oh, muchas gracias, señor Wù.‎

‎—Puedes llamarme Daiyu-. Dijo, todavía sonriendo. —¿Shuhua? ¿Podría ver si tienes tus llaves, por favor, antes de que mi yerno se vaya?‎

—¿Por qué quieres que vea si tengo mis llaves?

‎—Porque si. ¿Puedes buscarlas?‎

‎Suspiré antes de mirar en mi bolso.‎

‎¿Dónde están?‎

‎—¿Las tienes?— Mi madre me preguntó.‎

‎Negué con los ojos entrecerrados hacia ella.‎

‎—¿No puedes irte a casa, entonces?— Ella dijo, con un tono de pena antes de sonreírme de nuevo.

‎—Supongo que no. Pero mi querida y amable progenitora me dejara quedarme en su casa esta noche, ¿no es así?— le sonrei de la misma manera, pero mis ojos estaban apuñalandola.

‎—¿Yo? No, lo siento, no puedo.‎

‎Fruncí el ceño.‎ —¿Por qué no?‎

‎—Porque no puedo y ya.

‎¿Cómo que no puede? ‎¿Dónde pasaré la noche entonces?‎

‎—Bueno, le preguntaré a Yoon si puedo quedarme en su casa. — le dije, sacando mi teléfono de mi bolsillo.‎

‎—¡No!— Ella exclamó con rapidez, asustandome un poco en el proceso.

‎Fruncí el ceño.‎

‎—Estamos frente al edificio de Donghyuck, ¿no crees que sería más fácil para ambos pasar la noche aquí?‎

‎Sabía lo que quería, sabía que ella tenía mis llaves, sabía que haría cualquier cosa por dejarme aquí con él.

‎Miré a este último, que ni siquiera parecía haber escuchado, todavía sosteniendo la parte posterior de su cabeza.‎ Miré hacia arriba, ¿por qué me metí en esto?‎

‎—En realidad no lo sé... Los dos estamos muy cansados y-‎

‎—Estarán cansados juntos en este caso, en una pareja, tienen que ayudarse mutuamente incluso en lo peor.— Ella dijo, no pareciendo querer dejar ir el caso.‎

‎—Mamá, no estamos gravemente enfermos.— recurrí al coreano. —Haechan ¿puedes decirle a mi madre que no voy a pasar la noche en tu casa?‎

‎—Yo no tengo problema con eso.— Él respondió, mientras yo le daba una mirada de enfado.

‎¿Cómo que no tiene problema? ‎ ¡¿Quiere que le reduzca el sueldo?!‎ ¡No voy a dormir en su casa!‎

‎—¡¿Ya ves?! Ademas, están en una relación, seguramente no debe ser la primera vez que duermen en la casa del otro.‎

𝗦𝗢𝗡 𝗜𝗡 𝗟𝗔𝗪 - 𝐥.𝐡𝐚𝐞𝐜𝐡𝐚𝐧Where stories live. Discover now