two

119 24 7
                                    

El día de la boda había llegado y con el, un último intento para que Son pudiera poner en orden sus sentimientos hacia el hermoso chico de regordetas mejillas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


El día de la boda había llegado y con el, un último intento para que Son pudiera poner en orden sus sentimientos hacia el hermoso chico de regordetas mejillas.

Le quería, si, pero no podía ser amor, ¿cierto?.

Debía estar volviéndose loco.

-Nunu ¿Qué te parece? - preguntó el pelinegro mientras se miraba en uno de los espejos de su habitación. Poseía un traje real de color azul con su capa color carmesí y varios accesorios de oro puro con incrustaciones de diamantes valiosos que solo las familias más poderosas podrían tener.

Se veía tan lindo.

-M-Muy bien… Kiki - respondió la rana- ¿Estás seguro de esto?... Entiendo que quieras hacer felices a tus padres pero, no por ello debes ceder así de fácil a sus ideas si a ti no te agrada alguna.

Kihyun entendía el punto de Hyunwoo pero tampoco es como que fuera tan valiente como para escapar de aquella ceremonia, aparte ¿a dónde iría?.

No es como si tuviera algún amante o siquiera un pretendiente que le corteje y lo deje vivir un tiempo en su casa o, en el mejor de los casos, terminar enamorados y viviendo felices por siempre, a veces Kihyun soñaba muy alto y se deprimía al ver que era eso, un sueño más. Tal vez era el hecho de que aún no sabía que tenía un pretendiente además de su prometido.

Un pretendiente algo pequeño y verdoso sin exagerar.

- Hyung, usted sabe que no tengo opción, necesito que mis padres sean felices. Quiero darles la felicidad que les quité cuando vieron mi espantoso físico. - el menor sonrió con amargura y suspiró pesadamente. Sus ojos. Comenzaban a llenarse de lágrimas, parpadeo varias veces para que estas regresarán a sus ojos. ¿Por qué ahora?, ¿por qué ahora que se había encariñado tanto con Son?, ¿por qué  su corazón latía rápido solo por una verdosa rana?.

¿Por qué ahora?.

Son no pronunció ni una sola palabra más, debía aceptar que el menor era demasiado terco y jamás se daría cuenta por sí solo de lo que él sentía hacia él.

Pero él se encargaría de sacarle la venda de los ojos, quería a su Kiki junto a él y nadie más que él. El típico pensamiento egoísta lo atravesó. De repente cortando todos los pensamientos arrogantes de su mente, preguntas lo invadieron.

¿Y si estaba siendo demasiado egoísta?.

¿Y si solo estaba pensando en sí mismo y no en el bien de su Kiki?.

Un portazo lo sacó de su nube, el menor se había retirado junto a su madre para poder dar inicio a la ceremonia. Seguramente era lo mejor.

Su prometido debía hacerle feliz, ¿no?. Por algo había pedido su mano, por algo quería al pelinegro como padre de sus hijos. Pero aún tenía algo muy en claro que aunque sonará muy arrogante, era cierto.

𝐄𝐋 𝐏𝐑𝐈́𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 𝐘 𝐋𝐀 𝐑𝐀𝐍𝐀 𖤣𖥧Where stories live. Discover now