Gotham One Shots

Bruce Wayne

LA ESPOSA DE BRUCE WAYNE HA FALLECIDO. Decía en todos los periódicos de Ciudad Gótica.

Bruce tiró el periódico a un lado de su cama, le dolía saber que su esposa había muerto por su culpa, le dolía ver a sus hijos tan deprimidos.

—¿Señor Bruce?

—¿Sí Alfred?

—Sus hijos lo esperan en la sala. —murmuró Alfred mirando como Bruce se levantaba y salía de la habitación.

—Estúpido Batman. 

—Dick. —le llamó Bruce haciendo que el castaño volteará a verlo. —a mamá no le gustaban las malas palabras.

—¿Por qué mamá se ha ido? —cuestionaron Tim y Jason.

—Mamá va a cuidarlos desde donde ella esté, ustedes lo saben.

—Señor Bruce.

—Dime Alfred.

—El joven Damián no deja de llorar. —dijo Alfred con tristeza en su voz. —creo que extraña a su mamá.

—Todos lo hacemos Alfred. —murmuró Bruce viendo como Damián se negaba a soltar la foto de su madre y con sus pequeños puños amenazaba a todo aquel que se atreviera o intentará tomar la foto

—¿Bruce? —cuestionó Selina llegando mirando al lugar. —¿Quieres qué me lleve a los niños para que se distraigan?

—Por favor. —murmuró. —niños, vayan con Selina.

—¿Tú no vendrás?

—No niños, tengo algo que hacer, los veré después. —sonrió mientras se iba a su habitación, no tenía otra cosa más que hacer que llorar por la castaña. —Dios Diane, no han pasado ni dos horas y ya siento que han pasado mil años sin ti a mi lado, y esto es horrible, no quería que murieras por mi culpa. —murmuró cabizbajo mirando el enorme retrato que estaba en su habitación. —no quería que murieras a mano de mi peor enemigo. —murmuró trazando sus dedos por el retrato.

—¿Señor Bruce?

—¿Sí Alfred?

—¿Podría contarme cómo sucedió?

—Bruce suspiró. —verás...

[***]

Batman se acercaba con pasos seguros y sigilosos por todo el lugar, el Joker últimamente tenía mejores y nuevas armas conforme pasaba el tiempo.

—Oh vaya, el murciélago ha venido por la pobre mujer.

—¿Qué quieres con ella? Es sólo una oficial de Gotham.

—No es sólo eso, es más que eso, ¿Tienes idea de lo que Bruce Wayne daría por su esposa? ¿La madre de sus cinco hijos?

—No.

—¡Billones! ¿Pero sabes qué es más gracioso?

—¿Qué?

—Qué ella tenía un pequeño de unos diez años, llamado Damián, Dios, es idéntico a Bruce.

—¿En dónde está?

—Oh, no lo sé. —sonrió mirando fijamente hacia un pequeño lugar.

Batman por instinto volteó, encontrándose un pequeño armario, del cual pequeñas gotas de sangre salían.

—Como verás, Batman, ni todo el dinero del mundo salvó a la esposa del multimillonario Bruce Wayne, ni pedí su rescate.

Batman estampó su puño contra la cara del payaso tomándolo desprevenido, mientras que el Joker caía al piso mientras reía desenfrenadamente.