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Séptimo estado de animo: Nuevamente Feliz.

Algunos de los estados de animo del pequeño ____ eran repetitivos, uno de estos era la felicidad, este se presentaba en situaciones que involucraran a su senpai, el solo pensarlo o verlo por un segundo hacia que su corazón se acelerara y hacia enrojecer sus mejillas.

El menor caminaba tranquilamente por la plaza en dirección a la cafeteria donde quedo de verse con su senpai, iba con demasiada anticipación a decir verdad, una vez a dentro de esta tomo asiento y se dedico a esperar alegre e imaginando varios escenarios románticos con el mayor.

[...]

Habían pasado ya treinta minutos desde la hora en la que acordaron verse, y el chico se brillante cabello negro se trataba de tranquilizar a si mismo, se negaba a creer que posiblemente lo dejaron plantado.
Algunos pensamientos pesimistas comenzaron a hacerse presentes en su cabeza, sus ojos comenzaron a cristalizarse y cuando se disponía a irse antes de que alguien lo viera llorar se escucho como la puerta se abria y la respiración agitada de alguien se hizo presente. Con la mirada llena de esperanza volteo a su dirección y ahí lo vio, con ligeras gotas de sudor recorriendo su rostro, su cabello lucia desordenado y en sus temblorosas manos un ramo de tulipanes blancos yacía.
El azabache desesperado y con miedo a que su cita se haya ido busco rápidamente al menor entre las varias mesas y cuando por fin lo encontro se dirigió a el a paso firme. Antes de que el ojinegro pudiese si quiera hablar, las bellas flores se posaron frente a su rostro y él contrario hablo.

—Siento llegar tarde ____-kun, estuve ayudando a mi madre en algo y se me paso la hora, pero te traje tus flores favoritas, espero te gusten— el pelinegro tomo las flores y luego de mirarlas un rato un par de lagrimas se deslizaron por sus delicadas mejillas, y una sonrisa invadió su rostro, estaba verdaderamente feliz.

—N-no llores, te juro que no fue mi intención hacerte esperar tanto tiempo—dijo y tomo del rostro al chico para después limpiarle las lágrimas.

—Gracias Tamaki-senpai— sin previo aviso abrazo al azabache quien sorprendido correspondió el abrazo. En el mayor comenzó a expandirse una extraña pero agradable sensación de calidez.

Poco a poco el menor se soltó del abrazo jalando a su senpai hacia una silla de la mesa en la que se encontraba llamando enseguida a la mesera quien amable recibio su orden.

—____-kun, me disculpo una vez más, no se suponia que iba a tardar más de cinco minutos ayudando a mi madre pero todo se complico— dijo el de orejas puntiagudas tomando la muñeca del contrario para plantar un pequeño beso en esta.

El rostro del pelinegro se volvió rojo carmesi, estaba sorprendido por tal acción.

—B-Bueno, no te preocupes, a cualquiera le puede pasar, lo importante es que estas aquí y podremos pasar una linda tarde— sonrió, el peliazul sinto una extraña pero a la vez agradable sensación en su estomago, comenzó a preocuparse, tal vez comió algo que le hizo mal.

La tarde transcurrió normal, entre risas y sonrojos, estos últimos siendo más presentes en el pequeño aspirante a héroe.

[...]

El amajiki había llegado a su hogar, soltó un suspiro y una sonrisa se planto en su rostro, se sentía verdaderamente feliz, la cita le hizo conocer más de su lindo kohai, se encamino hacia su habitación topándose con su madre en el camino quien le pregunto como le fue, no pudo evitar hablar de cada pequeño detalle del día junto al chico.

—Y cada vez que habla sobre las cosas que le gustan le brillan los ojos— mencionaba alegre a su madre, quien lo miraba con una sonrisa en el rostro, no habia algo que le alegrara más que ver a su pequeño feliz.

—Parece un chico estupendo, deberías traerlo a la casa, me gustaría conocerlo— el menor asintió y le prometio que lo haria lo antes posible.

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⏰ Last updated: Apr 19, 2022 ⏰

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𝑀𝑜𝑜𝑑'𝑠/ 𝑇𝑎𝑚𝑎𝑘𝑖 𝑥 𝑀𝑎𝑙𝑒 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Where stories live. Discover now