EL DINERO NO DA LA FELICIDAD

3.7K 202 19
                                    

A mis 26 años de edad he aprendido que la sexualidad para vivirse en plenitud y con placer está ligado a la creatividad y complicidad que tengas con tu pareja, cosas de las cuales yo carezco completamente en estos momentos y en esta cama.

Estaba tumbada en cuatro en el colchón de mi cama con mi novio Finn, el cual se dedicaba a darme todo su entusiasmo sexual arrodillado por detrás de mí, pero acaso lo estaba disfrutando?

Por supuesto que no. ¿Cómo podía disfrutar de sexo cuando estaba tan cansada por el vuelo de ida y vuelta que tomamos a Toronto de improvisto el día de hoy? O ¿Cómo ser creativa cuando solo podía tener sexo con el en posiciones en las que no viese mi rostro adormilado?

Finn había sido claro conmigo, si priorizaba otra vez mi trabajo por encima de nuestro noviazgo de 11 meses y 29 días, el más largo y estable que he tenido, me cortaba. Yo no quería eso obviamente. Finn me gustaba mucho y de hecho era un buen amante, solo que las mujeres no podemos separar las emociones del sexo y mi cabeza estaba en el trabajo, otra vez.

La víbora me ordeno que estuviese al tanto de un correo con un presupuesto vital para el cierre del contrato que hizo en Toronto. Al recibirlo debía analizarlo, subirlo a la base de datos y reenviarlo a la directiva. Por lo que mi atención mientras hacía de muñeca sexual de mi pareja, estaba en el celular que descansaba en mi mesa de noche.

-¿Te gusta cómo te lo hago?.- Gruñe Finn aumentando sus movimientos.- dímelo, dímelo.

-Siii, siii – grito en una imitación barata de placer.

Pero mi actuación porno no dura mucho porque mi celular comienza a vibrar. Solo vibraba con esa secuencia cuando se trataba de un correo corporativo, mierda y más mierda. Necesitaba tomar ese celular, era esencial pero Finn estaba apenas comenzando. ¿Cómo lo detenía sin que se diera cuenta de por qué lo hacía?.

La carta del amor... perfecto.

-Finn bésame, quiero abrazarte, se más suave. – imploro con dulzura.

A lo que mi comprensivo novio accedió como siempre que se lo pedía. Era un hombre considerado no me podía dar el lujo de perderlo, pero tampoco podía perder mi trabajo. Finn me voltea y con una sonrisa bonita empieza a besarme con delicadeza en la boca. Abro las piernas y lo abrazo con ellas, el me penetra mientras besa mi cuello y así estamos en la clásica posición del misionero. La cual es ideal para que pueda estirarme con disimulo y tomar mi celular.

Me toma unos tanteos gastados por que debo ser disimulada y continuar con los gemidos, pero lo logro. Por lo que lo acerco a mi visión lo más que puedo por encima de la espalda de Finn, lo desbloqueo, ingreso al correo y empiezo a leer la propuesta. Todo parece bien desplazando con rapidez mis ojos de derecha a izquierda, un minuto más y termino de....

-Parece que no soy yo quien te está jodiendo Clarke.- me dice en un tono decepcionado Finn. Quien ha dejado de moverse pero sigue en la misma posición.

-Que dices cariño?- imito que no se nada y coloco el celular en la mesa pero la mano de Finn es más rápida y me toma por la muñeca.

El aprovecha para quitarme el celular y levantarse de la cama. Lo lee por encima y yo empiezo a sudar frio.

-Te lo puedo explicar Finn.

-No me expliques nada Clarke, esto se acabó. Estoy cansado.

Dicho eso, coloca mi celular en la cama y comienza a vestirse con el bóxer y el pantalón. Lo hace tan rápido que no se quitó el condón. Yo trato de hablarle, de dialogar que entienda mi punto, cubriéndome con la sabana.

-Es muy importante Finn por favor, sabes que fue un viaje pesado... no tenemos tiempo que perder.- Le ruego que me entienda.

-Todo con tu maldita Jefa es una emergencia. Me pregunto si es ella la que te satisface sexualmente, porque yo no lo debo hacer ni un poco si prefieres leer correos de trabajo antes de disfrutar de cómo te hago el amor.- continuo mientras se pone los zapatos.

Yo me arrimo y trato de tocarlo con amor para que me escuche, pero se levanta de la cama y toma su camisa y su chaqueta.

-No tengo nada con mi jefa Finn, por favor. Sabes que la detesto es una explotadora pero necesito el dinero.

-Quédate con el dinero entonces Clarke.- me asegura sin verme y saliendo de mi habitación.

No me puede estar pasando esto. Yo me envuelvo en la sabana y salgo por el pasillo y bajo las escaleras para seguirle. Lo alcanzo antes de salir de mi casa tomándolo del brazo con mi mano derecha y con la izquierda sosteniendo la tela que me cubre.

-Charlemos Finn por favor, sabes que te quiero, tenemos 11 meses y 29 días, en dos más cumplimos un año. No me puedes dejar- le explico tratando de que las lágrimas no se me resbalen pero lo hacen. Él se suelta de mi sin brusquedad, solo con firmeza.

-Dile a tu jefa entonces que felicidades, que ha espantado a otro hombre que te ama.- me dice con tristeza.

Seguido de eso se va, se va y me deja a mi llorando en la puerta de mi casa semi desnuda. 11 meses y 29 días tuve con Finn, había sido mi relación más larga porque siempre se repetía la misma historia. Todos me dejaban porque era una obsesiva con el trabajo.

Pero como no serlo con todas las cargas económicas que tenía? Hace 5 años cuando mi padre murió y me dejo con solo 21 años a cargo de mi hermana de 16, debí sustituirle.

Ya había tomado de por si el papel de mi madre desde que ella murió de cáncer cuando tenía 15 y mi hermana 10, pero con la muerte de mi padre había otro rol que cumplir. El del proveedor económico.

No podía dejar de serlo y menos ahora que Octavia estudiaba medicina y yo le costeaba la carrera. No podía desamparar a mi hermana, menos ahora que estaba embarazada y el inútil del padre se había desentendido. Mi madre y mi padre me dejaron a cargo de ella, era mi deber como hermana mayor. Pero algunas veces me gustaría que alguien me cuidase de la manera que yo la cuidaba a ella.

DEL ODIO AL AMORحيث تعيش القصص. اكتشف الآن