NO BAJES LA GUARDIA EN GUERRA

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-Que le pasa a tu jefa Marcus? se volvió loca!! o el maligno la volvió a poseer?.- grito muy molesta a lo que Marcus se limpia un oído divertido.

-Querida el maligno nunca la abandono, solo que las almas puras como la tuya son fácilmente engañadas.

-Fácilmente? No fue fácilmente créeme.- le digo calmándome y entregándole los contratos.

-Oye Clarke cálmate, este periodo de amor y paz tenia que terminar en cuanto se sintiera mejor de ya sabes que.

Ya sabes que? Yo si se que, pero ellos sabrá? En este tiempo me he olvidado de la confesión de Lexa, la terapia con el doctor que suponía lo veía por las mañanas, estaba haciendo efecto, pero tenia dudas hasta que punto podía superar su fobia por las mujeres.

Aunque la curiosidad me matase, eso no era de mi incumbencia, ni debía yo hurgar en su pasado. No importaba cuando hiciese en su casa o compartiese con ella, seguía siendo alguien distante para mi. Asumirlo me dolió un poco, por alguna razón.

-Ay Clarke por que estas tan desanimada? Si cuando llegaste estabas rebozando de alegría. Le dejaras algún recado?

-No, no... supongo que me puedo ir... te lo confesare, como ayer me dejo nadar en la piscina de afuera... tenia esperanzas de que hoy... me dejase hacerlo en la interna. No te burles de mi pero hasta traje de baño traje.

Marcus se ríe y me da una palmada en el hombro.

-A que son tentadoras para los pobres no?

-Y mucho mas si consideramos que ni usadas son. ¿Lexa se habrá metido alguna vez?

-Yo nunca la he visto hacerlo en esta casa.- me confiesa en risas y yo niego con asombro.

-Por que los ricos son así?

-Ningún estudio lo a revelado todavía mi estimada Clarke.

-Igual, debo olvidarme de sus bellas piscinas. Ya esta volviendo a sus orígenes. Nunca me dejara entrar otra vez.- suspiro agotada.

-Puede que no te deje pero... si no se entera de que la usas ¿Cómo podría hacer algo en contra de ello?.

-Que estas sugiriendo Marcus? pregunto extrañada.

-No me mires así Clarke, eres un miembro oficial de esta casa, carne fresca que se unió a este trio de vejestorios como personal fijo. Te lo mereces.

-De que me lo merezco, me lo merezco pero que hago si Lexa se entera? Seguro esta carne fresca se ira.- le replico cómplice. El se ríe.

-No lo hará. Y ni que fueses el primer empleado que usa la piscina sin que se entere.

-Quien mas lo ha hecho? pregunto sorprendida e intrigada.

-Los tres vejestorios. Es la prueba de iniciación.- ambos nos reímos.- escucha viene de noche; la piscina techada esta en un área donde los empleados no podemos acceder, lo mas importante eres una empleada modelo, no pasa nada por un día que te portes mal.

Cierto... cierto y no se por que pero me emociona hacer algo que se que molestara a Lexa, es tentador... muy tentador.

-Tu alma ha sido corrompida Marcus- entrecierro los ojos y por nuestro lado pasa un ayudante de cocina con cajas de vegetales.

-Buenas tardes.

-Ruta de escape adecuada y secreta?- susurro a Marcus.

-Toma el pasillo C, gira a la izquierda al final, entra en el gimnasio. La puerta del fondo, esta semi tapada con una caminadora, pero perfecto puedes pasar por ahí, la entrada principal esta cerrada con llave.- me susurra de vuelta.

-Espero no decepciona este rito de iniciación.- le ofrezco con disimulo mi puño, conteniendo una sonrisa y emprendo la marcha.

-Confió en ti Clarke.

Tenia tiempo sin sentir esta emoción latente, estaba haciendo una travesura cuando me había olvidado de ellas desde que mi mama murió. Por lo que me lo tomo a pecho, camino con rapidez y sigilo tomo el pasillo C, lo recorro hasta el fondo revisando a todos lados que nadie me vez, entro al Gimnasio y voy hasta la puerta, me quito los tacones e ingreso a la maravillosa piscina, enorme capaz de quitar la respiración a cualquiera. Es preciosa.

Al rededor hay paredes de cristal pero estos no son visibles desde fuera, los tragaluces y la decoración con plantas asemejan un jardín secreto. Hay dos tumbonas con toallas en cada una y la puerta de entrada principal, la cual me aseguro que este cerrada.

Reviso al rededor para notar si hay alguna cámara, pero no detecto ninguna. Bien lo logre, estoy sola así que a bañarme.

Dejo los tacones y maletín a un lado emocionada saco mi bikini, pero una idea malvada se siembra en mi menta al ver el labial rojo, ¿no te gustan los labios rojos Víbora? Por lo que enseguida pinto mis labios en rojo intenso, y me digo; ¿para que voy a usar un traje para cubrirme si nadie me ve, nadie sabe que estoy aquí y nadie viene nunca a este lugar... podría bañarme desnuda?

Por lo que en éxtasi coloco todo en la tumbona y me desnudo, me quito la blusa, el pantalón y con temor pero a la ves mucha excitación me quito la ropa interior, me doy un clavado en la piscina que tanto me tentó. El agua tibia y la sensación de libertad de nadar sin tela es en si asombrosa.

Ya sabia lo que haría los fines de semana libres, iría a nadar al mar. Nadar me hace sentir liviana, sin cargas, flexible, me olvido del mundo al estar en el agua.

***

Me volví a olvidar del mundo por media hora. Era tiempo de retirarme, antes de que oscureciera sin embargo algo me detiene.

El yo andar desnuda nunca tuvo un componente sexual para mi, pero al bajar la mirada a mis senos erectos algo en mi despertó. Mis senos merecían caricias, las caricias que no me habían podido dar en mucho tiempo. Yo me había olvidado de lo que era la masturbación y sinceramente no disfrute en los últimos encuentros con mi ex.

El estar desafiando a Lexa y bañarme desnuda en su piscina solo hizo excitarme mas y mas. ¿Qué haría si me encontrase aquí? Que haría si me encontrara sentada en las escaleras internas de la piscina con las piernas abiertas y jugueteando con mis dedos como lo hacia ahora? Mi cuerpo estaba descubierto hasta la cintura de agua, quedando expuesto y aumentando el calor en mi.

Me deje llevar por pensamientos de desafío a Lexa, imaginando sus manos, sus dedos largos sus labios seductores, esos ojos misteriosos y tan particulares. Ya era muy tarde para detenerme cuando tenia dentro de mi dos de mis dedos y uno de mis pezones apretado con fuerza. El orgasmo fue exquisito y placentero.

Mi respiración entrecortada me ayudo a calmarme y a sonreír. Si la víbora me viese haciendo lo que hice me mataría y una risa tonta se apodera de mi. Ya es tiempo de salir.

Así que salgo con las piernas temblándome un poco y me aproximo a una de las toallas, seco mi rostro sin mancharla con el labial rojo, hasta que una voz firme rompe el silencio del espacio.

-Cruzaste la linea Clarke.

Mi pulso se detiene y trago hiel y al descubrir mi rostro ahí estaba de pie en la puerta secreta Lexa con una expresión fría y distante.

No, no , no. Esto no me puede estar pasando. Estoy congelada y soy incapaz de mover un solo musculo de mi cuerpo.

-No vuelvas mas a esta casa.- me exige.

Y se marcha por la entrada del gimnasio, así como así, sin importarle que estuviese desnuda o enamorándome como una estúpida de ella.

DEL ODIO AL AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora