Capítulo 7.

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El ambiente en la casa de los Row era magnífico, la sala estaba repleta de decoraciones navideñas: guirnaldas, adornos de Papá Noel, renos; y en una de las esquinas, un gran árbol decorado con bolas de mimbre rojas, marrones y blancas.

Debajo del árbol había muchísimos regalos, de todos los tamaños y envueltos con papeles de muchos colores.

En la cocina había un caos, según Zac, Amanda suele cocinar todos los días platos navideños, en esta casa se ve que la abundancia sobra.

- Leila, ¿quieres ayudarme?

- Será un placer, pero tengo que decirte que no se me da muy bien esto de la cocina.

Ella rio por lo bajo y me tomó de la mano.

- Solo sígueme y verás que nada se quemará – me guiñó y continuó con su trabajo.

La ayudé en lo que pude y ví minuciosamente como se movía en la cocina. Se nota que Amanda es una gran cocinera.

Ahora me encontraba inmersa en la receta de la Carrot Cake... tengo que admitir que no eran tan difícil como me lo esperaba.

- Chica bonita – se acercó Zac - ¿Mamá ya te puso a hacer sus recetas? – dijo probando la mezcla que acaba de hacer – está exquisita.

- ¿Desde cuando tengo ese apodo? – le dije golpeando su mano para que no meta dedo en mi preparación.

El solamente me dedico una sonrisa y negó con la cabeza.

- Ese apodo – intervino Ámbar bailando – te lo puso nuestro querido hermanito.

En ese momento me atraganté con lo más estúpido que te puedes imaginar, con mi propia saliva.

Tosí y tosí hasta que Amanda apareció y golpeó mi espalda. ¡Qué momento tan incómodo! Si no me conociera tan bien, seguramente estaría roja como un tomate.

- Emm – dije recomponiendo la cordura – Amanda, ¿ya lo pongo en el horno? – le pregunté señalando la asadera donde haría la torta.

- Si, querida – me sonrió.

Y mientras esperaba a que estuviera pronta, acompañé a Zac que iba a preparar la mesa para la cena.

Lo observaba ordenar todo, es muy observador. Nada estaba torcido.

¡El nivel de orden que manejamos! – Pensé para mis adentros.

Pronta la mesa me dediqué a recorrer la casa, algo que hasta el día de hoy no hice.

Comencé por el primer piso, la cocina y la sala ya las conocía de sobra, así que continué por la biblioteca. Era enorme y tenía muchísimas estanterías con cientos de libros; de estudio, novelas, investigaciones.

Me detuve por un momento en los libros de estudio y específicamente en un libro llamado "La vida de las estrellas", lo ojeé un poco y tenía unas ilustraciones hermosas.

- Cuando éramos niños solíamos dibujar lo que nos gustaba de los libros – dijo esa voz.

Tyler estaba detrás de mí, apoyado en una de las estanterías de investigaciones, mirándome fijamente y bajando su mirada hacia el libro que tenía en mis manos.

Se veía nervioso, rascaba su nuca y acomodaba su pelo para seguir hablando.

- Ese libro me encantaba – continuó – Aunque no entendía nada de lo que decía – se rio recordando esos momentos, supongo – pero me llamaba la atención el título y algunas frases que leía.

Un sueño, un milagro, amor.Where stories live. Discover now