2º. EL ATAQUE A AKANE

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Los personajes no son míos, son de Rumiko Takahashi.
Notas:
-"Eres..."o "ERES...": Los personajes piensan.
-NOO o Noo: Los personajes gritan.
Titulo en negrita: Los personajes recuerdan o sueñan algo.
/.-.-.-.-.-.-.-.-.-.: Fin del recuerdo o sueño.
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2º. EL ATAQUE A AKANE
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Era de noche el joven estaba centrado en un banco en la casi oscura sala de espera, nadie se sentaba con él. Su familia estaba sentada en los bancos más cercanos a la puerta del quirófano. Sabían que el chico quería estar solo. Aunque lo tenían vigilado.
- "Es culpa mía, es culpa mía. "- pensaba el joven lloroso- "No debí enfadarme con ella y debía de haberla acompañado y no le hubiese pasado nada", "¿Por qué fui tan idiota? Me merezco todos y cada uno de los insultos que me dice, por qué lo soy", "no me lo perdonaré jamás"
Se levantó y se empezó a andar como un animal del zoo encerrado en una jaula demasiado pequeña, le molestaba la incertidumbre. Estaba muy nervioso, al borde del colapso. Además, estaba terroríficamente furioso contra quien había provocado semejante mal, pero sobre todo estaba furioso contra él mismo y su estúpido orgullo y soberbia.
-Cálmate hijo- le dijo su madre- ya verás cómo sale bien.
Al lado de su madre estaba su padre y el mejor amigo de su padre y las dos hijas mayores de este.
Ranma miró a su madre como si no la conociese o como quien mira una pared y siguió moviéndose como un poseso.
-Ukyo, ¿te encuentras bien? - dijo Ryoga a la chica que estaba también como ausente.
Ryoga estaba con su novia Akari y le preocupaba su amiga.
- ¿Escuchaste el grito que dio? - preguntó asustada Ukyo y fuera de sí y se puso a llorar- Se me heló la sangre. No lo olvidare jamás, voy a soñar con eso toda mi vida.
Ryoga miró a sus dos amigos no parecían ellos. Él mismo se sentía furioso y nervioso al borde de romper lo que se cruzarse en su camino.
Entonces entró Mousse.
-Sé que os puede sentar mal que yo venga, pero ¿quiero saber cómo esta Akane?
- ¿Para qué has venido? - saltó Ukyo furiosa- para decirle a tu gata que ha tenido éxito.
-He abandonado a Shampoo y a la momia- dijo el chico desviando la vista- Shampoo no ha actuado de forma honorable y según las enseñanzas de las amazonas. En China se la condenaría y su abuela si quiere seguir siendo matriarca deberá hacerlo.
- ¿Y tú no soportarías ver como se la castiga?
-No, no lo soportaría, pero esta vez se lo merece y tendría que verlo con frialdad y como si no me importase y puede que sea lo bastante cruel para decirlo así. El castigo por eso es la muerte y yo debería a ser el verdugo. Si debo castigar a Shampoo u otra amazona con otro castigo lo haría, pero matar a alguien... me niego por completo.
-Si tú no puedes matar a Shampoo dejármelo a mí-pidió Ranma y en sus ojos en veía su odio y furia.
-Ranma no sea cruel-le recriminó Kasumi
-No soy cruel digo la verdad y no solo a ella, sino a Kodachi y a su puto hermano si se pone por medio- contestó con rabia el joven de la coleta.
Todos se callaron comprendía la furia del joven y al cabo de minutos salió el cirujano.
Y se acercaron a él.
-La operación ha sido un existo y hemos salvado a la paciente, ya está cociente quiere hablar con alguien.
-Mi hija quiere hablar conmigo- dijo Soun llorando.
- ¿Es usted Ranma Saotome?
-No, soy yo- respondió asustado el joven de la trenza.
-Entre en la sala-indicó el doctor.
Y el joven entró en la sala y cerró la puerta.
-Hay algo que no les he dicho, la joven quiso decírselo a él personalmente- explicó el doctor.
- ¿Qué le pasa a mi hermana? - dijo Kasumi sospechando algo malo.
-Akane se ha quedado invalida sin muchas o ninguna posibilidad de curación.
Todos se pusieron a llorar, Ukyo cayó al suelo de rodillas y golpeó al suelo con un puñetazo.
-Si hubiese corrido más, si hubiese avisado a Ranma unos minutos antes- dijo la chica.
-No es tú culpa-le contestó Ryoga- hiciste lo que pudiste.
- ¿NO TE HAS DADO CUENTA CERDO ESTUPIDO? -gritó Ukyo- ¿Cómo se lo tomara él?, ¿qué pasará con Ranma cuando se entere?, ¿cuál será su reacción? Por qué no será nada buena.
Ryoga sintió como si lo atravesase un rayo, la reacción del chico iba a ser terrorífica, no lo soportaría ni aceptaría y se culparía, intentó salir del Shock cuando se oyó un grito desgarrador.
NOOOOOOOOOO!, ¡NO ES VERDAAAAD!- Ranma se acaba de enterar de la noticia.
Ukyo se desmayó, es lo que le faltaba. Si ya estaba afectada por el grito de Akane, ahora este con todo el dolor de Ranma. Sus nervios ya no aguantaron más.
-Teníamos una paciente-comentó Ryoga llorando con rabia- y ahora vamos a tener tres.
Horas después Ranma se despertó estaba en una cama y vio que estaba sondado y con las manos y pies atados. Se intentó soltar sin éxito, estaba débil debía estar sedado, sino hubiese roto los coreas
-Por fin despertaste- dijo Kasumi- tu madre se ha ido a dormir te ha velado toda la noche.
- ¿Qué me pasó? - una pregunta le rondaba la cabeza esperaba que todo fuese una pesadilla. Esperaba que se hubiese dado un golpe y todos fuese una alucinación.
-Tuviste una crisis nerviosa- dijo Kasumi- Te tuvieron que sedar.
Kasumi se quedó mirándolo, no quería contarle la verdad, era demasiado cruel, pero ella misma había pedido cuidarlo, y una lágrima se le escapó.
- ¿Es verdad?, ¿Akane estará invalida? ¿Para... para siempre? -preguntó él casi llorando.
La joven desvió la mirada y con eso el joven descubrió que lo del ataque a Akane no era una pesadilla, era aún peor, era realidad. Giró la cabeza y empezó a llorar.
-Kasumi. No lo acepto, ni ahora ni nunca, ¡NUNCA, NUNCA!. - masculló llorando sin tener vergüenza de llorar delante de la chica- Yo hare que ella vuelva a caminar a correr o volar.
Y se hundió en un pozo de amargura sin fin. Y el chico se volvió a dormir. Dormido por un tranquilizante, que se le introdujo al notar la maquinaria que su pulso se le alteraba mucho.
Kasumi se levantó y comprobó que dormía, y sintió un impulso y lo besó en los labios con todo su amor y cariño. Se fue a mitad de la habitación y se quitó el vestido que llevaba, quedando en ropa interior, se quitó el sostén y las bragas, quedando completamente desnuda. Se quitó el lazo del pelo y su pelo suelto quedo libre y le cayó por sus hombros y su espalda, y se acostó con él y lo volvió a besar aún más apasionadamente. Lo abrazó y cerró los ojos, hacer eso era algo que quería hacer desde tiempo atrás.
-Siento robarte unos besos, Ranma-dijo en voz baja acariciándole la cara y el pelo- Mi hermana me da mucha envidia, y le tengo inclusos celos. Jamás te tendré por qué tú quieres a mi hermana mucho, pero yo te amaré en silencio y de lejos, y estaré contenta por qué amas a la mejor mujer que conozco, a Akane. Y nunca me meteré entre vosotros dos. Estos han sido mis primeros besos. No he besado ni me habían besado nunca y estos dos besos los he guardado especialmente para ti y seguro que serán los últimos que te dé. Te tenía que haber elegido para mí y no dejarte para mi hermana- entonces lloró por la oportunidad pérdida-. Te quiero desde que conocí y te amaré siempre, pero es algo que tú ni nadie sabéis. Sé que cuidaras muy bien de Akane, y ella de ti por qué también te quiere mucho... aunque no lo queréis admitir."
Estuvo algunas horas durmiendo con su gran amor y después se levantó y se vistió lo miró y lloró y lo abrazó, lo quería con locura, pero jamás intentaría quitárselo a su hermana. Fue uno de los pocos actos de amor que tuvo nunca hacía Ranma y siempre lo guardó como un tesoro en su corazón. Pero Ranma si sabía lo que había hecho Kasumi. Se despertó y la vio durmiendo desnuda en su cama. Vio que tenía un cuerpo perfecto, la miró bien por todos los ángulos, pero él solo la quería siempre como una hermana. Y sintió tristeza hacía ella por no poderla complacer. La besó en la frente y en la mejilla con ternura. Jamás hablaría de esto con nadie. Y para él Kasumi siempre fue algo como su segunda y última novia o una hermana, y alguien que siempre quiso mucho. Y se volvió a dormir
Al despertar de nuevo vio a Ryoga.
-Hola Ranma, ¿Cómo te…te encuentras? - dijo el chico quiso ser animoso, pero él tampoco tenía muchos ánimos.
Ranma se quedó mirando a su rival, quiso contestarle muy mal, pero le vio ojeras, y los ojos rojos, también había llorado, vio las manos del chico vendadas. Se dio cuenta que se había hecho daño el mismo por la rabia que sentía.
-Mal, me siento peor que nunca, me siento frustrado, e impotente. Siento rabia contra esas... dos por el mal que han hecho a Akane… y a todos nosotros.
-Te pediría que te calmases, pero yo me siento también furioso.
-Si tanto que te has hecho mal en tu mano.
-Si todos estamos mal- dijo Ryoga deprimido.
El chico de la cama notó que algo le ocultaba, que tanto Kasumi como Ryoga le ocultaban algo.
-Me ocultáis algo- dijo Ranma- se os ve en la cara.
-No, no pasa nada- dijo Ryoga con una risa falsa.
-Esa risa tan falsa te delata P-chan, ¿Qué le pasa Akane? - dijo Ranma, y vio una reacción extraña en su rival- un momento, no es Akane. ¿Quien peor estaba en la sala, después que yo?. Es… ¿Ukyo?
Ryoga se asustó con la respuesta perspicaz de Ranma.
-Si es Ukyo- dijo Ryoga bajando la cabeza- ha tenido una crisis como la tuya, está también ingresada como tú y Akane.
-Y, ¿Cómo está? - dijo Ranma preocupado.
-Se está recuperando, poco a poco-dijo el joven de la cinta preocupado- le he dejado a Akari que la cuide. Como se entere Kasumi que te he contado esto, hará conmigo cerdito a la plancha,
-Y como tú no me cuentes las novedades que tengáis de Akane y Ukyo seré yo quien haga cerdito a la brasa, que por cierto me queda muy bien, algún día te invito. Y me dices.
-Sabes qué no como cerdo- dijo Ryoga ofendido- no como a seres de mí misma espe… tú ya me entiendes.
-Si te entiendo- dijo Ranma riendo, aunque Ryoga vio que era una risa falsa y que el chico estaba preocupado.
"Aunque lo acaba de insinuar no ha preguntado por Akane, tiene miedo de preguntar por ella, siempre he creído que no se la merecía, pero puede que cambie de opinión" –pensó Ryoga.
- ¿Cómo esta Akane? -preguntó Ranma, como si le hubiese leído el pensamiento.
-No ha habido mejoría y los médicos opinan que no la habrá-le sorprendió la pregunta del chico de la trenza.
-Seguro que en un par de días ese marimacho nos sorprende a todos y se levanta y con lo bruta que es y empieza a pegarnos golpes con su mazo- y se empezó a reír.
-"Retiro lo que se la merece, este tío no se merece…"-y entonces vio los ojos de Ranma- "esos ojos cuanta tristeza desprenden, jamás he visto tanto dolor en unos ojos y espero jamás verlo, ocultas tus verdaderos sentimientos tras una máscara de alergia. Te haces el fuerte, pero eres el más sufres. Sé que nada te separará de Akane, aunque es algo que no reconocerás jamás. No quieres que no preocupemos por ti, para tú poderte ocupar de Akane, aunque te creas muy fuerte… o te lo hagas, esto no lo podas soportarlo tú solo. No te eches el mundo en tus hombros. No estás solo, confía en los demás, tienes una familia fantástica… bueno alguno de ellos"
-Ryoga, ¿Cuándo se come aquí? Tengo mucha hambre- dijo Ranma con su aparente alegría.
-Ahora me informo de eso- dijo Ryoga sonriendo.
Salió de la habitación y Ranma se puso serio, le costaba mucho sonreír, para engañar a sus amigos. Estaba preocupado por sus dos amigas y algo le decía que ellos tres no eran los únicos afectados por esa crisis, que todos los demás también estaban afectados. Oyó abrirse la puerta y enseguida su cara cambio a esa mascara alegre que no sentía.
Durante las noches que se quedaba Kasumi ella dormía desnuda con él, Ranma se despertaba y la admiraba, pero nunca la tocó y fue algo que ambos mantuvieron siempre en secreto, alguna vez pensó en hacerle el amor, pero eso sólo duraba segundos y una vez que salió del hospital, estos encuentros fueron desapareciendo poco a poco y para siempre. Pero Ranma veía a veces como lo miraba Kasumi, y sentía pena por ella. Y fue entonces supo que si hago fallaba con la persona que él quería, la hermana mayor seria la elegida para ser su prometida, pero eso pensaba que nunca se cumpliría.
Mientras tanto Akane una vez recuperada de la operación tenía que asimilar que ya no volvería andar. Fue un golpe muy duro para ella, aunque no le dijeron nada que su prometido estaba en una habitación cercana por el shock recibido al enterarse de su lesión. Se acordaba constantemente del ataque recibido y cada vez que llegaba al momento de revivir el terrorífico golpe, sentía un terrorífico dolor en la espalda, los médicos le dijeron que era en parte psicológico y en parte real, esa herida no se curaría jamás y siempre le dolería. Se pasaba los días llorando y sin querer ver a nadie. Pero esperaba la visita de alguien. Esperaba a Ranma y él no venía, lo encontraba a faltar.
Al principio lo trató de cobarde y que no quería ver a una minusválida como ella y se había ido con alguien como Shampoo o Ukyo, pero por lo que pudo deducir de las conversaciones que tenía su familia, cuando pesaban que dormía descubrió parte de la verdad. Que a Ranma le había afectado mucho su estado y tuvo que ser ingresado y que Ukyo también fue ingresada por lo mismo. Se enfadó con las personas que tanto daño habían provocado a ella y a sus personas queridas en especial a Ranma.
-Nodoka, quiero ver a Ranma- dijo de forma triste y suplicante -necesito verlo.
La madre de Ranma la miró, los médicos no aconsejaban que se viesen, ninguno de los dos estaba lo bastante recuperados y podían recaer.
-Ahora está estudiando- mintió la mujer- tiene que hacer exámenes, que va muy atrasado si tú no le ayudas.
- ¿Por qué mientes? -dijo la chica llorando- os he oído, sé que está también ingresado, ¿Por qué no me lo habéis contado?, ¿Por qué no me habéis contado lo él y lo de Ukyo?
-No queríamos que sufrieras, - dijo la mujer acariciándole la cara- Los médicos han aconsejado que no tengáis contacto, podéis tener una recaída.
- ¡ME DA IGUAL !- gritó la joven llorando, - no acabare peor de lo que estoy. Quiero verlo, necesito verlo, por favor, tráemelo.
-No puede ser-dijo ella- entiéndelo, Ranma ha estado sedado una semana, se despertaba unos minutos y se volvía a dormir sedado de nuevo. Esta bajo vigilancia las veinticuatro horas del día y Ukyo también, siempre habrá uno en vuestras habitaciones.
- ¿y el padre de Ukyo? - preguntó Akane
-No hemos logrado contratar con él, según parece viaja mucho. Y Genma solo sabía su apellido y con eso no hemos logrado nada.
- ¿Y las dos brujas que me hicieron esto? - preguntó Akane.
-Desaparecidas. Mousse busca a Shampoo por orden de su bisabuela. Se ha cubierto de deshonor según sus leyes y tiene que ser castigada severamente, si su bisabuela quiere mantener su puesto como Matriarca debe castigar a Shampoo.
- ¿Y Kodachi? - preguntó la chica.
-Debe estar oculta en su mansión- dijo Nodoka- su hermano la debe estar ocultando.
-Temo que vuelvan a aparecer. Y se encuentren con Ranma, ya las amenazó una vez con matarlas si me hacían daño, creo que será muy cruel con ellas. Extremadamente cruel y no me daría pena lo pueda hacerles. Pero no quiero que Ranma se vengue.
-Por eso yo también espero que no se encuentren- dijo Nodoka.
Akane estaba cansada y se encogió para dormir, medio dormida pensó en escapase para ver a Ranma, le pediría ayuda a Kasumi.
-Kasumi-dijo Ranma, estaba completamente despierto ya no dormía con tranquilizante, y Kasumi se acostaba con él alguna veces- vamos a fúganos.
Ella lo miró y él con una risa picara la tentó.
- ¿Fúganos…? ¿Dónde...? - dijo asustada pensando lo peor.
-A la habitación de Akane-dijo él- llévame, por favor.
-No y no, aun no os han autorizado veros.
-O me lleva tú o me fugaré yo solo he iré a verla- amenazó el joven. -aunque no sé dónde está.
La joven no pudo oponerse a la amenaza del joven y a la forma que la miró le desmontó todas sus defensas y también sabía que nadie se lo quitaría de la cabeza.
-Tengo una hermana igual de cabezota que tú-dijo ella riendo- de acuerdo te llevaré y te diré una cosa. Ella también quiere verte y ya me veo ayudando a fugarse de sus habitaciones a dos jóvenes cabezotas.
-Hola Akane –dijo Kasumi, entrando en la habitación- ¿Cómo estás?
-Bien… aburrida- dijo y con una sonrisa traviesa le preguntó- ¿me ayudas a fugarme para ir a ver a Ranma?
-Los dos tenían que ser tauro- maldijo Kasumi-y tener ideas locas parecidas.
- ¿Ideas parecidas? - dijo la joven sonriendo y alegrándose- ¿quieres decir que...?
-Si-dijo designada la hermana mayor-Puedes entrar, no hay nadie.
Y entonces entró Ranma en una silla de ruedas. Los dos jóvenes se quedaron mirando, y a ella se le escaparon las lágrimas.
-Me puedes acercar Kasumi- dijo el chico- se me ha metido algo en el ojo y no veo bien.
- ¿No estarás llorando Ranma? - dijo Kasumi.
-Si, estoy llorando, ¿pasa algo? - dijo el joven.
-Os dejo solos, no os peléis- dijo Kasumi.
Y salió de la habitación llorando, no de pena por saber que su hermana le estaba ganando, sino de alegría por el reencuentro de las dos personas que más quería.
-Ya me he vuelto a fugar como cuando, nos fuimos durante el reto del director-dijo Ranma.
-Si, pero esta vez no iremos a Hawái, que pena.
Se miraron y ninguno se atrevió a hablar.
Al chico le dolía verla sentada en la cama sabiendo que no volvería andar y a ella le dolía que su estado le hubiese provocado tanto sufrimiento al él.
"Está muy delgado, se le ve en la cara que no duerme bien, ni come tampoco mucho, con lo comilón que es, Kasumi debe estar muy preocupada, pero no me han dicho nada no quería preocuparme. No tiene fuerzas ni para andar. Con lo fuerte que estaba últimamente. Estoy contenta que se haya escapado para verme"- pensaba ella.
"No aguanto verla en este estado, se la ve muy blanca, no deja que abran la ventana, está muy delgada, no le conocía esos brazos tan huesudos. Aunque yo también estoy en los huesos. Tiene los ojos muy tristes, no quiere que la miremos con pena, aunque creo que yo la miró ahora con ella y ella a mí. Pero de todas formas por fin puedo verla, ha sido muy duro tenerla tan cerca y que no me dejasen verla."-pensó él.
- ¿Cómo estás? - preguntaron los dos a la vez.
-Tú primero, Akane- dijo él
-Cansada de estar tumbada, quiero irme, quiero salir de esta habitación, quiero ver el sol, quiero andar por…- y se calló, recordó que se había quedado invalida y lloró con amargura, negando con la cabeza- no voy a poder andar nunca más, Ranma, no volveremos a entrenar juntos, ni a correr por qué llegamos tarde al Furinkan. Ni te pode pegar mis patadas favoritas.
Él se quedó parado, no encontraba ánimos para levantar la moral a su amiga, el también necesitaba que lo animasen.
-Venga calma, Akane- dijo el acercándose a la cama y cogiéndole la mano.
Ella lo miró y se llevó la mano de él a su cara y siguió llorando.
-Ranma, no me dejes, por favor no te vayas.
-No te dejaré-dijo el chico alarmado, se hacía el fuerte delante de ella, pero notaba que estaba a punto de llorar también- ¿Quién ha dicho eso?
-Mi padre y el tuyo, saben que soy una... inútil y planean cásate con Kasumi o Nabiki.
Él se quedó helado un instante. Y después se enfadó.
-No dejaré que ellos decidan por mí- dijo él- y ahora no es tiempo para hablar de novias, ni para romper relaciones. Yo estaré a tú lado mientras estés en ese estado.
- ¿Es que no te lo han dicho, Ranma? - dijo ella gritando con desaparición- voy a ser invalida para toda la vida. No volveré a andar nunca, ¡Nunca!.
- ¡No! - le contestó él con rabia- no aceptaré eso nunca, ¿me has oído?, ¡nunca! No me rendiré nunca hasta que vuelvas a ser la Akane de siempre. Volverás a andar, aunque tardes años. Yo no me rendiré nunca.
-Ranma.
-Hoy es tarde- dijo el chico calmado- pero te prometo que te sacaré al jardín de este hospital el próximo día que logre escaparme.
Ranma quería pedirle disculpas por la última pelea que tuvieron, quería decirle que todo era por su culpa.
-No te culpes. No fue culpa tuya. -dijo ella. Sabía lo que él pensaba. - No debí seguirlas.
-No debí enfadarme contigo. Tenía que estar contigo y nada de esto hubiese pasado.
-Nos enfadamos por culpa de una broma de Nabiki. Y no podemos culparla a ella por eso. Ellas querían acabar conmigo, me ven como un obstáculo para conseguirte. Si no hubiese sido entonces habían encontrado otra ocasión para atracarme.
Él la miró. No estaba de acuerdo. Siempre la metía en líos.
-Es culpa mía. Te atacan por ser mi prometida, ojalá no me hubieses conocido. Estarías mejor sin mí.
Ella lo abofeteó. El chico la miró, pero no reaccionó, siguió con la cara sumida en la tristeza.
- ¡Eres idiota! -le gritó enfadada- no puedes echarte la culpa por eso. Eso no te lo crees ni tú. No me arrepiento de haberte conocido. Y tú tampoco lo haces. No piense más en esto.
-De acuerdo- dijo él no muy convencido.
- ¿Y Ukyo, sabes algo de ella? - dijo Akane.
-Estaba con un shock nervioso parecido al que yo tuve. No he sacado nada a nadie, y me preocupa.
- ¿Qué tal si en la próxima huida vamos a visitarla? No tengo ganas de ir al jardín.
-Vale. Eso haremos.
Entonces entró Kasumi.
-Venga niños, me tengo que llevar a Ranma. Empieza a ser la hora que vuelvan nuestros padres, y como sepan que os he dejado huir me castigaran.
-Gracias hermana por tráeme a este joven díscolo- dijo Akane agradecida.
Y salieron al pasillo.
-Está extraña- dijo él muy triste.
-Venga Ranma es la misma Akane de siempre- dijo Kasumi riendo
- No, no los es- dijo él preocupado. -No deja que le dé la luz del sol. Le he propuesto salir al jardín en nuestra próxima fuga. Me ha dicho que quiere ver a U-chan, y que no quiere ir al jardín, su sonrisa es falsa.
-Como la tuya últimamente, a ti te preocupa Akane, y a ella tú y algo que no nos quiere decir. Y ¿os queréis volver a fugar? Como os gusta esa palabra.
Llegaron a la habitación de Ranma y entraron en ella.
Y ella se quitó el abrigo, Ranma se dio cuenta que bajo la camisa no llevaba sujetador. Y al girarse se fijó sin querer en el culo de su amiga y se le notaba un minúsculo tanga bajo el pantalón.
Ella cogió al nervioso joven y le ayudó a acostarse, pero tropezó y cayeron los dos en la cama, ella encima de él.
-Kasumi, no llevas… dijo un chico confundido.
-Sí, no llevo sujetador- dijo ella avergonzada-no sé lo que me ha pasado hoy, no he tenido ganas de ponérmelo y no me lo podre más. Estoy cansada de aguantarme lo que siento- dijo llorando- te quiero Ranma desde el primer día que te vi. No tenía que haberte dejado para Akane. Desde ese día no habido minuto que no me haya arrepentido. Sé que es un sentimiento que no debería tener, eres el prometido de Akane. Le quiero quitar el prometido a mi hermana, soy más perversa que Nabiki. Debes pensar que soy una ramera.
-Sabes que no puede ser, hay muchas razones, pero la principal que es muy peligroso que te enamores de mí. Hay muchas locas detrás de mí y no soportaría que otra chica sufriese algo igual o peor que tú hermana, y tú no estás tan preparada como ella. Y no te trates tan mal, no eres ninguna ramera, no puedes controlar de quien te enamoras, aunque que sea un poco bruta y un poco marima…-se calló y miró a Kasumi con timidez y colorado, ella entendió lo que quiso decir el chico y comprendió lo que sentía él realmente hacía Akane- Yo te quiero mucho. Pero… no como a ti te gustaría. Yo creí que tú estabas enamorada de…
- ¡Se fue y me dejó!, hasta que no desapareció no me di cuenta lo que sentía por él, lo veía extraño y me hacía gracia... Fui una imbécil. Tú y Akane no debéis hacer lo mismo que yo, nunca he sabido más de él- lloraba con rabia. Se había salido de encima de él y se sentó en la cama, no podía contener el llanto y temblaba- pase muchas noches llorando esperándole, pero nunca volvió. Ni una carta, ni una llamada. Nada, nada. Por las mañanas la dulce y sonriente Kasumi, una vez acostada y sola, una vieja amargada de 20 años.
-No llores, eres joven, encontraras a alguien que te acelere tu corazón.
-Eres más sensible de lo que intentas haces creer, mi hermana tiene suerte contigo.
Entonces fue él quien se deprimió y miró al suelo.
-Desde que llegue a vuestra casa solo os he traído problemas, sobre todo a Akane, por mi culpa ha estado a punto de morir varias veces, la han secuestrado, y ahora esto- dijo el joven, hablaba bajo y con pena y rabia- maldigo el día que mi padre me arrastró a vuestro dojo, he sido vuestra maldición.
-No, has sido la salvación de Akane. Antes Akane siempre estaba enfadada- dijo ella animándolo- odiaba todo, nunca sonreía. Desde que mi madre murió, Akane se enceró en su mundo, siempre estaba enfadada, se veía como si no fuera nada. Contigo cambio y se volvió más amable, y salió del cascaron en que ella misma se encerró.
-Kasumi, vales mucho- dijo el chico- Sé que esto no es lo que te gustaría oír, siempre he vivido solo sin familia con el loco de mí padre, sin amigos, siempre he sido un solitario. Cuando llegué al dojo me encontré descolocado, erais lo más parecido a la familia que nunca tuve. Mi padre me crio egocéntrico, creído y machista. No sabía cómo tratados. Durante este tiempo os he llegado a querer y mucho, ya no sabía vivir sin vosotros… aunque me desharía del viejo maestro. Tú y tus hermanas sois las hermanas, que, por la cabezonería de mi padre, nunca tuve, tu padre es el tío que nunca he tenido, aunque sea tan parecido a mi viejo que tengo escalofríos. Tú para mi eres mi hermana mayor, Nabiki es… Nabiki y Akane… – y se le iluminaron los ojos- es mi mejor amiga, compañera y confidente… y algo más. Y te prometo algo, que siempre estaré aquí para ayudaros, acabe como acabe esta estupidez de la promesa de nuestros padres.
Ella lloraba por el discurso de él.
-Eres mi hermano desde el momento que te prometieron a Akane y lo seguirás siendo. -y lo abrazó- Y aunque tú no quieres reconocerlo yo si se cómo acabará todo, y seré feliz cuando te cases con mi hermana pequeña. Pero lo más importante ahora es que Akane se cure. Los médicos no confían que lo haga. Pero tú si tienes una confianza ciega que lo hará, y yo confió en ti y en lo que tú crees.
Se levantó y lo besó en la mejilla.
-Vales mucho Ranma, no te dejes vencer nunca por nada, plántale cara a la vida.
-Gracias Kasumi, pero ahora vete al servicio y maquíllate- pidió Ranma-quítate los restos de las lágrimas o preocuparas a la familia.
Ella lo abrazó por el cuello y le besó rápidamente en los labios.
-Te quiero mucho-dijo- como hermana mayor estoy orgullosa de ti. Estoy contenta de tenerte aquí junto a nosotras y yo agradezco el día que apareciste como chica en casa.
Salió de la habitación y cuando regresó no parecía haber llorado, y parecía la Kasumi de siempre.
Aquella noche durmió con él, los dos abrazado, fue una de las últimas veces que lo hicieron.
-Me aburro-dijo Ukyo- ¡quiero cocinar!
-Qué mala paciente eres-dijo Ryoga.
-No seas malo- dijo su novia- ¿cómo puede meterte con ella?
-Por qué es verdad, incluso Ranma es más paciente- dijo el chico.
- ¿Dónde está mi espátula?, que quiero que le dé un beso a este desagradable- dijo Ukyo.
-En el dojo Tendo-dijo Akari- la familia Tendo te la guarda allí.
En eso se abrió la puerta y entró una enfermera empujando la puerta con su culo.
-Con permiso- dijo la chica con la cabeza baja- traigo una paciente para la cama continua a la suya.
La paciente en la silla de ruedas llevaba la cabeza vendada y solo se le veía los ojos.
-Se equivoca señorita- dijo Ryoga- esta habitación es para solo una paciente.
-No tengo esa notificación- decía la enfermera extrañada.
La paciente nueva se acercó a Ukyo, que ya sabía quién eran ella y la enfermera, y junto con la novia de Ryoga se empezaron a reír de la inocencia del joven de la cinta.
-Haber señorita no puede…-habló Ryoga y dirigiéndose a las tres chicas- a ver si dejáis de reíros que estamos en un hos… pital… - y en ese momento descubrió quien eran las dos chicas- ¿eres Ranma chica?, ¿me has tomado el pelo?
Tenía ganas de pegarle y de abrazarlo, aunque teniendo su rival ahora forma de chica se cortó. Mientras la paciente se quitó las vendas que le cubrían la cabeza, para descubrir la cara de Akane.
-Ha sido la única forma de fugarme- dijo Ranma- ya lo he hecho tanta vez, para ir a la habitación de Akane, que me tienen vigilado.
-También ha sido la única forma de sacarme de allí- dijo Akane riendo.
-Sois traviesos- dijo Ukyo riendo.
-Teníamos que venir a verte-dijo Ranma-y como no nos permitían que nos viésemos se nos ha ocurrido esto. Ha sido idea de Akane. Pero nos ayudó alguien.
Pasaron la tarde juntos hasta que Nodoka los descubrió. Y se llevó Akane y Ranma, pero aunque se hizo la enfadada, no lo estaba realmente y los apoyaba, también se imaginó quien los había ayudado.
-Teníais órdenes de no acercaros, esto puede repercutir en vuestra recuperación.
-Cada uno de nosotros estábamos cada vez más preocupados por los otros dos, eso si hubiese sido perjudicial para nuestra salud- replico Akane airada, los otros dos se sorprendieron, ella que era tan tranquila cuando estaba con Nodoka… a veces.
La dejaron en su habitación y continuaron a la del chico.
-Vestirse de mujer no es una actitud masculina, Ranma.
-Me da igual, cuando me convierto en mujer, soy físicamente una mujer. Y a parte ya estoy prácticamente curado, mañana me dan el alta. Y no me dejáis ver a mis dos amigas, me tenéis vigilado. Y he tenido que utilizar cualquier medio para escaparme de vuestra vigilancia. Lo hecho ahora y lo haría siempre. Si me preocupa alguien voy a verlo, pasando por encima de quien sea.
Era un desafío a su madre y esta lo comprendió.
-De acuerdo, pero no se volverá a repetir, ya puedes ver a tus amigas con libertad, te tenía que haber dejado antes, no llegue a sospechar lo importante que son para ti.
-Mucho, mucho. No sabes lo que significan para mí-afirmó el chico.
-Sobre todo una chica bajita y pelo corto y azulado y de ojos marrones- dijo su madre con una sonrisa pícara.
El joven se calló y se puso rojo.
Al día siguiente salió Ranma del hospital, esos quince días había sido una tortura para él. Lo llevaron al dojo y esa noche acostado en su futón recordó el fatídico día del accidente de Akane

Ranma y Akane a la fugaWhere stories live. Discover now