»Los Dragones pueden ver el aire.

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Zhan buscaba camisas sencillas para Yibo de entre todas las prendas que encontraron en las cosas perdidas, ha intentado hacer que Yibo se sienta cómodo usando ropa desde hace un par de días, pero nada de lo que elige le agrada al pelinegro, desde camisas de tela suave hasta harapos medio rotos, Yibo prefiere no usar nada más que una manta atada a la cintura, bastante larga para cubrir sus genitales, pero no tanto como para tener una buena movilidad.

Al menos logró que comience a usar ropa interior, pero es lo único, Yibo no quiere dejar esa libertad que siente cuando la brisa fresca le acaricia la piel, entiende que Zhan quiere ayudarlo a ser un poco más “civilizado”, pero a él de verdad no le importaría seguir siendo algo salvaje en esa parte.

Al final en la isla no hay nadie más que él y su amigo felino y bueno justo ahora Zhan, pero ambos son hombres no hay de qué sentir vergüenza o ser considerado.

Lo que Yibo no sabe es que, es Zhan quien se siente avergonzado por pasar mirando de más su torso desnudo, junto a esas magníficas piernas que posee, Zhan ni siquiera notó el momento en el que comenzó a ser consciente de que la pasa mirando demasiado el cuerpo de Yibo.

Esto jamás le había pasado con nadie más, ni siquiera con Zi Yi, y fue con ella con quien se podría decir ha tenido un encuentro más cercano al sexo, pues un día se escaparon juntos al río en lo profundo del bosque, tomaron un baño vistiendo solo ropa interior y se dieron un par de besos, pero solo porque ambos tenían curiosidad, nada más.

Definitivamente no entiende qué le sucede con Yibo.

Ya son casi tres semanas desde que llegó a la isla, no es que sea demasiado, a decir verdad, los días pasan demasiado rápido en este último tiempo, ahora siente algo de miedo de que en cualquier momento un navío encalle en la orilla de la isla para llevarlo de nuevo a casa.

Jura que hará hasta lo imposible para no permitir que traten de entrar más a fondo de la isla, jamás permitiría que dañaran a Yibo y menos cuando este no tiene la culpa de haber nacido del fuego.

—Yibo, ¿Podrías probarte esto? —dijo mostrándole al dragón unos pantalones cortos y una camisa con las mangas a tres cuartos del brazo.

El dragón suspiro dejando a un lado el trozo de sandía que estaba degustando. Sabe que Zhan solo trata de ayudarlo, pero de verdad, la ropa no es lo suyo.

Yibo tomó las prendas y se apresuró a vestirse con ellas, primero soltó la manta atada a su cintura, Zhan desvío la mirada sintiendo algo de calor en sus mejillas, Yibo ni siquiera es consciente de lo sexualmente atractivo que es, y está bien que sea de ese modo, así no puede notar la tormenta que se desata en las entrañas de Zhan.

Se colocó los pantalones cortos y después la camisa, levantó los brazos, se movió de lado a lado para probar que se sienta cómodo, la tela es lo suficientemente delgada para sentir la frescura, además de que la camisa es bastante holgada como para moverse con facilidad.

—Se siente bien, es… —buscaba una palabra que segundos después escuchó de Zhan.

—¿Cómoda?

—Si, justo eso, es cómoda —asintió mirando la sonrisa de alivió en Zhan, se sintió bien de poder complacer al joven Xiao en algo.

—Perfecto —dijo Zhan acercándose a Yibo, sin tener presente que no podía tocar a Yibo llevó su mano al hombro de este para definir de que material es la tela al sentir la textura y así buscar ropa igual.

Yibo se quedó totalmente inmóvil al sentir las manos de Zhan tocar sus hombros sobre la tela, sus ojos se cerraron por inercia ante la inocente caricia y algo en su pecho latió, se sentía bien, no sabía cómo o por que sentía cosas en su estómago, pero el calor en su pecho lo asustó y se alejó de un brinco.

Drakon »YiZhan«Where stories live. Discover now