Capítulo 6: Sacrificio.

8K 559 178
                                    

Se había desatado una tormenta.

Contemple las gotas de lluvia resbalando por la ventana de la habitación y mi intención de dormir se esfumó. Iba a intentarar dormir y descansar unas horas más, pero los pensamientos no paraban de taladrar mi cabeza. Uno en especial, que me atormenta desde que ella se había ido.

¿Podría salir de este infierno algún día y qué su muerte haya valido la pena?

Aunque casi siempre pensaba que no, una pequeña parte de mi tenía esperanzas de escapar y que su intento por salvarme la vida haya valido. Mamá decía que ya estaba todo perdido para mi. Pero aquellas últimas palabras susurradas, seguían grabadas en mí y me decían que hiciera algo para salir de este infierno que no merecía vivir.

Los golpes.

Los insultos.

No recuerdo el momento exacto en el que me convertí en un saco de boxeo. Solo recuerdo que era pequeña y una noche el monstruo se metió en la habitación, para comenzar con su pequeña tortura personal.

Recuerdo sentirme asqueada, confusa y con ganas de gritar, no entendía lo que pasaba. Se suponía que era mi papá y me tenía que proteger de las personas que quisieran hacerme daño, no provocarme los traumas.

Quería salvarme.

Quería vivir.

Dos golpes en la puerta de la habitación, me ponen en alerta, murmuro un pase e intento controlar la ansiedad repentina.

El que sea mi madre, logro tranquilizarme.

—¿Dafne sucedió algo hoy?—pregunto y note algo de preocupación en su voz—. Es que llegaste tarde y se me hizo raro, porque tú jamás te retrasas.

Una estrella para mamá.

La miro y niego de inmediato,—Nada importante.

—Quiero que me digas si paso algo, aunque no sea nada importante para ti, para mi si los es, después de todo eres mi hija—replica un poco enfadada y me sorprendo de que de verdad le importe.

Tal vez si le importaba y estaba siento una maleducada con ella.

Si, podía ser eso. Tal vez estaba intenso ser una buena madre, después de todo.

Suspiré y volteé la cabeza de nuevo hacía la ventana,—Solo me desmayé en la universidad.

Escucho como suelta una maldición en voz baja y a los segundos la tengo bloqueando mi campo de visión, toma mi mentón y lo sostiene con cuidado para que la mire.

—Dafne eso si es importante.

En encojo de hombros,—Lo importante es que ya estoy en casa y no me paso nada más.

—¿Estuviste en el hospital?—averigua.

—Si.

Sus ojos de abren de golpe.

—¿Y vieron tus...?

—Si, pero no sospecharon nada—voltee la cara molesta, porque ahora entendía el motivo de su preocupación—. No tienes que pretender que te preocupas por mi, cuando lo único que te preocupa es que mis errores no te arrastren a ti también.

Su verdadera preocupación nunca era yo, no sé cómo pude ser tan tonta. Pero no podía culpar a mi pobre corazón, por ilusionarse. Aún seguía deseando el afecto y cariño de una madre, que me cuidara y protegiera.

—Dafne no digas tonterías, claro que me preocupo por ti cariño—me hace a un lado los mechones de cabello que caen sobre mi frente, pero me alejo de su toque—. Sabes esto es tan difícil para ti, como para mi.

Oscuro secreto © [sin editar]Where stories live. Discover now