(NOVELA ACTIVA)
El final de la estudiante de honor académico en Hogwarts, Hermione Granger, dio un giro desesperado cuando esta abandona el ministerio a sus treinta y seis años y se presenta como profesora en el colegio Hogwarts de magia y hechicerí...
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Léa Malfoy
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—Quizá os suena su apellido por la antigua profesora Elizabeth Burke que ronda por los cuadros de el...– papá habló pero Scorpius soltó aire por su nariz indicando que no quería salirse del tema.
La mujer tomó aire y después señaló a la chica.
—Mi hija, Jessie Preston y mi hijo Neit Preston— la chica solo apretó sus labios en un intento de mueca... Agradable? Y el chico siguió mirándonos mal, sobre todo clavando sus ojos verdes sobre mis brazos tatuados.
Sus hijos como ella decía, no utilizaban el apellido de la madre con lo cual ella no estaba casada y el apellido de aquellos chicos no era de sangre pura.
—Regina...– comenzó papá clavando la mirada en aquella mujer, por un momento vi como el rostro de mi padre parecía un poco más vivo —Pasará junto a sus hijos un tiempo aquí— papá nos miró, esperando nuestras reacciones.
—¿Para qué?— soltó Scorpius que jugaba con sus anillos mientras no apartaba su mirada intensa de nuestros visitantes.
—Hasta tener ciertos puntos importantes claros.— dijo papá y Scorpius giró su cabeza hacia él con una mueca muy poco tranquila.
—¿Que malditos puntos importantes?– dijo entre dientes el rubio a mi lado, papá lo advirtió. —Llevamos años sin recibir una sola visita aquí, no has querido que nadie entre a este lugar, no has querido ver a nadie, ¡Ni siquiera a tus hijos, así que entiende que tenga mis preguntas cuando metes en este lugar que para ti ha sido intocable a una mujer soltera con dos hijos!— de un momento a otro Scorpius estaba de pie con sus manos puestas sobre el mantel oscuro bordado, papá con su mandíbula apretada y sus manos en puños, yo con mi mano puesta sobre mi varita que estaba oculta en mi pierna por si tenía que usarla una vez más.
—Es fácil de entender... Hijo– remarcó papá la última palabra mientras que se ponía de pie —Ellos se quedarán el tiempo que yo crea necesario ya que esta es mi casa,– Scorpius bufó pero papá lo frenó —Los tratareis como unos más de esta casa, con educación y respeto es lo único que pido, no que los invites a tu habitación y les prestes tus malditos libros, solo pido respeto,no... Mejor dicho, lo exijo— habló de forma clara, Scorpius tenía sus nudillos blancos y no se inmutó cuando puse mi mano sobre su espalda intentando calmarlo.
—Vamos, siéntate— le pedí, pero él apartó su silla de forma violenta y se marchó de la sala.
—Lo siento...– dijo papá y vi que llevó su mano a el brazo de la mujer, cuando notó mi mirada rápido lo apartó —Él es mi hijo Scorpius y ella... Mi hija, Léa— papá intentó sonreír, yo ni siquiera hice el esfuerzo.
