𝗜𝗡𝗡𝗢𝗖𝗘𝗡𝗧 ;; 𝘯𝘰𝘩𝘺𝘶𝘤𝘬

↬ 𝚝𝚠𝚎𝚗𝚝𝚢 𝚏𝚒𝚟𝚎

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Sintió el miembro de su hyung en su entrada. Empujó sus caderas, logrando que entrara la punta. 

Un gemido ronco escapó de los labios de Jeno

—Alguien esta desesperado, ¿uhm? —Se sintió delirar al observar la sensual sonrisa que le dedicó Jeno.

Un largo gemido escapó de sus labios al sentir una fuerte estocada, sintió varios espasmos por su cuerpo, su entrada se encontraba muy sensible.

Tapó su rostro en un intento desesperado de ocultar sus gemidos, pero de un momento a otro la mano de Jeno estaba sosteniendo sus muñecas por encima de su cabeza, mientras con la otra lo tomaba fuertemente de la cadera para dar certeras embestidas.

El mayor salió lentamente de su interior y volvió a entrar de golpe, haciéndolo gritar.

Abrió sus ojos y su timidez salió a flote cuando descubrió que Jeno analizaba cada reacción que hiciera su rostro. Otra embestida volvió a atacarlo y mordió su labio, lanzando su cabeza hacia atrás. La forma tan lenta y profunda hacía que sintiera cada centímetro de Jeno en su interior, sintiéndose muy lleno y completo.

—M-más rápido, por-por favor. —Pidió entre gemidos.

El mayor sonrió, soltó sus manos y tomó su pierna, colocándola sobre su hombro. Sujetó con firmeza sus caderas y aceleró sus movimientos, embistiendo muy duro y rápido al pelinegro, quien comenzó a soltar lágrimas de placer. 
Abrió los ojos y relamió sus labios al observar lo bien que se veía Jeno sobre su cuerpo, una ligera capa de sudor cubría su piel. bajó su mirada a su abdomen y se concentró ahí, sin saber en qué momento había comenzado a repartir caricias, besos y salvajes mordidas por todo su pecho. 

Quería estar sobre su hyung.

—Je-Jeno, de-déjame estar sobre ti...—Logró decir entre gemidos.

—Ahora no.

Libero su pierna y se acomodó entre ellas, por lo que cambió de ángulo y encontró rápidamente la próstata de Donghyuck, quien se abrazó a su cuerpo con fuerza y sin poderlo evitar encajo sus uñas en su espalda, aferrándose a ella.

—Oh Dios, ahí. —Gimió en su oído dulcemente y juntó rápidamente sus labios, profano la dulce boquita de Donghyuck con su lengua, besándolo intensamente mientras lo follaba duro.

El pelinegro mordió el labio del mayor con fuerza cuando sintió que llegaba al orgasmo, y después de varias embestidas logró llegar él.

Siguieron besándose mientras Jeno estimulaba su propio miembro, recordando los deliciosos gestos que Donghyuck hacía, y volvió a tener una erección.

Beso el cuello de Donghyuck y se acercó a su oído.

—Móntame, Hyuck.

Lo sintió temblar bajo su cuerpo.

—Pe-pero ya lo hicimos...

—¿No quieres montar a hyung, pequeño? —Repartió besos por su mandíbula mientras acariciaba su estrecha cintura.

Mordió su labio y asintió rápidamente. De un momento a otro se encontraba sobre el regazo de Jeno, bajando por toda su extensión.

—Oh, Dios, así se siente más, n-no...

Un largo gemido escapó de sus labios.

—Hyung, eres muy grande. —Chilló quejándose y se abrazó a su cuello, resguardándose en él, avergonzado por lo que había dicho.

—Vamos, cariño, muévete para mi.

Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar la voz ronca de Jeno ordenándole.

Comenzó con movimientos circulares y enredó sus dedos entre sus cabellos, mientras dirigía sus labios hacia su pecho, dejando intensos besos húmedos y mordidas, con la intención de dejar marcas.

Después de dejar varias zonas rojizas, se sostuvo de sus hombros, levantándose lentamente, para segundos después, dejarse caer con dureza, sintiendo al miembro de su hyung clavarse en su interior profundamente. Un escalofrío recorrió su columna vertebral, gimiendo repitió sus movimientos, sintiendo como Jeno movía su pelvis, encontrándose con sus movimientos, embistiéndolo más duro y doloroso.
Porque sí, dolía sentir a Jeno hasta lo más profundo de su ser, pero le gustaba, le llenaba y lo hacía sentir muy bien.

Sus movimientos se convirtieron en constantes saltos. Gimió al sentir las manos de Jeno acariciar sus glúteos con insistencia. Pero un gritito escapó de sus labios al sentir una certera palmada en uno de ellos.

—¡Hyung! —Al reprochar solo logró que otra palmada aterrizara de nuevo en su trasero. Gimió de dolor y movió más rápido sus caderas, sintiendo que ya no podía más.

Los labios de Jeno devoraban su cuello, mientras lo tomaba de las caderas y se encargaba de llevar el ritmo, el cual se convirtió en uno más duro y lento.

Donghyuck con cada golpe en su interior, sentía que estaba en el jodido cielo. Amaba estar en esa situación con su hyung.

Se escondió en su cuello gimiendo, aferrándose a su cuerpo.

—N-no puedo más, hyung...—Lloriqueo.

—¿De que hablas, cariño? Esto apenas empieza.

Sintió su interior ser llenado por ese ya conocido líquido espeso y segundos después el llegó al orgasmo, suspirando agotado.

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