ARCO I: Experimento 509

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Después de días en esa celda, uno de los soldados llegó para liberarlos, una de las paredes se elevó dejando entrar la luz, los chicos se cubrieron los ojos con sus manos, el hombre les gritó que salieran del lugar, al caminar el les tomó  las manos esposándolos, cada uno era aventado al suelo siendo levantando por un soldado diferente, para proseguir vendándoles los ojos y tapándoles la boca, los pasos sonaban por la habitación al igual que el forcejeo por parte de rin, distintos gritos resonaban por todos lados, el titilar de las máquinas provocaban el miedo en los chicos.

El abrir de las puertas se escuchaba el eco, tras un disparo de una arma todo se tornó oscuro, los murmullos eran lo último que se llegaba a escuchar, tras horas la vista se tornaba borrosa una intensa luz hacia que los párpados de rin se achicaron, trataba de pararse, los esfuerzos eran en vano su cuerpo estaba completamente paralizado, una silueta cubrió la luz, una voz distorsionada se asía presente a lo lejos.

Voz: no intentes pararte, estarías gastado tus fuerzas, algo que necesitamos para el experimento.

Entre risas la silueta dio media vuelta, los ojos de rin se cerraban lentamente hasta quedar completamente inconsciente.

Un grito a lo lejos despertó a rin, lentamente abrió los ojos, una luz estaba arriba de ella, giró su cabeza a la izquierda observó varias cabinas de cristal, en ellas estaban inconscientes más personas.

El miedo se apoderaba de ella, una voz al fondo se dirigió a ella.

Voz: no es una vista magnífica, cada uno de ellos son los mejores resultados en los experimentos, aunque sus cuerpos son imperfectos, no soportaron y lentamente están muriendo.

El hombre con bata de laboratorio, cabello castaño, ojos plateados con lentes, se acerca a rin.

Doc. Keiben:espero que tu seas más útil que tus amigos.

Rin sorprendida, trataba de moverse

Doc. Keiben: jajaj no me hagas reír es imposible que puedas moverte, tranquila verás a tus amigos muy pronto.

Levanta su dedo índice dándole la señal a uno de los oficiales

Doc. Keiben: llévenla a la sala, tiene muchas ganas de ver el tratamiento de sus amigos.

Los oficiales tomaron los brazos de rin, mientras que una de las enfermeras le inyectaba un sedante, sus forcejeos eran inútiles, lentamente cerró los ojos, al despertar estaba en otro lugar diferente, sus brazos estaban encadenados a la pared, trataba de moverlos pero las cadenas estaban bien sujetadas, en su cuello se encontraba un collar de metal con una luz en el centro.

Estuvo varias horas en silencio total, después de unos minutos el sonido de una puerta alertó a rin, alzó su cabeza para mirar a la izquierda una ventana de cristal se ilumino de la nada, en ese lugar se encontraba el hombre de la otra sala junto a varias personas, apretó el botón para encender el micrófono.

Doc. Keiben: ya veo que despertaste, lamento haberte echo esperar, tu amigo te está esperando en la otra ventanilla.

Soltó el botón para dar la señal moviendo la cabeza a uno de los trabajadores, la pared del frente de ella bajó lentamente y una luz se comenzó a notar, del otro lado estaba John sentando en una silla eléctrica, tenía la boca tapada con un paño, sus ojos vendados mientras se quedaba inmóvil.

Rin a verlo completamente horrorizada, volteó a su izquierda, con desesperación y odio les gritaba

Rin: ¡¡que carajo le hicieron, suéltenlo malditos!!

Doc. Keiben: tu amigo se encuentra bien, su tratamiento fue algo rudo y quedó inconsciente, que te parece si lo ayudamos a despertar.

Entre risas apago el micrófono, volteó a ver a un joven de cabello negro con ojos verdes.

Doc. Keiben: comiencen con el tratamiento ponga la cuarta parte del poder, aún no quiero matarlo servirá para el experimento.

Trabajador 1: entendido Doc. Keiben, preparen todo para el el experimento 509, necesitamos la cuarta parte de la capacidad.

Los otros que se encontraban en la habitación de John, siguieron las órdenes encendiendo la silla, una descarga de 500 volteos atravesó todo el cuerpo de John, sus gritos quedaban sellados por el trapo, rin que lo veía desde la ventanilla, gritaba desesperadamente.

Rin: ¡¡ ya vasta déjenlo!!, ¡¡ déjenlo de una maldita vez¡¡

Las lágrimas caían de su rostro, cerraba los ojos para ya no ver a su amigo sufriendo, el Doc. Keiben, al notar su acción dio la siguiendo orden

Doc. Keiben: suban la descarga a 700 volteos.

Las órdenes las recibieron subiendo la descarga, los gritos de John eran más fuerte que sobrepasaban el trapo, rin al escucharlo lo miraba desgarradoramente.

Rin: ¡¡déjenlo ir are todo lo que me digan pero ya suéltenlo!!

Doc. Keiben: podrías liberarlo tu misma, el cuerpo humano solo resiste 2000 voltios antes de que muera, no dejarás que eso pase verdad, aunque talves si lo subimos a 1000 puede que ocurra algo interesante.

Entre risas apago el micrófono, rin bajo la cabeza mientras escuchaba los gritos de John

Rin (pensamiento): ¿porque?,  por que le hacen eso, lo siento John no puedo hacer absolutamente nada.

Sus lágrimas caían lentamente, entre sus pensamientos una voz le susurra

Voz: déjanos salir, se parte de nosotros, que no quieres ayudar a tu amigo, esta es la manera, entrégate a la oscuridad.

Ante las voces dejó de luchar haciendo que ellas tomaron su cuerpo, se quedó inmóvil mientras que las sombras la cubrían por completo, un grito agudo lleno la sala, el collar que rin llevaba en el cuello comenzó a emanar luz, absorbiendo por completa la sombra al terminal esté se destruye cayendo al piso.

Rin se quedó completamente inmóvil, las cadenas se rompieron dejando que cayera al suelo, el Doc keiben dio la orden para terminar la descarga del chico, dos oficiales lo quitaron de la silla llevándoselo.

Doc. Keiben: parece que el detonante funcionó, quiero que la vuelvan a encadenar y preparen el segundo collar, este fue demasiado débil, si podemos mantener su poder en ese collar podremos usarla como arma.

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