Capitulo 5. "La soledad del pensamiento"

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Scott le había contado la situación a su madre por teléfono y ella aceptó que su casa se convirtiera en un recinto sobrenatural. Bueno, en realidad acepto que nos quedáramos ahí, pero era casi lo mismo.

Scott me había cedido su habitación, y después de una pequeña caída que me di de su cama al suelo, empezó a dormir conmigo. Al principio me molestaba, pero me acostumbré.

Los chicos me subían por las escaleras por la noche, y me bajaban a la mañana, casi no me permitían moverme y los demás me visitaban a diario, además de mi padre. Todos eran tan amables y atentos, pero me estaban agobiando. Demasiado.

La principal razón era que odiaba sentirme tan inútil, pero agradecía que solo estaría así un par de meses como mucho, y no en el cementerio 3 metros bajo tierra.

—Necesito salir a tomar aire— dije tratando de mover la rueda con mi mano que podía mover, ya casi no me dolía.

—De acuerdo— dijo Scott mientras se acercaba a querer ayudar, lo detuve.

—Solo, Scott— dije —Si es posible— trate de sonar mas amable, el asintió y se alejó.

Traté de mover la silla, pero era muy difícil y tardado direccionarla y moverla con sola una mano. Esto era muy desesperante.

Escuche un bufido a mis espaldas y luego pasos.

—Solo— repetí —Yo puedo solo— dije, pero la silla empezó a moverse sin me ayuda.

—Como eres terco, cállate y déjame ayudarte— dijo sorprendentemente Derek —A veces eres muy molesto— bufó desesperado, levante ambas cejas.

—Gracias, es mi especialidad— me jacté, escuche las risas de mis amigos, Derek no contestó.

Me sacó de la casa, y empezó a caminar sin rumbo conmigo —¿Por qué no hablas?— pregunté después de un rato en silencio.

—Creí que querías soledad y silencio— dijo el —Y como la primera no puedes tenerla en estos momentos, decidí darte la segunda— voltee a verlo como pude, el seguía con la vista al frente.

—Gracias— contesté, y el silencio volvió a hacerse presente hasta que llegamos a un parque y le dije que se detuviera ahí, se sentó en una banca y yo estaba al lado. Ambos observábamos cómo el paisaje cambiaba y el sol se escondía para que la luna saliera.

Recordé algo que mi madre me había contado en uno de sus momentos de lucidez antes de morir. "La luna y el sol son como dos amantes que no están destinados a estar juntos. Uno siempre sale cuando el otro se esconde. Siempre tan cerca, pero tan lejos. Aunque a pesar de todo, siempre encuentran un momento para estar juntos. Los eclipses." En ese momento realmente no lo entendía, y no estoy seguro que ahora lo haga, pero por lo menos ahora le encuentro sentido. Miré a Derek y no pude evitar sonreír, si... ahora sus palabras tenían sentido.

Regrese mi mirada a el hermoso atardecer —Deberíamos regresar— dije por fin después de un tiempo de silencio.

Derek parecía ido, sumergido en sus pensamientos; así que estiré mi mano y le toque el hombro para llamar su atención. Se sobresaltó un poco y luego me miro.

—Hay que irnos, es tarde— hizo una ráfaga de aire y rápidamente me encogí en mi lugar —Uff y está empezando a refrescar— el asintió y se levantó. Empezamos a ir de regreso a la casa de Scott, pero cada ves hacía más frío y las ráfagas de viento se hicieron más frecuentes. Entonces, nos detuvimos, lo miré confundió. —¿Qué ocurre?— pregunté, el empezó a quitarse la chaqueta, y me la sobrepuso.

—No sería bueno que te enfermaras Justo ahora— dijo el escéptico, empezando a empujar la silla de nuevo.

—Gracias— murmuré, sabía que lo escucharía.

Amor y Guerra [Sterek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora