Quisiera ser como él

Cap 9

Jackson sintió un cosquilleo en la mejilla, no le dio mucha importancia hasta que sintió como eran pellizcadas.

- ¡Ah! Bebé no hagas eso - dijo con una voz ronca

Namjoon soltó una risita y volvió a tocar el rostro de él mayor. Este tomó las manos del pequeño y las hizo a un lado.

- ¿Tienes hambre pequeño? -

- Shi shi lete -

- ¡OK! Ya te la traigo - salió de la habitación para ir a preparar la leche. Gracias a dios que tenía algunas cosas de sus pequeños, normalmente se la pasan en la casa que comparte con su grupo y todas las cosas están allá.

Al terminar tuvo que colocar la leche en un vaso normal ya que no tenía biberones, ya se las arreglaría.

- Quien quiere esta riquísi... Ma... ¿Namjoon? - al regresar se tomó la sorpresa de no encontrar al menor en la cama. Dejó el vaso en la mesita de noche y revisó su habitación.

- ¿Namjoon donde estás? - se preguntaba cómo alguien tan grande puede desaparecer simplemente así. No se pudo haber saltado por la ventana o salido del apartamento sin darse cuenta...¿ O si?

Escuchó un ruido que provenía del baño así que se acercó - ¿ Namjoon estas adentro? - trato de abrir pero tenía seguro. - Abre la puerta por favor -

- No - se escuchó el grito al otro lado de la puerta.

- Se buen bebé y abra la puerta -

- No soy un estúpido bebé -

- Eh esa boca! Abre la puerta -

- Que no - gritó Namjoon

- ¿Dónde quedó el bebé tierno que es obediente? -

- No debería ser un pequeño, odio que tenga que ser un pequeño, nadie lo quiere, yo no lo quiero -

Jackson entendía la frustración de su amigo pero no debía de lastimarse de esa manera así mismo. Busco las llaves del baño y cuando las encontró abrió la puerta.

El menor se escabulle va directo a la salida. Jackson lo logró atrapar y lo cargó mientras que el contrario lanzaba patadas al aire.

- Hey eso no se hace - le dio una nalgada al menor. Esto hizo que se quedara quieto, estaba avergonzado. Sentó al menor en la cama y se colocó enfrente.

-Escucha, tú debes aceptar esa parte de ti. Sin importar qué, tú eres así y debes quererte ¿donde quedo eso de love yourself? - Namjoon desvió la mirada, no quería decir nada.

- Tu debes aceptar cada parte de ti, te lastimas si no lo haces ¿Sabes? Me gusta saber que eres un pequeño y amo esa parte de ti. Muchos la amarían pero primero debes dejar que salga para conocerla - Jackson tomó las manos del menor e hizo que lo viera.

- Hoy haremos muchas cosas, veremos películas, jugaremos, saldremos al parque ¿Te parece? -

Hubo unos minutos de silencio. Jackson no obligaría al pequeño a hacer cosas así que pensó mejor dejarlo descansar.

- Shi - se escucho un pequeño susurro

- Ay creo que no logro escuchar ¿dijiste algo? -

- Quiero jugar contigo - volvió a susurrar

- No escucho ¿Quién quiere tener un día de aventuras con Jackson? - preguntó con alegría

- Yo - dijo un poco más alto

- ¡¿Quién quiere tener un día de aventuras con Jackson?! - grito mientras hacía una pose graciosa, el menor soltó una risa

- Yo - dijo alto

- No escucho el nombre ¿Quien será? -

- ¡Namu! -

- Sii Namu - ambos soltaron unas risas

- oh aquí tienes tu leche, no la vayas a botar - le paso su vaso de leche y se quedó cuidando de que no lo botara.

- Gracias amigo - dijo Namjoon y Jackson sonrió por lo dicho. Con gusto ayudaría a su amigo, para eso estaba él.

Todo el día la pasaron jugando, riendo, viendo películas animadas, hasta salieron al parque. Fue el día donde el pequeño por primera vez compartió con alguien, ya no estaba solo.

Lastimosamente ya se estaba haciendo de noche y todo esto acabaría. Jackson fue a dejar a Namjoon a su casa, durante el camino no intercambiaron palabras.

- Llegamos - anunció el mayor

Namjoon estaba triste, quería quedarse con él pero sabía que no podía. No podía culpar a Jackson por no poder cuidarlo, tenía que trabajar y él también.

- Ten... Quedatelo, cuídalo por mí - le entregó al menor el peluche de cangrejo - deberías ponerle nombre -

Namjoon sonrío - Crabi -

- Que lindo nombre pequeño -

Namjoon salió del auto, agradeció por haberlo traído y se despidió. Se quedó viendo como el auto se alejaba y se perdía entre las calles. Volteo a ver la casa, la casa donde vivía un infierno. Soltó un suspiro y abrió la puerta.

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