IV- Colisión

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Existe una palabra para definir el momento en que fantasía y realidad se mezclan: locura
Laia Soler

Capítulo IV

No era raro que Louis estuviese con un tic nervioso que se avistaba con el movimiento de sus piernas.

Pero no podía parar de indagar sobre la actitud extraña de su vecino.

Al parecer estaba pisando terreno ajeno pero la curiosidad en su interior incrementaba a cada segundo intentando comprenderlo.

No podía dejar de pensar en lo que sucedió en la noche.

Incluso se ponía a indagar sobre cosas mínimas como el hecho de que Harry abriera la puerta sin que Louis diera un avistamiento de presencia previo.

¿Tal vez estuvo esperando a que fuera?
¿Habría dejado su guante con dicha intención?
¿O tal vez simplemente iba a salir a pedírselo y Louis se adelantó?
«Sin camiseta, claro.»

Negó a sus pensamientos.

Cuando las posibles respuestas venían a saldar las dudas, parecían estúpidas que las desechaba al segundo. Luego se volcaba a cuestionarse nuevamente el porqué de todo, como; ¿con que razón lo haría?

Por otro lado, pensaba en la cicatriz de su brazo.
Era inevitable que una sensación que definía como tétrica levantaran sus pelos. Cuando más pensaba en Harry, más se estremecía.

De hecho, todo él lo estremecía; su presencia, su mirada, cuando abría la boca y hasta cuando quedaba callado, incluso, que viviera en su piso.

Todavía recordaba vividamente la incógnita que se aferraron a sus orbes esmeraldas al haber mencionado que podía ver la cicatriz.

¿Por qué no sería capaz de verlo? Primero.
La herida cicatrizada era notoria a simple vista, peor, con aquella relieve rosácea brillante que demostraba el arduo trabajo que había repercutido su sanación y la tez blanca del rizado no ayudaba para nada a disimularlo, al contrario, hacía que contrarrestara aún más.

Suspiró con pesadez preparándose un poco de té. Todavía tenía muchas cosas que solucionar en su vida como para enfocarse en un extraño que no sabía de dónde había salido.

Se dispuso a revisar su correo electrónico.
Jamie todavía no se había comunicado después de haberle facilitado la información que le había pedido, sabía que tardaría y que el abogado tenía mucho trabajo pero era imposible que no se impacientara.
Lo único que quería era volver a su trabajo y librarse por fin de las cadenas que lo apresaban a Bill.

Mientras servía su taza de té oyó el sonido de la contestadora avisando un nuevo mensaje.

"Louis, cariño, ¿cómo has estado? Hace semanas que no sabemos nada ti y tu padre está un tanto desesperado por ello tanto como yo. Nada de mensajes ni llamadas, al menos tiranos señales de humo, ¿? Queremos saber como te va. En fin, llamaba para recordarte que la graduación de Sam es en tres días y esperamos verte allí por si lo hayas olvidado, sabes lo importante que es para ella que estés ahí aunque no te insista, eres su único hermano. Adiós. No olvides que te amo."

CaínDonde viven las historias. Descúbrelo ahora