CAPÍTULO 15

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Maise se despertó en su habitación con la misma ropa, recordando solo parte de la noche anterior, su cabeza le estallaba por el dolor y la confusión. A su lado, Luciana aún dormía en su cama con tanta plenitud que le tuvo un poco de envidia y quiso tirarle una almohada encima, pero la vio con tanta paz que no se atrevió.

Cuando salió hacia la sala se dio cuenta de que Dante y Massimo ocupaban sus muebles, ambos profundamente dormidos, sonrió al ver a su prometido, ya que aun en ese estado lo encontraba supersexy. Su vista se dirigió hacia la puerta del departamento, puesto que junto a ella se encontraban tres maletas. Suspiro con cansancio ante el recuerdo de la noche anterior, ante el recuerdo de su querido hermano.

Los pasos de Maise la llevaron hacia la habitación de invitados, en la cama se encontraba un guapísimo latino de tez trigueña profundamente dormido. Se había sacado la polera que ahora se encontraba en el piso de la habitación

Maise se sentó al borde de la cama, admirando lo guapo que era, tenía un rostro tan varonil, pero para ella siempre sería el chico más tierno del mundo, lo amaba tanto; él siempre sería su alma gemela, el único que sin importar nada había estado de su parte, aun cuando su padre no lo estaba, él se rebelaba por ella; sintió que lo había traicionado al no contarle lo de su compromiso. Se le escapó una lágrima mientras acariciaba el cabello de Mathias, él abrió los ojos tomando su mano y la miro con una sonrisa tierna

- hey!, Jazmín, no llores – susurro – he venido para que estés feliz, no para que llores – termino con voz infantil

Maise emitió una sonrisa a punto de ponerse a llorar de verdad

Él se sentó en la cama, poniendo su rostro a la altura del rostro de su hermana

- Maise – dijo con seriedad, ella bajo la mirada, el tomo el rostro de su hermana con ambas manos y la alzo para que lo mirara – mírame, Maise – dijo con suavidad – yo entiendo hermanita – siguió con una media sonrisa – en serio lo entiendo

Maise se calmó y lo miro a los ojos, esos ojos que ambos compartían

- igual no te salvas de contármelo todo – siguió con diversión Mathias, aligerando el ambiente

Y ambos se sonrieron y abrazaron, como no lo habían hecho desde hace muchísimo tiempo.

Una hora más tarde todos se encontraban desayunando lo que Massimo había pedido por delivery

- esto está espectacular cuñadito – decía Mathias mientras se comía una alita de pollo

- de nada – susurro Massimo mientras se tomaba con tranquilidad su bebida

¡Ring!

Todos miraron a Massimo, quien saco su teléfono, llevándolo a su oído. Un minuto después suspiro

- Bueno, tengo que retirarme, Black me espera afuera – decía mientras le daba un beso a Maise

- luego te llamo amore – repuso mientras se alejaba de la mesa – hasta luego a todos, un gusto conocerte Mathias

- igualmente – respondió Mathias aun comiendo

Massimo salió rápidamente por la puerta y en un segundo ya se había ido

- ¿siempre se va así? – pregunto de forma inocente Mathias

- casi siempre – respondió Dante con tranquilidad - pero es genial como ser humano

- eso lo tengo claro, mi hermanita nunca se ha fijado en cualquiera – repuso burlón Mathias

Maise le tiro un cereal de su plato, lo que provoco que todos los presentes rieran fuerte

- ¿ya terminaste? – pregunto de forma seria Maise, cuando ya todos habían terminado de desayunar, pero su mirada estaba dirigida hacia su hermano

- si quieres que siga...- comenzó Mathias con diversión

- pregunte si ya terminaste de comer – repuso Maise aún más seria

Mathias le dio una mirada confundida, al ver la expresión de su hermana lo entendió.

- sí, ya terminé – repuso con seriedad

- sígueme – dijo Maise parándose de la mesa – tenemos que hablar

Maise se dirigió hacia la habitación de invitados, mientras su hermano le seguía los pasos, y una expresión de preocupación se instalaba en el rostro de Lu, mientras los miraba irse.

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