Capitulo 36

1 0 0
                                    

Vlad.

––Y las montañas desaparecieron cuando la tierra fue abierta, ya no habría ningún rincón en el pudiera esconderse…

»No me dejes caer en la tentación, y líbranos de todo mal.«

La sonrisa maquiavélica de la voz chillona resonó sobre la oscuridad en la que estaba sometido, de nuevo las ráfagas invisibles de calor ardiente acariciaron con terrible suavidad mi piel, poco a poco con el tiempo transcurrir dolorosamente sentía perder el oxígeno de nuevo, sentía como me asfixiaba, como me quemaba por la intensidad de unas llamas invisibles y… No podía hacer nada al respecto, no podía moverme, ni hablar, ni ver y lo peor era que estaba agradecido con ello; las únicas veces que tuve conciencia era peor de lo que podía soportar, mis huesos parecían ser rotos y creía tener la piel desgarrada, era doloroso, más que eso.

––Ríndete, ríndete.

Cada parte de mi la cual ya se daba por vencida me aclamaba que lo hiciera, esa maldita palabra cada día tomaba más fuerza, cada minuto me hacía más débil, pero no podía hacerlo…

Aún no, Vlad.

Aún no.

La risa sorna, repugnante y chillona resonó con un eco, mi piel se estremeció ante su burla, y yo seguía sin poder haber nada.

»Apiádate de mí, no me abandones.«

––Hombre ingenuo e ignorante, buscas ayuda en quien te ha dado la espalda.

»No me dejes caer en la tentación, líbrame de todo el mal.«

––No puede librarte de quién no tiene control.

»En ti confío, en tu voluntad me refugió.«

––Bellators asquerosos ¿Quieren voluntad? Pues se las daremos cuando el sol llegué a la cima, cuando el vínculo se una por primera vez.

Mi cuerpo se tenso ante sus palabras, trate de ignorarlas pero no pude, las palabras serenas de Nate resonaron en mi mente.

––Hay momentos que no podemos predecir, al igual que hay destinos forjados a cumplirse. Esa unión es uno de ellos.

»Confío… en tú voluntad, no me abandones. «

––Han sido traicionados, la profecía se cumplirá, y tú… Tendrás que verlo.

Antes de que pudiera cuestionar un escalofrío recorrió cada rincón de mi cuerpo, la intensidad del ardor subió hasta que quise arrancarme la piel yo mismo, volví a escuchar, la luz cegó mi visión, mis cuerdas vocales se unieron para provocar un grito desgarrador, está era la realidad.

––¡Haz lo que tengas que hacer!–– una voz lejana martilló mi cabeza, cada ruido en este lugar era tortuoso.

Todo se volvió tan real que incluso ajeno era menos doloroso, arqueé mi espalda cuando aquellos pinchazos sobre ella aparecieron, era como si me clavaran clavos ardientes por todo el cuerpo. Sentí varias manos sobre mi cuerpo que inevitablemente no me dejaba de menearlo, quería que parará todo esto, ya no podía soportarlo. Volví a gritar cuando el ardor se apoderó de mis piernas, aquella red de escalofríos recorrió mi pecho, la necesidad de poder respirar comenzaba a agobiarme.

»Ppor fav-vor, n-no me abandones.«

Sus dedos se clavaron sobre mis manos, sentí un líquido espeso recorrer mi rostro.

––… e-escucha...–– una voz lejana acarició mi oído.

De nuevo los calambres se intensificaron en cada extremidad, ahora era una picazón incómoda, desesperante.

Eclipse de MedianocheWhere stories live. Discover now