4- Felicidad.

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Jack y yo llevábamos 4 años juntos. Nuestra relación ya era seria y aceptada por la gente. Nos habíamos sacado los estudios ambos: yo tecnología y el odontología. Teníamos un piso que nos bastaba. Nuestro amor no había decaído y me gustaba besarle siempre que podía y aspirar su aroma. Él me hacía el amor casi siempre y gozaba como la primera vez en su casa, hacía tantos años...

-Mark, cariño, ¿te apetece ir a dar un paseo por la ciudad? -me preguntó un día

-Eeh, claro Jack, ¿por el centro te apetece? -respondí

-Me gusta el centro -sonrió él.

Me besó y se apresuró para cambiarse.

Media hora después, estábamos caminando por la ciudad. De repente, una limusina negra se paró en frente de nosotros.

Se abrieron las puertas y nosotros entramos. Dentro ponía: "Reservado para Mark Tysson y Jack Timber"

-¿Que es esto, Jack? -le pregunté.

-No sé, estoy tan intrigado como tú -me respondió.

Nos sentamos en la limusina y me dio la mano. Jack parecía abstraído. De vez en cuando, me miraba, y sonreía. La limusina se paró en un edificio altísimo que parecía ser un hotel. Nos recibió una dependienta inmaculada, que nos acompañó hasta las puertas del ascensor. Subimos en él hacia la última planta, que estaba marcada para nosotros de alguna manera. En el trayecto, Jack me besó los labios y me susurró que me quería. Le pregunté que si estaba bien

-Sí, Mark, estoy perfectamente, sólo que muy feliz...

El ascensor llegó a la ultima planta y abrió sus puertas. Nos recibió el frío viento. Avanzamos fuera del elevador, cogidos de la mano. El paisaje era bellísimo. El sol del crepúsculo se colaba entre los edificios de la ciudad, creando colores y formas en el cielo. Me fijé y los ojos se me llenaron de lágrimas. En los edificios circundantes, ponía: "Mark Tysson, ¿quieres casarte conmigo? " Jack me besó allí, en ese atardecer de cuento de hadas y después, se puso de rodillas y sacó una cajita del bolsillo de su pantalón. La abrió y, sacó un anillo me preguntó otra vez.

-Mark Tysson, ¿quieres casarte conmigo?

Le miré con amor...él me había dado todo...

- -murmuré.

Él rió y me puso el anillo, después me besó.

Ya estábamos en casa. Me había hecho el amor y comunicó la noticia a sus padres, que se alegraron. Nos lo tomábamos con calma. Tras un mes, no teníamos fecha ni lugar, tampoco prisa. Pasábamos los días en una nube de felicidad que nos envolvía como una manta.

Ya era el día, la ceremonia fue sencilla pero fantástica. El mejor día de mi vida. Lo recordaré como el día en el que Jack y yo nos unimos. Más allá de lo físico, de lo espiritual o moral. No tenía que ver con la boda. Ahora sentía que mi vida tenía un verdadero sentido. Ahora formaba parte de algo, de alguien. Sentía que ya tenía a alguien que se interpondría entre una bala y yo. Y yo haría lo mismo. Sin dudarlo ni un momento.

La luna de miel fue esplendida. El Caribe. Un paraíso. Estábamos solos en la cabaña que habíamos alquilado y las olas, solícitas, siempre se acompasaban a nuestro ritmo al hacer el amor. Un día, me dijo:

-Me gustaría envejecer contigo. Y en mi próxima vida, amarte como lo hago en esta. O más.

Le besé y gimió cuando bajé hasta su centro y me la metí en la boca, mordiendo ligeramente. Me tiró del pelo, gimiendo con placer, he hice que se corriera. Después me tumbé a su lado y observamos el cielo. Nadie nos veía, pues estábamos dentro de la casa, en un jardín hecho de arena de la playa. Aún así, cuando subía la marea, se colaba por las rendijas de la valla del jardín y lo invadía.

Nuestra luna de miel se acabó. Volvimos a la realidad. Seguíamos amándonos como siempre, pero más que nunca. Pasaron los años, y aquí estoy, escribiendo esto para que la gente sepa que el amor puede perdurar para siempre. Yo amo a Jack. Él me ama. Seguimos aquí, con nuestros baches, pero seguimos juntos. Desde siempre, para siempre, tal y como él me prometió.

Más Que Amigos [Yaoi Hard].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora