Capítulo 2 - Los amigos nunca dicen adiós

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Así que les mando a sus amigos una carta para que fuesen a las cinco de la tarde al cerezo donde antes después de la escuela, se reunían para estudiar al aire libre.

Llegada la tarde Artemis ya estaba en el árbol reposando en la hierba.

De repente un soplido la hizo pestañear.

-Liam. Dijo con alegría pese a que la hubiera hecho ese gesto molesto.

Era un muchacho alto, delgado, con el pelo castaño y los ojos de un verde bosque.

Me alegro de verte. Dijo el chico con cordura.

De repente una voz sarcástica interrumpió la conversación de los dos muchachos.

- ¿Cuánto tiempo Heidi?

En un instante un muchacho rubio y de ojos azules apareció sonriendo, su nombre era Peter.

-Yo también me alegró de verte winnie de poo. Le respondió Artemis.

Al horizonte había dos niñas corriendo hacia el árbol afrutado.

Una de ellas gritó.

- ¡Gané! Era una niña rubia y con pecas a la que llamaban Larix, aunque su nombre real era Elanora.

Detrás suya estaba otra muchacha con el pelo de color miel y un mechón el cual la cubría la frente un poco más allá de las cejas. Ella se llamaba Silviana. Y era una niña la mar de inteligente.

- ¿somos las últimas? Preguntó Silviana toda sofocada.

-Todavía faltan Marcus, Estelin y Gregor. Respondió Peter.

Todos se sentaron haciendo un círculo, recordando los días en los que jugaban al pilla pilla a la hora del recreo.

Media hora después los tres amigos que faltaban se sentaron en el césped haciendo el redondel más grande.

Pasaron las horas como si hubieran sido minutos y ya estaba anocheciendo.

-entonces tú o tú hermana

Dijo Peter.

-Sí, aunque yo creo que mi padre logrará que no vayamos. Añadió Artemis.

-¿y tú Liam?. Preguntó Larix.

Liam se quedó callado unos instantes mientras la miraba a Artemis con una mirada que la hacía palpitar el corazón velozmente.

-Tendré que ir no tengo otra alternativa. Respondió mientras la observaba.

Liam era el único varón de la familia y su padre había fallecido el año anterior en una de las batallas de Grentbort.

Pasado el tiempo la luna ya estaba adornando el cielo junto con las estrellas.

Un grito resonó en el reino. Era el de una mujer cuya voz ya se había oído muchas veces antes.

Artemisia decía esa voz.

Artemis sabía que esa era la señal para despedirse de sus amigos y regresar a su casa.

Fue uno a uno dando les un abrazo. El último fue Liam cuyas lágrimas escaseaban en su rostro.

La muchacha iba bajando despacio la colina cuando uno de ellos gritó.

-¡adiós!

Artemis en su silencio suspiró.

-Los amigos nunca dicen adiós.

Y marchó hacia su hogar llena de tristeza y dolor.

Ya habían pasado tres días desde el anuncio del rey y solo quedarían cuatro para las selecciones.

La chica de verdeWo Geschichten leben. Entdecke jetzt