Prólogo

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OBORO

Sábado, 16 de Marzo del 2019




Unas manos suaves y cálidas tocan mi cabello, aspiro sin abrir los ojos y escucho su voz.

—Cariño, levántate. Tenemos que salir en una hora si queremos llegar temprano.

Amo a mi madre, en serio. Pero en estos momentos sólo quiero dormir y olvidarme de todo el mundo.

—Vamos— suelto un quejido cuando quita las sábanas de mi cuerpo—, arriba.

—Madrugar no es lo mío...— balbuceo con la mitad del rostro enterrada en la almohada.

—Lo sé, pero fue tu idea, así que ahora te aguantas.

Puede que engañe a otros con ese tono aterciopelado y dulce pero a mí no, así que me levanto y desecho la idea de dormir hasta las 10a.m.

—Esta bien, está bien... Papá ya está despierto?— bostezo mientras me estiro en la cama.

—Desde hace... un buen rato— veo cómo se sonroja con una pequeña sonrisa y mis ojos se explayan solos.

«No pierden el tiempo...»

—Mamá, qué asco!!!

Los rasgos asiáticos se acentúan en su rostro cuando ríe. Mamá nació en Japón, pero fue repudiada desde que nació por ser mestiza. No entiendo cómo alguien podría sentirse así con respecto que su propia sangre, pero creo que en parte fue bueno que fuera así ya que de lo contrario, no habría vivido en Sudamérica ni conocido a papá. Además de que es una persona hermosa, por dentro y por fuera. A ella le debo mi piel blanca y el cabello oscuro.

—No se porqué haces tanto drama si es algo normal.

—No es nada normal cuando se trata de tus padres— refuto. Ella se limita a bufar con cierta pizca de burla.

—Claro, porque me vas a decir que nunca vas a hacerlo. O mejor aún, que a tu hermano y a ti los pedimos por internet.

—Solo... no necesito saber nada de lo que ustedes dos hagan en medio de... eso.

Tan solo un segundo después de decir eso entra papá en un mono de algodón color azul y una camisa blanca colgada en el hombro. Mamá no se esfuerza en disimular el modo en que babea al verle los cuadritos del abdomen.

Tengo que admitir que mi papá sería el prospecto perfecto de Sugar Daddy. Alto, imponente, musculoso con piel semi tostada, cabello salvaje y ojos encantadores.

—Es lo mejor. De otro modo tendríamos que llevarte a terapia— me sonríe con amor antes de dirigir su vista a mamá y darle un lento, candente y excesivamente intenso repaso a sus piernas.

«Consíganse un puto hotel por piedad a mis ojos!!»

—Tú crees??— cuestiona ella sosteniéndole la mirada, lo que hace que él asienta y se incline para decirle algo al oído. No hay que ser un genio para deducir qué tipo de cosas le está diciendo, se nota por lo roja que está y el modo en que se renueve sobre MI colchón.

Ya no aguanto.

—Sigo!! Aquí!!— les doy un almohadazo a cada uno. Ellos se ríen, pero no me sorprendería que en cualquier momento digan que viene un nuevo miembro a la familia.

Parecen unos conejos.

Oscar entra de repente lanzándose sobre nosotros como si no pesara más que el refrigerador de la cocina.

—Qué tanto hacen? Se supone que ibas a despertarla para desayunar— le dice a mamá antes de señalar a papá —, y se supone que tú ibas a ver porqué tardaban tanto.

Al Fondo De Mi Alma |+21|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora