🧡 Un esclavo siempre obedece 🧡

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Un día entre risas gracias a la reciente llegada de un nuevo habitante de aquellas tierras, un chico de cabellos tan obscuros como la tinta y de preciosos orbes que lucían como una réplica exacta de un par de esmeraldas.

8cho se hacía llamar aquel chico, era cierto que no era un desconocido al completo pues ya había visto en el pasado a algunos habitantes de tortilla, antes solo serían conocidos incluso amigos, ahora serían buenos vecinos incluso hermanos, el hecho de conocerse desde antes, hizo menos difícil que lograse integrarse con el resto.

—¿Qué les parece si vamos y molestamos a Focus?— Sugirió entre risas aquel dichoso hechizero que presumía de tener el control de varías dimensiones paralelas a la realidad.

—Me parece buena idea, una minita estaría bien— Le siguió el juego de forma jocosa al hechizero aquel joven adulto, dueño de un aspecto monocromático que al mismo tiempo parecía ser un diablo entintado.

—Y robar unas patatas hombre, ¡Que ya hacen falta!— Se unió de forma abrupta entre carcajadas aquel chico que ocultaba su rostro en una máscara extraña, pero eso no evitaba que sus rastas rubias sobresalieran por su capucha roja.

—¡Utilicemos máscaras que no queremos ir a la cárcel por unas pobres patatas!— Sugirió en voz alta la chica de cabellos tan rosados como un algodón de azúcar y de preciosos orbes que podían hipnotizarté al ver un mar perfectamente plasmado en ella, el mar y ella eran uno solo.

Todo eran risas, pero por supuesto había un motivo, sabían perfectamente que Focus no se lo tomaría bien, el apreciaba a su huerto casi como a su vida, estaría bien verlo enojar mientras se volvía loco al saber que nunca encontraría culpables, debido al hecho de que Nia pensaba que en todos ocultarán sus identidades con máscaras.

Pero claro, ciertas dos personas que estaban ausentes en aquella conversación no se encontraban muy de acuerdo con aquel plan de ataque gratuito para Focus y su huerto, pero tampoco les desagradaba por completo aquella idea.

Por una parte 8cho era un recién llegado, no le importaba mucho realmente la impresión que daría a pesar de tener tan pocos días siendo un integrante más de aquel pueblo, pues ya había hablado con Focus cuando fue su primer día, le pareció agradable y ahora estaría molestándolo de forma gratuita.

Por otra parte Fargan le tenía un gran apreció a Focus, este último nunca le había hecho nada malo pues realmente siempre lo protegía y cuidaba de cierta forma, habían hecho tantas cosas juntos sin que un desastre fuera el protagonista de ello, era la primera vez que Fargan tenía ese tipo de lazo tan fuerte y sin ningún hilo suelto con alguien, pero después de sobrepensarlo, llegó a la conclusión de que si Focus no sabía que el había entrado en su huerto, entonces no habría problemas entre ellos.

[...]

—Somos unos ladrones lamentables— Decía entre risas el joven adulto de aspecto monocromático mientras pateabá de forma brusca algunas de las patatas de Focus, este no había logrado sacarlas gracias a sus fuertes raíces que las unían al suelo.

—Robando patatas, que miserables que somos— Le acompaño Fargan de forma jocosa, aunque no mentía después de todo, ellos realmente habían planeado como entrar al huerto ajeno solo por molestar, pues si ellos realmente solo querían un par de patatas, pudieron pedirlas sin más.

—Ya todos tenemos patatas, será mejor irnos— Sugirió la chica de cabellos rosados y de aspecto que parecía ser el mismo mar en persona.

Todos estaban de acuerdo con lo sugerido, así que de forma veloz sacudieron sus prendas pues estás estaban un poco sucias gracias a la tierra del huerto, cada uno tomo sus pertenencias con el afán de no dejar huellas de su allanamiento a la propiedad ajena, así finalmente se dispusieron en salir por el mismo sitio por dónde habían ingresado a la propiedad ajena.

Amarte en mil universos [Farcus - One-Shots]Where stories live. Discover now