capítulo 17.

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POV Juliana.

Me desperté con las caricias de Irina en mi rostro, ella me besaba por toda la cara lo que me hizo reír y ella ronroneo.

-Buenos días mi amor- la escuché decir.

-Buenos días mi amargada- sentí como me mordía el cuello en protesta por el apodo y eso me hizo reír más, se quedó en mi cuello lamiendo la marca- Pareces una perrita amor, pero continua me hace sentir bien.

Ella me golpeó por lo que dije y me queje riendo, sujete su rostro y la bese, cuando nos separamos ambas teníamos sonrisa bobas.

Nos fuimos a bañar por separado aunque a Irina no le gustó mucho eso, hizo un berrinche pero teníamos que bajar antes de que vinieran mis otras mujeres a reclamar. Además teníamos un tema pendiente sobre la humana.

Al bajar a la sala estaban todos sentados, Tanya y Kate voltearon a vernos, vi como miraban extrañadas la enorme sonrisa de Irina pero al ver mi cuello casi se les cae la mandíbula.

-¡¿QUE?! NO PUEDE SER- Grito Kate llegando a donde estaba, alejó el cabello para ver mejor mi cuello, vi de reojo a Irina, ella solo sonreía con orgullo y soberbia, rodé los ojos con una pequeña sonrisa por su actitud infantil.

-Decidi que Irina sería la primera en marcarme ya que fue la última de ustedes en ser marcada por mi, además ustedes se burlaron mucho por eso- dije sería.

Kate hizo un puchero enojada y Tanya llegó también para ver la marca muy seria.

-Malditasea, debiste decirnos para hacer un cuarteto- dijo Kate haciendo berrinche.

-Todo a su tiempo Kate- dije con una risa.

Mire a Tanya que aún estaba muy seria y callada. Ella mi miró.

-Solo espero que no nos hagas esperar demasiado cariño- me dice con los ojos negros y yo trago saliva.

-Carmen y Eleazar, ¿Como están? ¿Como les va hoy? ¿Es un buen día no?- dije alejándome de esas fieras, van a secarme por dios.

Vi como Eleazar y Carmen se reían por mi intento de huida. Pero Tanya me sujeto de la cintura mirándome sería con una ceja alzada, cucardio.

-Aun tenemos el tema de la humana Montero- dijo provocando que sus hermanas también lo recordarán y me mirarán feo, carajo por poquito y me salvó, ya que.

-Bueno amor, no la conozco mucho, solo fue esa vez, se que se llama Elizabeth y es nueva aquí, tenía su olor muy marcado ya que tuve que prestarle la chaqueta porque estaba muriendo congelada y no era como que yo la necesitará, la acompañe a su casa porque todo estaba solo y se notaba con miedo, me pidió mi número y se lo di pero no a pasado el límite de amistad- termine mi explicación rápidamente para aplacar las cosa, las tres parecían complacidas .

-Telefono- dijo Kate, metiche, se lo di de mala gana y ella junto a sus hermanas revisaban a ver si la humana no me había coqueteado. Pero asintieron satisfechas cuando vieron que en una conversación le dije que tenía novia.

Escuché el timbre de la casa asi que fue a ver quién era mientras ellas se sentaban en la sala aún con mi teléfono, no me preocupa eso.

Abrí la puerta y ¿Adivinen que? Si era Elizabeth, sonreí un poco forzado ya que esto podría salir mal, bendito drama.

-Hola Elizabeth ¿Como estás? ¿Que te trae por acá?- dije y escuche perfectamente tres gruñidos de la sala cuando dije su nombre.

Elizabeth sonrió ingenuamente, pobrecita no quiero que la drenen.

-Hola Juli, bueno yo solo veían a traerte este paquete, un hombre estaba buscando como entregártelo pero al parecer andaba apresurado y como te conozco me pidió el favor- mi vista se fue a sus manos y efectivamente tenía un paquete rectangular no muy grande.

Sentí como Kate hacia presencia detrás de mi abrazándome y rodé los ojos por sus celos. Marcando territorio nena.

-Oh, gracias por eso Eli, por cierto ella es mi novia Kate- dije .

Elizabeth me entrego el paquete y le sonrió al Kate con amabilidad. Pude sentir como mi chica se relajó por eso. Me despedí de Eli y volví a la sala con mi pequeña salvaje a la sala, tenía una enorme curiosidad y nervios por ese paquete.

Me senté en el sofá con la caja en mis manos y la destape, era como un estuche algo mediano, era de cuero y del más caro, al abrirlo me congelé, era una parte del arma con la que Nicolay me mato, podía reconocerla, solo era una parte pero era la punta, estaba desgastada pero bien cuidada, aún se podía ver la figuras de joyas en la hoja, mi hermano era de gustos finos y sus armas tenían joyas en todos lados.

Mis chicas se acercaron a ver qué me tenía conmocionada pero no parecían entenderlo mucho.

-Era de Nicolay- dije y ella comprendieron. Estaban asombradas y un poco muy preocupadas por lo que podía significar.

Vi que el estuche tenía una nota, la agarre con manos temblorosas.

¿Lindos recuerdos no lo crees? Pensar que antes esto era la majestuosidad de arma que te quito la vida me pone los pelos de punta, si eso me pasa a mi no puedo ni imaginar lo que ocurre contigo, despues de todo tú estuviste mucho más cerca de ella ¿Cierto Majestad?.

Atte: Tu verdugo.

Malditasea, otra vez este loco de mierda, sigo pensando que podía ser ese imbécil, pero es imposible ¿O no?. Necesito estar segura con esto.

-¿Quién es?- pregunta Tanya preocupada

-No lo sé, el otro día me mandó un paquete y una nota también, estaba el collar que me regaló mi padre- dije sujetando el collar de mi cuello- es como si me intentará intimidar- termine de decir y vi como mis chicas fruncían el ceño.

-Tranquilas mi amores, este imbécil se chocará con una pared enorme si sigue con sus juegos- dije sonriendo besando a cada una para tranquilizar las, ella se relajaron.

-Aun así no deberíamos dejarlo pasar tan a la ligera- dice Irina mirándome y asiento, tiene razón.

-Es cierto, solo que no deja nada de rastros, además utilizo a la humana que conocí, está jugando cruelmente- dije con una risa, este sujeto me está provocando y el que busca encuentra.























La perdición de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora