Entre el trono y el rey

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Cap dedicado a: holasoyfujoshi7w7
Esto fue escrito gracias a una idea entre fujoshi y Shippeador29 de hace ya un tiempo, y bueno no pude resistirme.
En fin, disfruten de la lectura.

Cuando Moisés llega al palacio por pedido del Faraón, lo último en lo que piensa es encontrarse en aquella bochornosa situación

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Cuando Moisés llega al palacio por pedido del Faraón, lo último en lo que piensa es encontrarse en aquella bochornosa situación.

Su cuerpo semidesnudo está reclinado contra el trono de oro; sus manos se sostienen con fuerza de los brazos dorados; sus piernas, por otro lado, tiemblan a causa de la fuerza y el placer al que su sistema está siendo sometido. Moisés puede sentir como su piel es acariciada, besada, rasgada por dientes ansiosos que buscan marcar todo a su paso. También puede sentir como las manos ajenas aprietan con fuerza sus caderas, solo para mantenerlo en su lugar, consiguiendo su propósito.

—¿Cómo esperas liberar a otros, si no puedes liberarte a ti mismo? —Pregunta el Faraón. Su mano derecha, vagando desde su sitio hasta el sonrojado cuello, donde aprieta, ganándose un estrangulado gemido de los hinchados labios de Moisés—. Vamos, dime —Exige una respuesta, y Moisés solamente puede echar la cabeza hacia un lado, hasta donde aquella mano se lo permite, sin responder—. Ya veo, incluso eres incapaz de responder a una simple pregunta —Dice con burla.
Moisés se muerde los labios con fuerza, haciéndolos sangrar, cuando siente los embistes nuevamente. Por otro lado, Ramsés no muestra compasión, mucha menos piedad, sino que arremete con fuerza contra el sensible interior, importándole muy poco el placer ajeno, porque está tan concentrado en descargar su frustración y estrés acumulado, en aquel delicioso cuerpo, que lo ha tenido cautivo desde hace ya mucho tiempo.

Justo ahora el hebreo se encuentra entre el trono y el rey, donde es llevado a un placer torcido que provoca, en su mente enervada, dudas sobre lo que verdaderamente quiere.

—Detente —Pide, mucho antes de que su mente registre las palabras. Y Ramsés, por increíble que parezca, lo hace, pero no se queda callado.

—¿Es lo que deseas? —Susurra, su aliento choca contra la oreja sensible, que está cubierta por los mechones de cabello húmedo. Moisés suspira desesperado, cerrando los ojos, sintiendo como esa simple acción es suficiente para hacerlo querer más. Él lo sabe, sabe que no desea que Ramsés pare, pero también es consciente de que más tarde se arrepentirá amargamente.

—No.

Y solo eso basta.

Ramsés suelta a Moisés, dejando que caiga contra el trono, donde apenas y el hebreo es capaz de sostenerse antes de chocar contra el respaldo duro. Las temblorosas piernas fallan y se impactan contra el filo, pero el dolor producido queda en segundo plano cuando el Faraón arremete nuevamente, introduciendo aún más (si es posible) su hinchado falo, follándolo sin ninguna contemplación. 

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⏰ Última actualización: May 06, 2022 ⏰

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