Capítulo 41 - Si a Todo

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ALESSA

Siento su lengua tibia explorar mi clítoris, con movimientos suaves que van aumentando gradualmente la intensidad de la succión. Empujo mis caderas hacia él porque me gusta lo que hace, mueve su lengua alrededor de la entrada de mi vagina y la sumerge puntiaguda de manera fuerte, luego regresa a mi clítoris y mete sus dedos dentro haciéndome abrir los ojos. 

A través del vidrio puedo notar la claridad del sol asomarse en el cielo, tiñendo el mismo de color naranja, pero mi vista se dirige rápidamente al hombre que tengo entre mis piernas.

—Buenos días.— Mario quita su lengua de mi clítoris para darme un beso de buenos días, haciéndome saborear mi gusto.

—Buenos días.— Digo un poco perdida porque no era un sueño lo que estaba experimentando, Mario me había despertado haciéndome sexo oral.

—¿Quieres que siga o que pare?

—Sigue por favor.— Le respondo sin pensarlo.

—¿Hasta donde quieres que lleguemos?

—Hasta donde tu me quieras llevar.

—Entonces llegaremos al puto cielo o al infierno, me da igual.— De un solo movimiento entra en mi.

—Oh Dios...— Es lo único que logro articular.

—Al cielo, preciosa.— Me dice Mario mientras entra y sale de mi sin piedad, me agarro de sus brazos y siento en la palma de mis manos el relieve de sus músculos en movimiento por cada estocada, se acerca a mi para besarme sin parar de moverse. —Eres mi jodida perdición Alessa, no te imaginas como se siente estar dentro de ti.

Me arrastra hasta la orilla de la cama, agarra mis tobillos para colocarlos sobre sus hombros, la penetración se siente mas intensa y mis gemidos escapan solos de mi boca. Lleva una de sus manos a mi clítoris para estimularlo y pierdo la cabeza, falta poco para llegar a mi final, Mario hace movimientos fuertes, dándome el placer que necesito para acabar, ese dolor delicioso que quieres que pare pero al mismo tiempo que nunca se termine, voy a quedar sin poder sentarme bien después de esto lo se.

Mario se inclina sobre mi sintiendo aun mas fuerte las penetraciones y no puedo entender que eso sea posible, después de esa acción me dejo llevar y mi cuerpo convulsiona debajo de él. Mario sigue con varias penetraciones mas, estoy mas sensible que nunca, siento como ruge con boca cerrada y después de unos cuantos movimientos mas de su cadera saca su erección y termina sobre mi abdomen dejándose caer después.

Su cuerpo pesado sobre el mío esta sudado, su respiración desordenada y siento el liquido resbaloso entre él y yo.

—Me gusta mas que te vengas dentro de mi.— Suelta una risa por mi inesperado comentario.

—Pensé que eso te incomodaba.

—No, en realidad me gusta, solo es incomodo cuando baja por mis muslos, pero lo quiero dentro de mi.

Levanta su cabeza y apoya su mentón sobre mis pechos.

—En una orden preciosa.— Me da un beso en uno de mis senos. —Ven vamos a ducharnos.

Mario me levanta como si fuera una pluma y me lleva en sus brazos hasta el baño, dejándome sobre el piso frio y abre la regadera.

—El agua esta fría.

—No seas floja, es mejor ducharse con agua fría en la mañana, y mas luego de hacer un poco de cardio.

Después de ayudarnos mutuamente a lavarnos y dejar todas las paredes de la ducha llenas de espuma por jugar con el jabón liquido, salimos del baño. Mario me presta uno de sus suéter en color blanco y un pantalón de dormir que me tengo que amarrar fuerte a la cintura para que no se caiga. Bajamos las escaleras, veo a Eva atareada en la cocina y a Rocky comiendo de su plato en un rincón.

—Buenos días.— Decimos Mario y yo al unísono.

—Buenos días, ya falta poco para que el desayuno este listo.

—¿Puedo ayudar?— Le pregunto a Eva que me mira con cara de que me falta un tornillo. —No soy buena en la cocina pero si ayudando.— Le informo tratando de convencerla.

—Sacare de paseo a Rocky unos minutos.— Mario interrumpe mientras al mismo tiempo me abraza y me da un beso en la cabeza. —No voy a tardar preciosa.— Besa mis labios y agarra la correa de Rocky, el peludo lo sigue moviendo la cola de un lado a otro y los veo a los dos salir por la puerta principal.

—Ok Eva, ¿en que te ayudo?— Le digo colocándome al lado de ella aunque no quiera aceptar mi ayuda.

—Ya veo porque le atraes a Mario, eres tan terca como el.— Coloca sobre mis manos dos aguacates. —Puedes ayudarme a pelarlos y cortarlos, gracias.

—Es una orden.

Agarro el cuchillo para terminar mi tarea, pelar aguacates no es tan difícil, pero la primera vez que me toco pelar uno fue horrible, termine hasta cortando la semilla.

—Entonces... ¿han decidido darse una oportunidad?— Me habla Eva tratando de no sonar entrometida.

—Pues... así lo parece, veremos que tal llevamos todo de aquí a unas semanas.

Eva deja de revolver los huevos para voltear hacia mi.

—Se que Mario te va a tratar como te lo mereces, es un poco bruto, ya te lo he dicho anteriormente, así que uno de los consejos que te puedo dar es que no permitas que el cariño que le tienes te vuelva ciega, porque eso hace que creas que esa persona es perfecta y que todo lo que hace esta bien cuando en realidad no es así, si tienes que decirle que no o ponerlo en su lugar, hazlo y no tengas miedo.

El consejo de Eva no me lo esperaba, sonaba mas a que venia de una experiencia de ella misma.

—Gracias por tu consejo Eva, lo tomare muy en cuenta.— Le digo con una sonrisa de labios cerrados.

Después de cambiar el tema y hablar acerca de la bonita infancia que vivió Eva junto a sus padres y sus cinco hermanos, ya tenemos todo listo en la mesa para empezar a servir el desayuno.

Mario aparece por la puerta junto a Rocky, está sudado y un poco agitado. Tiene los labios mas rosados de lo normal debido a la temperatura de su cuerpo, sus ojos verdes resaltan bajo sus cejas negras. Estaba mordiendo mi labio inferior con solo verlo y ni siquiera lo hacía conscientemente. Este hombre saca los más caliente de mí y no me molesta querer saltarle encima en estos momentos.

—Ya está todo listo.— Nos informa Eva.

Carraspeo para salir de mis pensamientos calientes mientras Mario camina hacia donde estoy yo y me agarra por la cintura al mismo tiempo que estampa sus labios sobre los míos, haciéndome perder un poco el balance porque inclina mi cuerpo hacia atrás. Nos sentamos a desayunar y Eva sube las escaleras dejándonos solos, Rocky sale al área de la piscina y se recuesta sobre una de las sillas para tomar un poco de sol.

—Podría acostumbrarme a verte aquí por las mañanas.— Me dice Mario mientras pasa su mano sobre uno de mis muslos.

—¿Para tener a alguien disponible para follar?

—Jajajaja, me pillaste... pero sabes que no te quiero solo para eso.

—¿Así que me quieres?

—Claro que te quiero, ¿piensas que no es así?

—Pues no lo había analizado.

—Alessa tu te atreves conmigo a muchas cosas y se que te atreverás a muchas mas, eso asusta a las personas pero a mi no y mucho menos contigo, muy dentro de ti quieres esto y lo sabes.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?— Le pregunto con mirada desafiante.

—Porque me dijiste que si a todo y creo que quieres decirme que si siempre.



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Te agradezco muchísimo que pases por acá para leer mi historia, espero que disfrutes cada uno de los capítulos

Besos 😘 nos vemos en el siguiente capítulo.

ANTES DE TODOWhere stories live. Discover now