Severiano del Monte vive con sus cinco hijos adoptivos, pero ante un fallecimiento, la vida de sus hijos cambia el día de la lectura del testamento, con la aparición inesperada de Sara, su hermana, de quien no sabían su existencia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Definitivamente no sé qué estaba pensando Sofía, ¿cómo se va a casar con Simón si ni la hora le da? –Le dice Pedro a Mateo y Lucas–
–Sofía está al lado de Simón hablando con él, pero él solo está concentrado en su celular. Los tres hermanos miran a la pareja "disimuladamente"–
Se casaron muy jóvenes, ¿qué esperabas? –Dice Mateo poco sorprendido–
Recuerdo que cuando eran novios, Simón era atento y caballeroso con ella, hasta la hacía reír... y ahora no, son como dos extraños casados –Lucas opina mientras mira a sus hermanos–
Bien sabemos que Simón ya no la ama, ese matrimonio está acabado –Matteo expresa con seriedad-
Qué mal, se nota que ella sí lo quiere, pobre Sofía –Lucas es sincero con sus palabras– pero separarse sería lo más sano para ambos.
Nadie la obligó a que se casara con él –Dice Pedro con cierto resentimiento y la mirada perdida, está pensando con rabia que Simón es un imbécil por ignorarla y tratarla así–
–La mujer camina con seguridad entre los invitados hasta llegar a la mesa de los hermanos del Monte– Hola, cuñados.
–Ellos la observa pasmados, no se habían dado cuenta de que ella se estaba acercando–
¿Estás bien, Sofi? –le pregunta Lucas–
Sí, Lucas, estoy perfectamente –la chica le sonríe– ¿Hay algo que quieran hablar conmigo?
No, nada, ¿por qué? –Pregunta Mateo sin dejar su tranquilidad a un lado–
Bueno, como me miran tanto, no son los mejores observando disimuladamente.
Estamos en una simple charla de hermanos, no tiene nada que ver contigo. –Mateo miente con una sonrisa–
Sí, claro –Dice la única mujer con sarcasmo–
Sí, sí, es verdad –Dice pedro–
Tampoco son buenos mintiendo, los conozco desde siempre, no me pueden engañar –Les recuerda sonriente–
Tengo que ir a checar unas cosas, ¿me acompañas? –Pregunta Lucas de repente, viendo a Mateo–
Claro, hermano, vamos.
–Ambos se levantan de sus sillas y comienzan a alejarse para ir con otros invitados–
–Pedro y Sofía se quedan en silencio por unos segundos–
