CAPÍTULO 45

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- Su Majestad ... Su Majestad ...-

Xu Sili estaba durmiendo profundamente cuando de repente escuchó a alguien haciendo un ruido en su oído. La voz era baja y magnetica, pero el ruido lo molestó un poco.

Gruñó y lo ignoró.

- Su Majestad, es media hora ...-

La suave voz del hombre estaba en su oído, lo que hizo que Xu Sili finalmente abriera los ojos a regañadientes.

El entorno estaba completamente oscuro: las cortinas de la habitación estaban cerradas con fuerza, ni una sola pizca de luz penetraba y la habitación quedó en completa oscuridad.

Xu Sili, que todavía tenía sueño, ya no quería levantarse. Cerró los ojos de nuevo, y su voz era suave y somnolienta.

- Uh... duermo un poco más... Solo déjame dormir otros diez minutos...-

Agarró la camisa del hombre con fuerza y ​​presionó su frente a un lado sobre su pecho, no se dio cuenta de la ambigüedad del gesto.

Si Sheng se puso rígido y luego se relajó lentamente de nuevo.

Bajó las cejas y miró la parte posterior de la cabeza del joven.

Al escuchar las palabras coquetas del joven, en realidad quería levantarle la cara y ver qué expresión tendría en este momento.

El señor Dios, en realidad estaba actuando como un niño mimado con él ...

Si Sheng elevó ligeramente las comisuras de sus labios, solo para sentir que había círculos de ondas en su corazón.

Acarició suavemente el cabello suave del joven con la palma de su mano y no pudo evitar bajar la cabeza, se acercó a él con cautela y olió su aliento.

Olía a la leche que acababa de beber...

- Mi Señor, así es como va a dormir...-

Si Sheng sonrió suavemente y presionó su barbilla contra la parte superior del cabello del joven.

Finalmente... lo abrazó como antes...

El hombre lentamente acarició el cabello del chico con sus mejillas y en la oscuridad, una sonrisa satisfecha apareció en silencio.

El colgante azul salió colgando de su cuello sin darse cuenta, brillando débilmente en la habitación oscura, convirtiéndose en la única fuente de luz.

Si Sheng miró la piedra azul.

Pensando en la apariencia cuando el joven Emperador le dio este collar ese día, un sentimiento cálido surgió en su corazón.

Recogió la piedra azul e inclinó ligeramente la cabeza, como el joven estaba profundamente dormido, relajó la mano que tiraba de la parte delantera de su camisa y apartó la mano.

Sus ojos se posaron en los labios del joven sin darse cuenta.

La piedra azul brilla con un toque de luz, podía ver los labios húmedos y hermosos del joven, se ven tan atractivos en la visión tenue.

Mi hermoso Señor te estoy esperando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora